viernes. 29.03.2024

La hipocresía del neoliberalismo

El mundo del mercado libre necesita buscar negocio sin desmayo y sin importar las consecuencias de esta búsqueda.

Denunciaba Amnistía Internacional que “la galería de abusos del Estado Islámico contra los derechos humanos y el derecho internacional humanitario en Irak y Siria es inmensa y atroz: secuestros, tomas de rehenes, homicidios ilegítimos y ejecuciones sumarias, torturas, violaciones... Su campaña militar ha machacado implacablemente a la población civil con armas pequeñas, artillería, explosivos improvisados y, posiblemente armas químicas. Y todo ello ha obligado a cientos de miles de personas a huir y convertirse en desplazados, internos o refugiados. Un desastre humanitario en toda regla.” Y no cabe duda de que detrás de esta situación se encuentra el espíritu del libre mercado, la avaricia de las personas y la globalización desigual que impera en estos tiempos.

Amnistía Internacional ha catalogado más de 100 tipos de armas y municiones que son utilizados por el Estado Islámico. La mayoría de ellas llegaron al ejército iraquí entre los años 70 y 90 del siglo pasado desde Estados Unidos, Rusia y el antiguo bloque soviético. Durante la guerra Irán-Irak de 1980-1988 se impulsó el mercado armamentista y fueron nada más y nada menos que, al menos, 34 países los que suministraban armas a Irak y 28 de ellos que también suministraban armas a Irán (pura lógica mercantilista). El beneficio es el beneficio en esta globalización liderada por las grandes corporaciones. El mundo del mercado libre necesita buscar negocio sin desmayo y sin importar las consecuencias de esta búsqueda.

España participa de la misma visión económica. No obstante, la ley en España prohíbe al Gobierno autorizar la exportación de material a lugares donde pueda ser utilizado para la "represión interna" o la "violación de derechos humanos". A pesar de ello, nuestro ministro de Defensa dice que es correcto vender armas a "cualquier país que esté en las Naciones Unidas" y "tienda" a "una situación mejor". Pero no sólo vendemos a los países integrados en Naciones Unidas engordando las arcas de algunos que no lo necesitan. También hacemos caso omiso de nuestras leyes y así las ventas de armamento español que fueron a Arabia Saudí han batido un récord histórico, al sumar 447,6 millones de euros en el primer semestre de 2015. Esta cifra supone el 26% de todo el material de defensa exportado por España en dicho periodo, que asciende a 1.727,2 millones de euros, un 25,3% más que en los seis primeros meses de 2014, según el informe elaborado por la  propia Secretaría de Estado de Comercio.

Estamos en un mundo en el que no son las vidas de las personas las que se priorizan. Los intereses económicos de las grandes corporaciones apoyadas por políticos corruptos y sin escrúpulos forman un tándem difícil de combatir ya que no sólo tienen el poder, tienen también el dinero con el que compran incluso a periodistas que olvidan el mínimo código periodístico y caen como lobos contra cualquier idea de cambio, por muy lógica y coherente que sea, con el simple objetivo de que nada cambie ya que, en caso contrario, se pueden descubrir muchas vergüenzas y caer muchos mitos.

Siguiendo la lógica neoliberal los partidos políticos aprovechan de manera poco ética el que otros no crean oportuno integrarse en pactos que mantienen a los señores de la guerra y  utilizan los mismos medios que pretender extirpar en aquel señalado como su enemigo, sino que, además, desoyen propuestas tan lógicas como cortar las vías de financiación y abastecimiento de ISIS y acabar con la guerra en Siria e Irak embargando el armamento de todos los contendientes. Medidas del todo lógicas que avala el propio papa Francisco, que arremetió en estos días contra los "fabricantes y traficantes de armas", a quienes culpa de los atentados terroristas como el perpetrado en Bruselas porque, en su opinión, "quieren sangre, no la paz, quieren guerra y no la fraternidad".

No podemos olvidar que la candidata a la presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton y el ex primer ministro británico Tony Blair, admitieron también su error y pidieron disculpas por su apoyo a la Guerra de Irak, guerra que ha mostrado unas consecuencias funestas que todavía hoy no han terminado y están dificultando la convivencia. Ya algunos, como el premio nobel de economía Paul Krugman, opinaron que se tuviera en cuenta que la Guerra de Irak no fue un error inocente, sino un crimen cometido voluntariamente por Bush hijo. A su juicio, la Administración de Bush estuvo inventándose pretextos para invadir a Irak por el simple hecho de querer iniciar una guerra con obscuros intereses.

Los señores de la guerra siguen mostrando su fuerza en el siglo XXI sembrando el terror, la discordia y la división en pos de sus intereses. El hombre sigue siendo un lobo para el hombre, cuando la empatía es la única ideología capaz de cambiar el mundo mediante la compasión, la solidaridad, la cooperación y la búsqueda del bien común. Ya hace tiempo que el filósofo Theodor Adorno en su Mínima moralia nos avisó de que: “la búsqueda de posibles ventajas es el enemigo mortal de todas las relaciones humanas; de estas pueden surgir la solidaridad y la lealtad, pero nunca del pensamiento con fines prácticos.”Lo que sí estamos consiguiendo al defender puros intereses mercantiles son la xenofobia y el resurgir del fascismo.

Tristes guerras
si no es el amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes

Miguel Hernández.

La hipocresía del neoliberalismo