viernes. 29.03.2024

Hay que hacer frente a la miopía triunfalista del Gobierno

Con la reciente publicación de los datos del mes de marzo de prestaciones, se cierra el primer trimestre de 2014...

Con la reciente publicación de los datos del mes de marzo de prestaciones, se cierra el primer trimestre de 2014. Ya la EPA avanzó la gravedad de la situación: hay 3.997.656 personas paradas que no están percibiendo ninguna prestación. Hay el SEPE pone las cifras: en el primer trimestre de 2014 se han gastado 1.262 millones menos que en el mismo trimestre de 2013. Es preciso recordar que 2013 se cerró con una disminución de 1.873 millones sobre 2012. Pues bien, solo en un trimestre de este año el recorte de prestaciones supone las dos terceras partes que el del año pasado. 2014. De no tomarse medidas urgentes, se va a terminar 2014 con una tasa de protección por paro de uno de cada cuatro parados. Actualmente solo uno de cada tres está protegido.

En abril la afiliación tiene un comportamiento determinado por la influencia de las afiliaciones de Semana Santa. Entre el 14 y el 21 de abril se han producido 527 mil altas y 385 mil bajas en la Seguridad Social. En los dos últimos días de mes se cambian las tornas y hay 200 mil bajas por ciento dos mil altas. En este mes ha habido un total de 3.331.980 movimientos (altas o bajas). Como a fin de mes hay 151.132 afiliados más que al inicio, una simple división nos dice que por cada afiliado que aumenta se producen 22 altas o bajas. Hacen falta 22 movimientos de personas para que una permanezca. Ello supone una altísima rotación y precarización del mercado laboral. Son contratos de días o de horas, a tiempo parcial en buen número de casos.

Es de saludar que, por lo menos, crezca la afiliación. Pero, siempre hay un pero, resulta que ha crecido un 13% menos de lo que lo hizo en 2011. Entonces el aumento fue de 173.565 afiliados. Hoy, gracias a las políticas puestas en marcha por el PP, el aumento es de 151.132 personas afiliadas. Dos años aplicando políticas y haciendo sufrir a toda la población (mejor a casi porque siempre hay un “casi” que se aprovecha del sufrimiento) para que se crezca un 13% menos de como se hacía cuando la situación era horrible.

Vemos dos años de políticas que han llevado a que el número de afiliados pase de los 17.498.964 de abril de 2011 a los 16.420.853 de este mes. Hay 1.078.111 personas afiliadas menos Y las cosas van mejorando, dicen... Si utilizamos los datos de afiliados medios de abril de 2014, no porque gusten sino porque son los que están desglosados, y los comparamos con los de abril de 2011, tenemos las siguientes gráficas:

VARIACIÓN DE AFILIADOS AL REG. GENERAL ENTRE ABRIL DE 2011 Y DE 2014

En las dos gráficas vemos cómo en estos dos años se ha expulsado del mercado de trabajo al 23% de los jóvenes que había y, al mismo tiempo, los contratos formativos aumentan un 35%. Menos empleo joven y mucho más precario. Solamente aumentan las relaciones laborales precarias: con contratos formativos y a tiempo parcial. Si traducimos los afiliados a tiempo parcial en tiempo completo, la caída de afiliados aumenta desde el 8,3% hasta un 10,2%.

Del total de pérdida de afiliación, las tres cuartas partes corresponden a afiliados con contrato indefinido a tiempo completo, hay 790 mil menos y lo que más contrarresta esta pérdida son los temporales a tiempo parcial, hay 115 mil más. Este es el futuro diseñado en la reforma. En estos datos no aparece el deterioro sufrido por los empleados públicos ya que los que están en MUFACE no constan en los datos de afiliación, no están en la Seguridad Social. Si se suministraran sus datos conjuntamente con los afiliados, la situación serían todavía más preocupantes.

Hoy volvemos a oír que las cosas van mejor. No se sabe para quién. Para los cuatro millones de parados que están sin prestaciones, no. Si vemos lo que ha mejorado las políticas del PP la  situación que había, es para temblar. Desde el gobierno siguen una y otra vez clamando por la recuperación como si por invocarla se produjese. Da igual que los mismos que consideraban un pésimo dato el aumento de la afiliación en “solamente” 175 mil personas, consideren hoy como el síntoma de la recuperación un aumento de 151 mil.

Después de los datos facilitados por la EPA en el primer trimestre, resulta claramente insultante la lectura que se está haciendo de los datos de abril. No hay el más mínimo atisbo de asomarse a la realidad. Un millón menos de afiliados debería servir para hacer reflexionar, no para colocarse medallas. La dislocación realizada por la Reforma sobre las relaciones laborales es de tal envergadura que no es admisible otra vía que la rectificación. No hay recuperación sino más sufrimiento. Relaciones más precarias y parados cada vez más angustiados porque o están en situación de desprotección, dos de cada tres, o sienten como esta les va a llegar inexorablemente porque no tienen visos de encontrar un trabajo.

La clave para reajustar la situación es volver a unas relaciones laborales con una regulación equilibrada que sitúe el fiel de la balanza compensando la diferencia de fuerzas, primando lo colectivo sobre lo individual. Además es preciso retomar el sistema de prestaciones anterior a su reforma de 2012, redefiniéndolo de acuerdo con una crisis mucho más prolongada que la previsión de duración máxima. En esta línea es preciso reformar la Renta Activa de Inserción dando entrada, cuando menos, a los parados con cargas familiares con independencia de su edad; poniendo el contador a cero, que quienes ya la percibieran, puedan volver a hacerlo; reducir el periodo sin prestación de los doce meses actuales a un máximo de un mes. Todo esto debe estar acompañado por una revisión de un IPREM congelado cinco años y de un salario mínimo que ha perdido capacidad adquisitiva.

Si acompañando estas medidas se gira la política de austeridad implantada por otra de crecimiento, podríamos empezar a ver algo de horizonte. Hoy solo se ve la negrura de la pobreza, el desempleo y la desesperanza. Un voto de castigo a esta política en las próximas elecciones puede servir de llamada de atención. De lo contrario solo habrá más de recortes, desprotección y precariedad.

Hay que hacer frente a la miopía triunfalista del Gobierno