miércoles. 24.04.2024

El 12 de junio de 1985, una fecha histórica en la economía española

Hace treinta años España y Portugal firmaron el Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas (CEE).

Hace treinta años España y Portugal firmaron el Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas (CEE). La fecha ponía fin a la marginación que España había sufrido en la construcción de la integración europea y suponía el inicio de un nuevo camino esperanzador pero que también planteaba nuevos retos para una economía como la española, que tenía un grado de desarrollo inferior a la de las grandes potencias europeas.

El franquismo supuso un gran retraso económico, social, cultural y político, que a partir de aquí se trataba de recuperar de algún modo. La economía española, debido a su régimen político, quedó marginada del orden capitalista, sistema al que pertenecía, que se construyó después de la Segunda Guerra Mundial. De manera que no fue miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) hasta finales de los años cincuenta. Tampoco se benefició del Plan Marshall.

La economía española sufrió un aislamiento que supuso pobreza, hambre, estrecheces para la mayoría de la población y grandes privaciones y carencias. Se estableció una economía autárquica hasta el año 1959 y la implantación de cartillas de racionamiento duró hasta 1952. El racionamiento dio lugar a la existencia de un mercado negro y al estraperlo, que gente influyente del régimen utilizó para su enriquecimiento personal. De hecho algunas fortunas actuales tienen en esos años oscuros su origen.

Es a principios de esta década de los cincuenta cuando se recuperaron los niveles económicos de preguerra, que ya de por sí eran bajos, lo que ofrece un indicador de las grandes miserias padecidas. El aislamiento empezó a atenuarse en 1953 con la firma de los acuerdos con Estados Unidos, que dio prioridad a sus intereses hegemónicos y geoestratégicos sobre los derechos democráticos dando el apoyo a una dictadura. Dos años más tarde, y con el patrocinio de Estados Unidos, España ingresa en las Naciones Unidas.

La crisis económica padecida por la economía autárquica provocó un punto de inflexión a finales de los años cincuenta con la llegada de un Gobierno compuesto por destacados miembros del Opus Dei y que fueron bautizados como tecnócratas. España ingresa en los organismos económicos internacionales antes mencionados y el Gobierno aplica el Plan de Estabilización en 1959 con el fin de frenar la inflación que se había generado en el modelo autárquico como consecuencia de las limitaciones que tenía. Se llevan a cabo medidas para liberalizar la economía española tanto en el interior como en el exterior. Se inicia la progresiva inserción de la economía española en la economía mundial. La llegada de turistas, de inversiones extranjeras y de las remesas de emigrantes va a generar los ingresos necesarios para que sea posible el despegue de la economía española en la década de los sesenta.

El proceso de integración europea se había iniciado en 1952 con la creación de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA) por Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Estos seis países firman en 1957 el Tratado de Roma por el que se crea la Comunidad Económica Europea (CEE). Desde entonces se han ido dando varias ampliaciones hasta la situación actual. España, una vez más, queda fuera de este proceso por tener un desarrollo económico inferior al de los países fundadores y sobre todo por no cumplir un requisito necesario con es el tener un sistema democrático.

Hay que esperar a la restauración de la democracia en 1977 para solicitar el ingreso en la CEE, lo que se consigue en 1985, años más tarde y tras arduas y duras negociaciones.

Lo logra el Gobierno socialista y este hecho hay que apuntárselo en su haber, aunque fue apoyado por prácticamente todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. El proceso no fue nada fácil, pues las negociaciones coinciden con la crisis de la CEE consecuencia de los efectos producidos por los acontecimientos que se dieron en la década de los setenta. No obstante, con anterioridad y en los finales del franquismo se pusieron ya ciertas bases para que no se iniciara el camino desde cero, como fue la firma del Acuerdo Comercial Preferencial firmado por España con la CEE en 1970. Esto supuso una apertura en la circulación de mercancías entre ambas partes. El Acuerdo Preferencial fue beneficioso para la economía española, pues se consiguió exportar mercancías industriales y no solamente agrícolas al área europea. La economía española se benefició sin duda del hecho de que los negociadores europeos infravaloraran la industria y le concedieron por ello unas preferencias arancelarias más ventajosas que a determinados productos agrarios.

En 1985 se cierra una etapa en la economía española y se pasa a pertenecer al club de los países ricos de Europa, que durante la posguerra habían tenido un camino muy diferente al seguido por España. La democracia triunfó sobre el totalitarismo, y se implanto una economía mixta, sustentada en las ideas de Keynes y el Estado del Bienestar, lo que posibilitó un elevado crecimiento económico y una mejora en la distribución de la renta y riqueza.

Estos treinta años se cierran para la economía española con un balance positivo, no hay nada más que analizar los datos económicos y sociales, pero también ha habido puntos negros que han desembocado en la crisis actual y los padecimientos sufridos, como consecuencia de la política de austeridad impuesta por los dirigentes de la Unión Europea (UE). La deriva neoliberal de la UE está provocando que este proyecto esté fracasando sobre lo que fue y el éxito europeo que se basó en la cooperación y en un modelo social de desarrollo se está viniendo abajo. 

El 12 de junio de 1985, una fecha histórica en la economía española