viernes. 29.03.2024

El 8M y la retrógrada derecha política

8m podemos 1

¿Cómo pueden gobernarnos personas que ignoran la realidad de las mujeres, los jubilados, los excluidos, los pobres con trabajo y sin trabajo, las diferencias sociales y la desigualdad?

El 8M asistí en Madrid a la manifestación feminista. Me quedé impresionado de lo multitudinaria que fue. Esperaba una gran movilización pero no tanto. Desde el No a la guerra no había visto una cosa igual y eso que soy bastante asiduo a las manifestaciones que defienden causas justas. Un hecho que me llenó de alegría es la cantidad de mujeres jóvenes, bastantes muy jóvenes, que se manifestaron. Lo emocionante, en todo caso, es que allí estaban presentes todas las generaciones, mayoritariamente mujeres pero también hombres en un segundo plano.

Las manifestaciones multitudinarias recorrieron toda España. Muy emotivo fue el cántico de las mujeres de Bilbao A la huelga de Chicho Sánchez Ferlosio. Ha sido un hecho histórico sin precedentes en la reivindicación feminista que marca un camino en el que necesariamente las cosas tienen que cambiar. No se puede dar la espalda a una huelga y unas manifestaciones de esta envergadura. Esta defensa de los derechos de las mujeres y la repulsa a la violencia de género, al acoso sexual que tantas sufren en el trabajo y en la calle y a las agresiones verbales, ha sido tan masiva que nos está reclamando un cambio profundo en las relaciones sociales actuales sustentadas en el patriarcado y el machismo. Hay que avanzar hacia una sociedad que ya reivindicaba Rosa Luxemburgo: “Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

Esta respuesta en defensa de los derechos de las mujeres ha cuestionado al gobierno y a las posiciones mantenidas por el partido Popular y Ciudadanos. Han puesto de manifiesto que se encuentran fuera de la realidad, por un lado, y por otro, el fracaso que han obtenido debido a que han hecho todo lo posible para que la huelga y las manifestaciones fracasaran. Han tratado, con ayuda de algunos periodistas, de descalificar al movimiento feminista, de proclamar a los cuatro vientos las mujeres de estos partidos que no irían a la huelga, algunas se han superado con la huelga a la japonesa, y que ante la barbaridad de estas declaraciones hasta el propio Rajoy se tuvo que desmarcar.

Ciudadanos a última hora se subió al carro de asistir a la manifestación, seguramente cuando percibió que la ola a favor de la lucha de este día iba en ascenso. Pero no deje de ser penoso que este partido, que se presenta como una fuerza regeneradora y como una derecha más moderna, haya demostrado que sigue aferrado en muchas cosas a posiciones retrógradas propias del PP. Lo han puesto de manifiesto las declaraciones de sus dirigentes, sobre todo, las realizadas por Inés Arrimadas, en el programa El Objetivo de la sexta. Este programa que estuvo dedicado, el domingo 4 de marzo, al día de la mujer puso en evidencia que tanto la ministra de Sanidad como Arrimadas, que tiene por otra parte valores políticos que aprecio positivamente, no entienden ni conocen nada de lo que supone la lucha feminista. 

La ministra siente aversión por el término feminista y se llevó la palma de los despropósitos cuando anunció que el día de la huelga ella iba a trabajar para la igualdad. Lo que no deja de ser paradójico que haga unas declaraciones de este tipo como miembro de un gobierno que ha intensificado la desigualdad en derechos, oportunidades y rentas. Pero hay que decirle a la ministra que no se conocen en la historia casos en los que los avances en derechos e igualdad se hayan producido desde los despachos y menos del poder dominante. Todos- los de los trabajadores, los de las mujeres, los de los homosexuales, los de los negros- han sido resultado de luchas sociales. Hay muchos libros académicos y de ficción sobre ello. No voy a pretender que lea pero por lo menos que vea películas en las que se exponen las muchas luchas que ha habido que dar y que hay que seguir dando para lograr lo obvio.

Observo de todas maneras, que esta ignorancia no es propia de la ministra, sino es más amplia, y abarca fundamentalmente a la derecha, aunque no solo, y es que la historia de los movimientos sociales no está en los curricula académicos ni del bachillerato ni de la Universidad, salvo en las facultades de historia, y no en todas ellas. Es una historia que no interesa que se conozca. Su conocimiento viene del esfuerzo individual y hay mucha bibliografía y buena para hacerlo. Pero la lectura no suele estar entre las preferencias de la mayor parte de los políticos.  

En suma, que tenemos unos gobernantes que se encuentran en una burbuja ajena a la realidad, desconocedores de la historia social y que marchan en contra de la corriente de la historia en defensa de los derechos. ¿Cómo pueden gobernarnos personas que ignoran la realidad de las mujeres, los jubilados, los excluidos, los pobres con trabajo y sin trabajo, las diferencias sociales y la desigualdad? El 8 de marzo de 2018 ha sido un día de lucha y de reivindicación pero que ha cuestionado a su vez a un gobierno y a unas ideas conservadoras y retrógradas impropias del siglo XXI.

El 8M y la retrógrada derecha política