viernes. 29.03.2024

Pedro Sánchez y los establos del rey Augías

Cuentan los clásicos que el quinto trabajo de Hércules consistió en limpiar los establos del rey Augías en un corto tiempo...

Cuentan los clásicos que el quinto trabajo de Hércules consistió en limpiar los establos del rey Augías en un corto tiempo.

La tarea se presentaba tan repugnante como irrealizable, pues el estiércol de los cobertizos se había acumulado durante años y las heces se esparcían por los tierras colindantes propagando un nauseabundo hedor que protegía el lugar con mayor eficacia que cualquier toro bravo.

No resultó muy difícil encontrar la ubicación de los establos, pues la pestilencia que los envolvía era como una certera y diáfana señal. Nada más llegar al hediondo lugar, el líder de los doce toros, custodio de los establos, arremetió contra él. Hércules, agradeciendo una oportunidad para demostrar su fuerza y valía, asió al toro por los cuernos y le obligó con sus propios brazos a inclinar la testuz. Pero por mucho que pudiera doblar en potencia a aquellos magníficos animales, la suciedad seguía acumulándose en el lugar, recordándole con su pestilencia que aún restaba mucho por hacer.

Sin embargo, pudo Hércules alcanzar el éxito sin necesidad de recoger una sola pala de excrementos, o manchar sus fuertes manos. Abriendo sendas brechas en las paredes del establo,  el héroe desvió el curso de dos ríos que rodeaban el lugar, provocando que el agua torrencial arrastrara el estiércol muy lejos de allí.

Hoy, mientras trazo estas líneas en la tarde madrileña gris y ventosa, siento que nos encontramos en una situación muy parecida. En apariencia imposible y nauseabunda, pero en la práctica factible y hasta sencilla. Veamos…

Doble llave al sepulcro de ZP y cerrar la sucesión de Felipe González

Mantengo la convicción firme de que   millones de ciudadanos están buscando un “pretexto” para votar (o volver a votar) al PSOE. Se horrorizan, con razón, ante una España gobernada por  populares o populistas. Y, desde luego, no les faltan motivos.

Para brindar ese “pretexto” se requiere valor, firmeza y decisión.  Volviendo a los clásicos… audaces fortuna iuvat

En este sentido, la ciudadanía reclama golpes, más bien bombazos, de autoridad. En tiempos de crisis (y hasta de prosperidad) los ciudadanos agradecen gobiernos fuertes. No autoritarios, pero sí con autoridad.

Por ello en las actuales circunstancias, si nos molestásemos en poner sordina a la vocinglera de las tertulias, el confuso y atronador ruido de los partidos y la bulla descerebrada de las redes sociales, podríamos  escuchar el rumor de una gran muchedumbre que reclama “alguien que mande y arregle esto”. Aunque un fragmento  (bastante prescindible, por cierto) del partido y sectores ruidosos de botellón y tweeter se agiten, un porcentaje muy superior (generalmente silencioso) ve con buenos ojos el proceder descrito.

Desgraciadamente, ya tuvimos un apóstol del buenismo y el “buen rollito” en el Gobierno, pero no funcionó. Y sus torpezas y averías aún las estamos pagando tanto a nivel de partido como de país. De hecho,  aquel buenismo,  aquel “todo el mundo vale para todo”,  aquel “protesta, haz ruido y, con razón o sin ella, se te dará lo que pides” ha allanado el camino del populismo. Algo impensable si se hubiera fomentado la responsabilidad personal frente al bueno, tiremos “palante” y luego ya se verá, que si nos equivocamos el Estado lo arreglará. Sí, algo impensable si se hubieran cultivado los principios de mérito, capacidad, esfuerzo y sacrificio… ¡pero qué gran error pensar que esto último no da votos cuando es la única garantía de bienestar y prosperidad! Y sobre todo, qué fatal torpeza atribuir este discurso a la derecha, cuando deberían conformar las señas de identidad de una izquierda moderna.

Doble llave, por tanto, al sepulcro de ZP, si don Joaquín Costa, esté donde esté, me permite parafrasearle. Y, a su vez, recuperar la democracia social sensata de Felipe González en el marco de una economía realmente liberalizada, o sea productiva, donde el Estado te proporciona los medios (educación, sanidad, pensiones, desempleo) pero es cada uno el que debe labrarse su futuro sin responsabilizar a terceros de los fracasos ni parasitar a quienes producen. Todo lo que se aleje de lo anterior solo conlleva recortes salvajes en derechos y/o el “reparto equitativo”… de la miseria”.

Aglutinando una mayoría social sólida que renueve el partido y la sociedad

Se vota por intereses, pero también y, sobre todo, por identificación con el candidato y los valores que muestra y expone.

Así, millones de ciudadanos se identificarían antes con la imagen de un candidato casado, con dos hijas y familia, que con el reflejo de faraones de “teleplasma” y/o zascandiles de universidad.

Por su parte, el candidato del PSOE padeció el paro. No entiendo cómo no se airea más este rasgo. Y tampoco concibo cómo el candidato no lo repite y machaca en cada entrevista e intervención. Marcaría un nítido y solvente contraste con un acaudalado registrador de la Propiedad (Rajoy) y con los líderes podemitas, la mayoría de corta (o inexistente) vida laboral y no precisamente en empleos donde surjan callos en las manos.

La condición de economista de Pedro Sánchez también suele pasar inadvertida. No obstante, considero que nada más inteligente que llevar las cuestiones al terrerno propio. Si Sánchez trufara de economía real y concreta sus debates e intervenciones, atraería a muchísimos más ciudadanos. El pensamiento “a este se le ve preparado” puede ser un maná   para un partido que, en estos momentos, parece atravesar el desierto.

El saber y las soluciones económicas deberían  brotar de los labios de Sánchez y su equipo en cada intervención, marcando la iniciativa y la agenda pública. Nada más pernicioso que caminar al ritmo de las “podemitadas”.

Por último, algo vital: adelantarse y marcar la actualidad,  volcar sobre la mesa propuestas económicas, reales, de gobierno, en las que se citaría (más bien se retaría) a la discusión con el resto de partidos. Hablo de propuestas que estallen en la actualidad como una pedrada en un escaparate, perfiladas sobre clases pasivas, servicios públicos, planes de empleo y ante todo proyectos de reindustrialización, nuestra más obligatoria e importante asignatura pendiente.

Considero que una convocatoria de rueda de prensa cada cierto tiempo con un paquete de medidas concretas y sólidas permitiría tomar la iniciativa política y social, desvaneciendo la pedorrera populista y planteando una alternativa de gobierno seria, real y con bastantes posibilidades.

Como dije al principio, tal vez millones de ciudadanos estén buscando un “pretexto” para votar al PSOE (ni populares ni populistas). Creo que no resulta muy difícil brindarlo. Se precisa valor y decisión, sí, pero recordando la Eneida de Virgilio… audaces fortuna iuvat.

Pedro Sánchez y los establos del rey Augías