viernes. 19.04.2024

La 'rentrée' comienza mal

Septiembre es un mes marcado por la desgracia. En él se han producido, en años distintos, acontecimientos que han tenido consecuencias catastróficas para la humanidad. El 11 de 1973 un golpe de Estado militar derroca el Gobierno de Allende, a la vez que éste es asesinado. El semanario Triunfo publicó una portada en negro que fue suficientemente explícita de lo que aquello supuso y lo que vendría después. Luto por Chile, por los desaparecidos, detenidos, torturados y exiliados. El 11 de 2001 un ataque terrorista contra las Torres Gemelas de Nueva York. Un terrorismo que ha golpeado con dureza en otros países desarrollados, pero sobre todo en países árabes y otros menos desarrollados. El 15 de 2008 quebró Lehman Brotters, que fue el detonante de la Gran Recesión, cuyas consecuencias aún perduran, a la vez que se está lejos de haber resuelto los graves problemas que se originaron.

El mero recuerdo de estos hechos ya deja un sabor amargo en este mes de restablecimiento en su plenitud de la vida cotidiana, con el comienzo de las clases, la reincorporación al trabajo, el inicio de la temporada del teatro, la ópera, el estreno de películas y novedades editoriales. El amargor del recuerdo viene acompañado por la perduración de males que ya estaban antes, la crisis de los refugiados y emigrantes, el cambio climático, la degradación del medio ambiente, la creciente desigualdad, el paro, la pobreza y el hambre. A lo que hay que añadir la crisis en la Unión Europea, que se ha visto agravada por el Brexit 

En nuestro país el reencuentro con la realidad es bastante duro, se sigue sin Gobierno, la corrupción ofrece nuevos casos, al tiempo que comienzan los juicios contra algunas de las tramas que han tenido lugar. Un robo de grandes dimensiones que se ha hecho a la ciudadanía y que confiamos que se pague por ello. Se está en el fango por la crisis política, la corrupción, blanqueo de dinero, fraude fiscal y evasión de capitales. Un panorama desalentador sin visos de solución. Un sinfín de problemas económicos y sociales se amontona encima de la mesa mientras los políticos se muestran incapaces de ponerse de acuerdo para formar un Gobierno estable y con garantías.

Por lo que concierne a la economía, cabe preguntarse, ¿cómo se encuentra la situación después de ocho años? La primera impresión que se puede obtener es que ha pasado lo peor, pero la leve mejoría no significa que la crisis se pueda dar por terminada. Han quedado por el camino muchos damnificados y no se han corregido las causas que la motivaron. En consecuencia, la incertidumbre continúa y no es descartable nuevos sobresaltos, entre otras cosas, porque aun se padecen graves problemas en grandes bancos europeos que no han sido resueltos. La crisis bancaria aún colea mientras que en España el Gobierno da por perdidos miles de millones que se inyectaron al sistema financiero y que no se pueden recuperar. Cantidades que pagamos los ciudadanos, que además hemos sido víctimas de unos recortes que no hubieran sido necesarios si no se hubiera tenido que destinar tanto dinero al rescate bancario.

El Gobierno, en este caso, engañó a los ciudadanos cuando afirmó reiteradamente que no iba a costar un euro el recate bancario. No ha sido el único engaño. Los escándalos de corrupción, el caso Soria, la imputación a Rita Barberá, las políticas económicas antisociales puestas en marcha, el falso discurso, dificultan, si no lo hacen imposible, un acuerdo con el Partido Popular para formar Gobierno. Lo ha intentado Ciudadanos pero no han conseguido ninguno de los dos más votos a favor que en contra. Pero aquí no se acaban las opciones de formar Gobierno. Lo que hay que demandar a los políticos es un sentido de la responsabilidad para evitar las terceras elecciones, y tratar de atajar los males que nos aquejan que son muchos y que no admiten demora, o es que ¿ya se ha acabado con el desempleo, el paro juvenil, el trabajo precario, la malnutrición infantil, la exclusión social, la pobreza, la desigualdad, el fracaso escolar, y la desigualdad de género? Desde luego que no, por lo que se está lejos de lograr un desarrollo humano que atenúe la desigualdad de rentas, patrimonio, género, oportunidades y derechos, es más, no hay trazas de avanzar en estos terrenos, a pesar del crecimiento habido.

La derogación de la ley mordaza y la LOMCE son urgentes. Comienza el curso escolar con muchas incertidumbres para los estudiantes que quieren acceder a la Universidad. La situación no puede esperar más, así que hay que ponerse a trabajar de verdad en torno a una mesa con propuestas claras que hay que saber negociar, y no solamente con apariciones en los medios de comunicación. Se espera de los políticos que den la talla en las circunstancias actuales que no son nada fáciles ni en España, ni en Europa ni en el mundo.

La 'rentrée' comienza mal