jueves. 28.03.2024

Ascensión y ¿caída? de Podemos. Algunas reflexiones

Pertenezco al grupo de gente que ha defendido el proceso de creación de Podemos como una cosa saludable para la democracia.

Un grupo de gente como es la dirigencia de PODEMOS intelectualmente preparada y avezada en el análisis político no podrían pensar que un “sorpasso” de las características que han alcanzado, no iba a poner en marcha una respuesta en proporción al riesgo del desalojo del poder de otras fuerzas del tablero político

No me he sumado a ninguna campaña de desprestigio y pertenezco al grupo de gente que ha defendido el proceso de creación de PODEMOS como una cosa saludable para la democracia española y, particularmente, para la izquierda. Tampoco soy de la cofradía de hipócritas que defienden que pase la pelota pero no el jugador. Resumiendo: pienso que el espacio podemista se lo han ganado a pulso un grupo de descamisados (literal), sin tener que ir a Rio de la Plata, y/o se lo han entregado a conciencia otro grupo de descerebrados, sin tener que desplazarse mucho más allá de la Plaza de Neptuno. Sea por lo que sea, el espacio virtual en base a encuestas de opinión conquistado hasta ahora por PODEMOS es legítimamente suyo. Siempre que le dure y no se lo deje quitar por la conjunción de sus propios errores

Desde su puesta en escena como movimiento de protesta primero y articulación política usando masivamente redes sociales y medios de comunicación después, PODEMOS desarrolló una conocida ascensión que se ha ido ralentizando en simpatía popular según se ha ido transformando en partido político versus organismo para la conquista del poder. No se necesita ser politólogo profesional para constatar un hecho reflejado en las más recientes encuestas y que patentizan la caída de valoración de su líder principal y un dato preocupante para cualquiera que desee ganar unas elecciones en base a su función de liderazgo: Está prácticamente empatados sus apoyos electorales con los que manifiestan que no le votarían nunca y obtiene un balance negativo de liderazgo personal extraño para quien no ha gestionada ni un milímetro de poder (ver  encuesta de El País 8.3.2015). El que esta situación se deba en gran medida a una campaña orquestada y externa a sus comportamientos políticos no merma la contundencia de esos datos y sus consecuencias. 

Un grupo de gente como es la dirigencia de PODEMOS intelectualmente preparada y avezada en el análisis político (y no pocos de ellos con decenas de años de militancia en la izquierda convencional) no podrían pensar que un “sorpasso” de las características que han alcanzado, no iba a poner en marcha una respuesta en proporción al riesgo del desalojo del poder de otras fuerzas del tablero político. Y si lo pensaban es de preocupar. Creo intuir eso cuando se quejan tan amargamente del fuego graneado e incluso reaccionan virulentamente a las críticas recibidas ¿Qué se pensaban que iba a ser esto?... ¿Un debate de facultad?

Porque los desalojos del poder de los partidos que se han alternado en la gobernabilidad de España han sido más que terribles. Recapitulemos: Adolfo Suarez en 1980 tras un intento de golpe de estado y la amenaza de otro que intentó despejar con su dimisión y que se consumo en 1981 a pesar de ello. Felipe Gonzalez en 1996 tras un periodo brutal de acoso y derribo, con un director de la Guardia Civil, un Gobernador del Banco de España en prisión y una oposición desatada utilizando todo tipo de estrategias hasta la de la desestabilización del estado en materia contraterrorista. Jose María Aznar en 2004, después del atentado terrorista más brutal de la historia de España tras la guerra civil y habiendo metido al Estado en el protagonismo de una guerra internacional que provoco las mayores movilizaciones sociales (No a la Guerra) conocidas y cuyas consecuencias aún persisten. José Luis Rodríguez Zapatero tras una situación de descredito político que cristalizo en el 15-M y con un estado español en quiebra técnica. Por último, el hipotético desalojo del poder por parte de Mariano Rajoy se produce en un contexto de crispación política, económica y social que por tan conocida ya relatarla es ocioso

 ¿Y qué tienen que ver esos hechos constatados con el cuento chino del “relato” del “régimen del 78” con que PODEMOS ha pretendido ilustrar a sus posibles clientes políticos?. Nada.  La vana pretensión de presentar las salidas del poder del estado en la España democrática como una sucesión de pactos preestablecidos  al estilo del siglo XIX,  con una situación en la que solo votaban los cabezas de familia censados y con rentas (lo que excluía a las mujeres y los pobres que eran la inmensa mayoría) es una  impostura impropia en gente licenciada y aparentemente leída;  pero sobre todo refleja un error de estrategia o un desconocimiento de lo que ha sucedido electoralmente cada vez que,  más traumáticamente que de otra forma, se han producido democráticamente los relevos del poder. Y es que el pueblo español ha votado siempre mayoritariamente a alternativas que condujesen a la estabilidad del Estado y la sociedad sin que ello implicase una opción conservadora. Muy al contrario, cada vez  que se ha votado en España ( en la 2ª República y en la democracia del 78) la mayor de las veces se ha optado por cambios profundos y transformadores pero con un positivo proyecto estabilizador.

Desde el mensaje reformista del "Puedo prometer y prometo" de Adolfo Suarez; hasta los eslogan "Que España Funcione" y "Por el Cambio" de Felipe González; pasando por  la "Regeneración democrática" y el  "Váyase Sr. González" de José María Aznar; continuando con los "España merece un Gobierno que no mienta" de Zapatero,  tras el conflicto de la guerra en Irak y los atentados;  y terminando con el "Súmate al cambio" de Rajoy en 2011; cada relevo de gobierno en España ha representado casi un "cambio de régimen" que ha afectado profundamente a derechos civiles, económicos y sociales. Y siempre el mensaje ganador es... (ha sido) el que reportaba menos crispación y riesgo social para superar la frustrante y peligrosa etapa anterior. Lo hayan conseguido después o no, así ha votado siempre el pueblo español de manera mayoritaria. Eso que todos llaman "gente" y que cada uno se apropia cómo y cuando le viene en gana.

Que cada uno saque sus conclusiones y analice sus propios errores de estrategia al respecto, si es que los tiene. Uno es un mero observador independiente y tal vez equivocado. Pero si todo lo que se le ocurre a PODEMOS es seguir denunciando victimariamente la "cacería" sobre sus dirigentes e insistir en que los males de nuestra nación se resuelven "echando a los de la casta bipartidista" o financiando las imprescindibles medidas de "rescate social" mediante el incremento de la presión fiscal a los "ricos" además de "unir a la izquierda" en torno a si misma, porque "Ahora" toca ganar al resto del mundo, con mayorías absolutas incluidas... Pues que se le va a hacer. Hay césares que cayeron por menos.

Ascensión y ¿caída? de Podemos. Algunas reflexiones