viernes. 19.04.2024

El problema de Oriente Medio

El diseño norteamericano para el Oriente Medio es muy claro. Está buscando un equilibrio estratégico...

Lo que está sucediendo en Iraq, es la muestra del fracaso de la política norteamericana en todo el Oriente Medio, para gloria de Bush, Blair y Aznar, “el trió de las Azores”.

En esta segunda guerra fría que estamos empezando a vivir y que está diseñada por los Estados Unidos, en su enfrentamiento con China, como superpotencia emergente ¿Cuál sería el papel del Oriente Medio?

Estados Unidos está buscando buscar soluciones de manera inmediata, para tranquilizar el avispero árabe. En primer lugar, Oriente Medio está dejando de ser su principal suministrador de energía, por lo cual, ya no es una prioridad esta zona como suministradora de energía. Pero sí es importante como fuente de conflictos. Hillary Clinton decía “el futuro político se decidirá en Asia, no en Afganistán o en Iraq. Y Estados Unidos estará exactamente en el centro de la acción”.

El diseño norteamericano para el Oriente Medio es muy claro. Está buscando un equilibrio estratégico entre el mundo chií y el suní. Ninguna de estas dos corrientes debe ser demasiado poderosa para prevalecer sobre el otro. Un islam dividido, cuyos polos aseguren un equilibrio, que se neutralicen mutuamente, es lo que desean los norteamericanos e Israel. Es la vieja estrategia de divide y vencerás, que tan buenos resultados le ha dado históricamente.

Una cosa es el diseño sobre el papel, y otra muy distinta la realidad. Como estamos viendo en los últimos acontecimientos en Iraq, con la irrupción del movimiento EIIL. Este movimiento busca la creación de un vasto califato islámico suní entre el mar Mediterráneo y la antigua Mesopotamia, que incluye los territorios iraquíes, palestinos, israelíes, sirios, libaneses y jordanos.

Este movimiento yihadista suní, que actúa en Iraq y Siria, fue apoyado indirectamente por Estados Unidos y directamente por Arabia, Turquía y los emiratos del golfo entre otros, que son los que les financian y arman. Está claro, que Estados Unidos no ha aprendidi la lección del conflicto de Afganistán con Bin Laden y está volviendo a cometer el mismo error. Hoy ya empiezan a ser conscientes del riesgo que representa este movimiento para ellos y sus planes, riesgo muy superior al que podía suponer el sirio Al Assad.

Irán juega un papel clave en estos momentos. De ahí que se llegará a un acuerdo sobre las armas nucleares con Estados Unidos. Se reforzará su papel como líder del mundo chií, dirigiendo el bloque de Iraq, Siria, Líbano, Gaza y Palestina, y se le permitirá la creación de este bloque a cambio de que dejen de ser peligrosos para la existencia de Israel, país policía de los intereses norteamericanos en la zona.

Es evidente que la guerra de Siria será ganada por Al Assad y la comunidad internacional occidental callará y mirará hacia otro lado como de costumbre. Al Assad hará pequeños retoques y concesiones cosméticas de su régimen y será un garante de la paz en la frontera de Israel.

El problema judeo palestino tiene una muy difícil solución, mientras que las autoridades ultraconservadores que dirigen Israel sigan en el poder.  Se están buscando unos acuerdos mínimos asumibles tanto por parte judía como palestina, que estabilice mínimamente la zona.  

Aunque ha pasado bastante desapercibido, el reciente acuerdo para la realización de un trasvase desde el mar Rojo al mar Muerto, entre Jordania, Israel y la autoridad palestina que proporcionará 1.200 Hm3 de agua potable va en ese camino. El proceso consiguiente de desalinización del agua del mar, es un paso importante, pues significa mejorar la pésima situación hídrica de esta zona, que era uno de los problemas que no permitía avanzar en otros acuerdos. Sin agua no hay vida.

Arabia se consolidará como potencia regional y será cabeza del mundo suní, ya no tendrá la importancia que en el pasado ha tenido, al no tener la llave del petróleo. Además su papel energético cada día irá disminuyendo.

A pesar de todos los intentos norteamericanos por pacificar la zona, lo va a tener muy difícil, pues al ya conocido problema judeo-palestino, debemos añadir el problema kurdo el mayor pueblo del mundo sin Estado. El Kurdistán es un tema pendiente de solucionar desde hace cien años, cuando las potencias occidentales traicionaron al pueblo kurdo, al no cumplir los acuerdos firmados por las potencias occidentales en la I Guerra Mundial.

A todo ello debemos añadir el apoyo expreso de los norteamericanos y los países occidentales a dictaduras como la egipcia, así como el apoyo a las teocracias monárquicas de los países del golfo más propias de la Edad Media que del siglo XXI, que oprimen con dureza a sus pueblos.

Como vemos, una cosa es el deseo norteamericano de pacificar la zona, para que deje de ser un quebradero de cabeza, ante los nuevos desafíos estratégicos que le supone ya en estos momentos China.

Esta dificultad en solucionar los problemas del Oriente Medio es debido a la inacción secular que los norteamericanos han practicando, además del apoyo descarado hacia el mundo judío, que le hace un agente no fiable. Lo tendrá difícil y todo este revuelo en Oriente Medio va a favorecer el decaimiento político, económico y militar de estados Unidos, como a lo largo de la historia hemos visto con otras grandes potencias en su momento, España, Francia e Inglaterra. Estamos asistiendo al fin de una hegemonía.

Estados Unidos está planteando una segunda guerra fría como estrategia, para así impedir su decadencia como potencia hegemónica y aglutinar en torno suyo a los países occidentales en defensa del mundo que él ha dirigido durante los últimos cien años. Pero en Oriente Medio sus dificultades son enormes y va a ser uno de las zonas del mundo donde previsiblemente va a fracasar.

El problema de Oriente Medio