jueves. 25.04.2024

La manoseada y ensuciada libertad

En este mundo globalizado la libertad se manosea y se ensucia constantemente ya que son muchas las libertades pisoteadas.

La libertad es uno de los valores que tienen más predicamento y así debe ser. No obstante, una cosa es predicar con la Libertad, así con mayúsculas, y otra cosa es defender las distintas libertades de los ataques que sufren a diario. En este mundo globalizado la Libertad se manosea y se ensucia constantemente ya que son muchas las libertades pisoteadas. No puede haber Libertad para las personas que son aisladas con vallas y con impedimentos burocráticos que les imposibilitan moverse de un lugar para otro, sin embargo, sí hay libertad para los mercados financieros, y, además, una libertad extra, con condiciones, que aseguran a los más ricos un alto nivel de libertades, sí hay libertad para el comercio mundial pero con aranceles y barreras que protegen a los que más tienen y a los países más poderosos.

Ya hace más de una década que el economista De Sebastián nos advertía: “En la globalización los capitales, sobre todo, y los bienes y servicios en menor medida, circulan con libertad entre todos los países del mundo. Lo que no circula libremente es el factor trabajo, el factor humano. Circula, sin embargo, en los movimientos migratorios controlados e ilegales, a pesar de las barreras naturales –la distancia- y administrativas –las fronteras- que establecen los gobiernos de los países ricos. La emigración libre es uno de los aspectos importantes que le falta al mundo para ser realmente <una aldea global> en la que los vecinos de un barrio pueden establecerse en otro (1)” Un análisis muy real.

Las libertades son muchas, no hay una sola Libertad que nos permita vivir socialmente con los demás sin ninguna limitación. Ya que las libertades tienen otra cara de la moneda que son las reglas necesarias para que todos podamos disfrutar de ellas y convivir pacíficamente. Todos debemos tener los mismos derechos y en pos de ello se tienen que organizar nuestras sociedades. La democracia y la información hacen al hombre actual consciente de su igual naturaleza. Todos somos acreedores de derechos y obligaciones, no puede haber grandes desigualdades que impiden a algunos vivir dignamente. La justicia y la igualdad están inscritas en el hombre libre y cualquier forma de esclavitud no es congruente con las libertades que todos debemos tener. La libertad hace al hombre humano porque es la raíz misma de los Derechos Humanos. Derechos que todos nos hemos dado y hemos creído indispensables para una vida que merezca la pena ser vivida en común.

Difícilmente alguien pueda rebatir que en el mundo económico que nos domina sea la posesión del dinero la que realmente quite y dé libertades. La gente que  dispone de mucho dinero tiene muchas opciones de ponerse más allá de las reglas, más allá de las leyes. La ley tendría que ser la fuerza de los débiles. No obstante, la mano firme de la ley cae sin compasión y a veces injustamente sobre aquellos que no pueden responder con el poder que otorga ser un privilegiado y que no pueden disponer de una fortuna suficiente para retrasar o sortear el cumplimiento de la misma. Para los poderosos, sin embargo, todo son beneficios y libertades, porque los abanderados del actual sistema creen a pies juntillas que si la marea del crecimiento económico sube, todas las barcas suben, cuando la realidad es más dura, y nos permite ver que la marea está arrastrando y destrozando a muchas embarcaciones que no podían flotar por falta de un mantenimiento y sustento adecuado.

Que significa “mi libertad acaba cuando empieza la libertad de los demás”. Para algunos nada ya que saltarse las normas es un uso habitual para ellos, aunque dañen a los demás. Para estos otros, lo normal es que no se les apliquen los derechos reconocidos internacionalmente, y quienes no aplican los derechos son aquellos que tienen todos los habidos y por haber. Además, lo habitual es la impunidad, que no se sancione a nadie y nadie de explicaciones de por qué suceden estas infracciones que sí están contempladas en el Derecho Internacional.

Europa que en su día era el ejemplo de otra forma de buscar armonía entre las personas se ha convertido en una entidad política que no cumple sus propias normas. Las deportaciones de refugiados a Turquía se deben considerar otro atentado contra los derechos de las personas y la Justicia. El mismo John Rawl en su Teoría de la justicia nos decía “La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento. (2)” Las instituciones europeas parece que son todo menos sociales a la vista de las decisiones que toman y ponen en marcha.

Pero es que los ricos parecen cada vez más insolidarios. Cada día nos levantamos con otra fechoría realizada por los que más tienen cuyo objeto no es perseguir un mundo mejor sino engrosar sus arcas a costa de los demás. Y así vemos que en los asuntos del trabajo, el esclavismo está cada día más cerca y podemos leer noticias como: “El pasado febrero, se descubrió que la línea de montaña de la temporada 2015 de la conocida marca australiana Rip Curl había sido producida en una fábrica norcoreana. La fábrica situada a las afueras de Pyongyang al igual que el resto del país presentaba unas condiciones de trabajo que rozaban la esclavitud, según denunció la prensa australiana y ONGs como Oxfam. Tras aceptar que esto era verdad, la marca se disculpó diciendo que había sido una subcontrata la que había realizado la deslocalización de la producción al país asiático sin el conocimiento de la dirección de Rip Curl.” Claro que cosas como estas las sabemos ya todos pero se siguen dando y manteniendo.

No se puede hablar de Libertad y ser adalides de la misma si no reconocemos la realidad del mundo que estamos creando con una falta de libertades para una mayoría. Realidad en la que muchos seres humanos malviven y mueren sin ningún tipo de derecho que les asista. Por lo que se ve no todos somos iguales, algunos lo son más que otros; no todos somos libres, algunos más que otros.

(1) De Sebastián Carazo, Luis (2002:113): Un mundo por hacer.

(2) Rawls John (1978:19) Teoría de la Justicia. Fondo de Cultura Económica.

La manoseada y ensuciada libertad