jueves. 28.03.2024

Una política de pleno empleo

El libro Economics of Employment del economista ruso Abba P. Lerner, publicado en 1951, no es de ningún modo un texto que se pueda considerar obsoleto especialmente en la actual coyuntura de nuestro país. La falta de empleo y el enorme paro se consideran el principal problema según nuestros ciudadanos. En la última encuesta del CIS el 71,6 % de los encuestados veían el paro como el principal problema. Sin embargo, el bochornoso espectáculo de los partidos políticos de nuestra querida España sirve como cortina de humo, como medio de desviación de la atención, para tapar su corrupción e ineptitud y para no aportar ninguna solución verdadera a este problema acuciante. Lo cual nos da a entender que para algunos partidos políticos la situación de paro y escasez de empleo es la adecuada (1), ya que así en el juego de la oferta y la demanda, la mayor oferta de trabajo hace posible la disminución de los costes salariales, contribuyendo, de esta manera, a una mejora de la competitividad de las empresas exportadoras y al incremento de beneficios de las más.

Obviamos, como nos decía el propio Lerner, que “La ventaja más clara del pleno empleo es que podemos disponer de una mayor cantidad de bienes y servicios que en la depresión. Esta ventaja es tan grande que [...] sorprende su magnitud y [...] nos hace suponer que es la razón más sólida para poner en práctica la política de pleno empleo.” Warren Mosler, pionero en la defensa de la Teoría Monetaria Moderna (TMM), también apuntaba en su libro  Los siete fraudes inocentes capitales de la política económica: “Cuando trabajamos por debajo de nuestro potencial –por debajo del pleno empleo- estamos privando a nuestros hijos de bienes y ser­vicios reales que podríamos estar produciendo para ellos. Del mismo modo, cuando reducimos nuestro apoyo a la educación superior, esta­mos privando a nuestros hijos del conocimiento que necesitarán para ser lo mejor que puedan ser en el futuro. Así, también cuando reali­zamos recortes en la investigación básica y la exploración del espacio, estamos privando a nuestros hijos de todos los frutos de ese trabajo y, en su lugar, los estamos transfiriendo a las colas del paro.”

La pérdida de producción y el capital humano devaluado y desmotivado es el pre­cio real que la sociedad, nosotros y nuestros hijos estamos pagando ahora y que hace menos esperanzador tanto el presente como el futuro. Es una locura vivir con menos de lo que podemos producir, sin menoscabar el medio ambiente, y sostener niveles al­tos de desempleo (junto con toda la delincuencia asociada, problemas familiares, problemas médicos, problemas éticos, etc.), mientras privamos a nuestros hijos de las inversiones reales que se habrían hecho para ellos, si supiéramos cómo mantener nuestros recursos humanos y técnicos en pleno empleo y pro­ductivos.

Lerner nos decía que la Hacienda Funcional (HF) es la política más realista que procura lograr el alto pleno empleo, que regula el nivel de gasto requerido en el circuito económico y, por consiguiente, el volumen de empleo. Su propósito es evitar que la economía caiga en los extremos de la deflación o la inflación. Es verdad que el aumento de empleo genera una mayor corriente de gasto en bienes y servicios y existe un punto donde no es posible generar más empleo sin inflación “La forma de evitar la inflación es asegurar que el crecimiento de las rentas agregadas no supere la capacidad de crecimiento de la oferta agregada (2)". También es verdad que cuando el nivel de gasto es insuficiente, y se mantienen recursos ociosos se produce deflación; la demanda agregada es baja debido al paro y no pueden venderse todos los productos estocados en el mercado. La forma de evitar la deflación es permitir que los recursos ociosos existentes en la sociedad se incorporen al mercado de trabajo con la creación de nuevos empleos que aumentarán la demanda agregada de productos.

Según William Mitchell, puntero en la defensa de la Teoría Monetaria Moderna (TMM) “podemos afirmar que allá donde hay altos niveles de desempleo, el gasto público es demasiado bajo con respecto a la actual recaudación de impuestos, o que los impuestos son demasiado altos en relación al nivel de gasto público.” Y por ello le “Resulta casi increíble que los ciudadanos toleren gobiernos que deliberadamente obligan a millones de personas de todo el mundo a caer en el desempleo debido a la ausencia de una cierta cantidad de financiación que el gobierno siempre puede proporcionar.”

Señalar por último que mantener el Euro es otra de las causas que hace difícil llevar a cabo una política de pleno empleo. La lógica del “patrón oro” ya no es aplicable a los sistemas monetarios modernos, como viene demostrando la TMM. Incluso como nos dice Stuart Medina “No sería muy aventurado suponer que la necesidad de mantener el tipo de cambio fijo fue una de las causas que explican las tradicionalmente elevada tasa de desempleo de la economía española en los años 80 y 90" (3). Y como se ha demostrado en múltiples ocasiones en distintos países “mantener un tipo de cambio artificial nos expone a agresiones de los especuladores que resultan muy costosas para la sociedad" (4).

Debemos descolonizar nuestro pensamiento. Sí, hay alternativas a la actual política cicatera y esclavista con los más necesitados. La respuesta no es la austeridad expansiva, concepto que así mismo se rechaza por imposible. Tampoco devaluar los contratos, reducir los salarios, presionar la vida de los ciudadanos mediante la inseguridad, la necesidad y el  miedo: no son soluciones válidas, ni éticas. El pensamiento cerril que nos impone una sola forma de ver la economía, sólo es un pensamiento interesado de aquellos que lo imponen con ocasión del excesivo poder que han adquirido extrayendo riqueza no merecida de la sociedad globalizada. La respuesta ya la puso en marcha tímidamente el Presidente Zapatero con su plan E, la respuesta tiene que venir del gasto público, pero no dando dinero a los bancos para que se pierda por el sumidero, sino realizando inversiones y posibilitando que los ciudadanos tenga más posibilidades de compra. Pero, para esto, se necesita que nuestro Estado tenga control sobre su moneda y libertad de déficit que, sin embargo, fue constreñido con la reforma del artículo 135 de nuestra Constitución.


(1) Para algunos intereses mantener “un ejército de reserva de parados” supone la contratación de personas con necesidad a un menor coste.
(2) Medina Miltimore, Stuart (2016:156). El Leviatán desencadenado. Lola Books.
(3) Medina Miltimore, Stuart (2016:239). El Leviatán desencadenado. Lola Books.
(4) Medina Miltimore, Stuart (2016:240). El Leviatán desencadenado. Lola Books.

Una política de pleno empleo