jueves. 28.03.2024

Crisis de Estado y la cuestión republicana

No es baladí volver a plantearse la cuestión republicana ahora precisamente cuando el Reino de España vive su crisis más grave seguramente tras el 23 F.

La situación en Cataluña y la que puede alumbrar en el PAÍS Vasco, indican que las costuras del estado están a punto de reventar y que el régimen de 1978 no tiene alternativa en sí mismo, sino es la continuidad. Por eso hemos de repensar no solo la reforma constitucional, sino un proceso constituyente. Si queremos salvaguardar España, por razones de solidaridad, ni la fuerza, ni el continuismo va a servir.

La reivindicación republicana es transversal y por supuesto interclasista. La Republica es una reivindicación de carácter democrático y su revolución es la francesa de 1789 no otras posteriores (La Rusa, la de Asturias de 1934 o la de Cuba) exceptuando las revoluciones democráticas de 1848 en Europa. No podemos olvidar que cuando la II República llega a nuestro estado, antiguos monárquicos como Don Niceto Alcalá Zamora o Miguel Maura con sentido de estadistas, entendieron que la República era la única forma de modernizar España, junto a liberales como Don Manuel Azaña o la propia Esquerra Republicana de Cataluña que formó parte de los dos primeros gobiernos republicanos y luego en los del Frente Popular.

Por tanto la República no la trae un insignificante PCE de la época, sino burguesía y pequeña burguesía ilustrada e Indalecio Prieto y los prietistas del PSOE junto a sectores populares. Por tanto es cierto y se necesitan concitar amplias alianzas en torno a la República, si de verdad deseamos alcanzarla. Pero para ello es imprescindible mantener, sostener e impulsar la cuestión republicana, comenzando por las izquierdas y los sectores más progresistas republicanos. El concurso del PSOE es imprescindible y además ni es ajena a su historia, ni a su tradición, ni al hecho científico de que SOCIALISMO y monarquía son incompatibles y dado que socialismo es la democracia llevada a la economía, la cultura, la propiedad y el estado ninguna forma de jefatura no electa es posible con la propiedad colectiva de los medios de producción y de consumo. Cuando el eminente investigador médico, Don Juan Negrin se afilió al PSOE le dijo a su maestro Santiago Ramón y Cajal que lo hacía porque era el partido republicano más serio y consecuente que había y lo hizo por republicano. Sabido es que Negrin era tan solo un socialdemócrata moderado consecuente, pero tenía muy clara la cuestión dinástica y la necesidad de emprender una aventura modernizadora. Ese mensaje hay que trasladarlo a todo el movimiento socialista. 

El socialismo es republicano, lo debe ser, no solo por una forma de organización del estado, sino porque sin una República no hay democracia plena. En estos momentos además lograr que la cuestión republicana pase a formar parte principal del ideario democrático es incluso oportuna, pues las nuevas generaciones, las personas jóvenes que llegan ya no tienen sacralizada a la monarquía ni al rey y además han vivido ya sus escándalos. Los de la familia real y su corrupción, además de entender un porcentaje muy elevado de ellos y ellas que estamos ante una forma anticuada de jefatura de estado. Cualquier idea del siglo XXI no puede sino ser republicana.

Pero además por ser prácticos la situación de ruptura del estado español que la burguesía catalana con un sector importante de las clases populares catalanas plantea, solo tiene solución y encaje en una república federal.

Los Borbones son una dinastía centralista y autoritaria, además de heredera del franquismo. Pues por su origen en España, los borbones son los creadores del estado central y centralizado (Decreto de Nueva Planta de Felipe V), por si fuera poco, hay que añadirle que los actuales, son además los herederos del estado del 18 de Julio que los repone en el trono en contra incluso de la opinión de amplísimos sectores falangistas. También representan una contradicción con el laicismo e incluso con el estado aconfesional, pues mientras que la religión católica no es oficial sino “mayoritaria y enraizada” resulta que la dinastía es oficialmente católica y participa en números actos religiosos católicos más allá de funerales u otros eventos públicos, con lo que contradice el espíritu de la vigente constitución.

Luego la República no solo es una reivindicación sentimental, es práctica, muy práctica y útil. Lo realista es ser republicano o republicana. Si se quiere preservar el estado aunque sea por motivos prácticos solo la República los puede garantizar.

Además la corona española es algo muy diferente de lo que son las monarquías nórdicas, pues la corona juega en el Reino de España un papel fundamental en el entramado económico-gran empresarial, las grandes fortunas y los bancos. Es la clave de bóveda del sistema injusto, ultra liberal y de poder que los pueblos y las clases populares de España sufrimos. La corona actúa de parte y es parte de los poderes fácticos y económicos que nos gobiernan. Su silencio cómplice con los errores del PP corroboran excesivas sospechas incluida su actitud ante la crisis con Cataluña.

Crisis de Estado y la cuestión republicana