martes. 23.04.2024

¡Deprisa, deprisa!

¡Ya basta! Nos han hecho de todo y hemos aguantado de todo y aún no me explico como ha sido posible...

¡Ya basta! Nos han hecho de todo y hemos aguantado de todo y aún no me explico como ha sido posible. Con la expropiación de úteros y la condecoración policial a monigotes vestidos de tul y pedrería, creo que algunos ya han cubierto el cupo de sandeces y nosotros de soportarlas.

¡Ya basta! de verdad, pero no se lo digo a ellos, me lo digo a mi mismo y a mis pares, es decir a aquellas personas que creen como yo en un mundo más justo, en las relaciones honestas entre conciudadanos, en la participación conjunta y colaborativa para crear cosas útiles y hermosas, en la distribución equitativa, en la igualdad radical de todas las personas y en el poder corrector que debemos introducir en la mecánica social para equilibrar las desigualdades de origen. Es decir que traslado mi grito de que ya basta a las clases sociales afectadas por años de imperio de la ley de la selva mercantil y sobre todo a las organizaciones sociales y políticas que han resistido el embate en actitud defensiva.

¡Ya basta! pasemos al ataque. Es una cuestión de actitud. Es lógico que lo que hemos tenido que ver y soportar nos haya llenado de un estupor paralizante. Pero eso debe acabar. Han perdido todo poder coercitivo, ya nada pueden hacernos. De modo que a qué estamos esperando para devolvernos la alegría de vivir. Alegría que pasa porque soñemos de nuevo con lo que es irrenunciable para todo ser humano: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Si no me acabáis de creer y pensáis que soy un iluso y que me dejo llevar por el voluntarismo, mirad con un poco de atención las estadísticas y las tendencias que marcan los muy cocinados datos de encuestas de todo tipo. Están marcando empate técnico entre los partidos representativos de la izquierda y de la derecha. Y esto con la presión y el control ejercido por el poder sobre los medios que encargan las encuestas o sobre los técnicos de los organismos oficiales que, off de record, se parten la caja de la risa que les da. Un empate técnico promovido por el poder significa un decalaje de un 30% entre el dato oficial y la realidad.

Pero hay más, mucho más. El ganador de la voluntad social organizada va a surgir de aquellas organizaciones sociales y políticas que sean capaces de agitar y movilizar a quienes optan por la abstención (el verdadero ganador en las encuestas). ¿Hay alguien que crea que entre los abstencionistas existe alguna mínima propensión por las propuestas que puedan surgir desde la derecha, algo tan ilusionante que les mueva a ejercer su derecho de voto?  Creo que no. La abstención aglutina a un mundo heterodoxo compuesto mayoritariamente por descreídos, no de nihilistas como algunos se empeñan en señalar. Si fuere posible la agitación desde la derecha de este conglomerado ya lo estarían, pues más radical no ha podido ser el ejercicio político practicado. En este sentido el futuro le está negado a la derecha, por decirlo de algún modo han gastado la última cerilla y no han conseguido encender el fuego.

¿No tenemos nada que temer por tanto? Por el lado de la ejecución de políticas poco, pues han cumplido sus expectativas. Lo que hay que temer y por tanto combatir es impedir que esta situación transitoria se dilate tanto que grupos sociales con peso se instalen en la aceptación de la desigualdad, la ignominia, la tragedia de la vida de los oprimidos para quienes las cosas siempre han sido y serán así de desiguales, así de injustas.

Hemos de darnos prisa en recomponer nuestro sueño de una vida digna y respetuosa con quienes compartimos visiones y esperanzas. Y eso pasa por dar prioridad a las propuestas de acción política y arrumbar la jerarquía de las listas. No necesitamos un nuevo partido cada semana, ni criterios de de orden interno para forzar las decisiones.

Necesitamos redibujar el mundo que deseamos al margen de posibilismos y de aritméticas, y hay que hacerlo deprisa, muy deprisa.

¡Deprisa, deprisa!