jueves. 28.03.2024

¡Al suelo, que vienen los nuestros!

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se equivoca al dirigir mayoritariamente sus ataques a Podemos...

La frase que encabeza este artículo es atribuida al ministro Pío Cabanillas. Frase que no ha perdido vigencia, ya que podemos aplicarla con total propiedad a la situación actual del PSOE. No quiero ponerme dramático, pero de no mediar un cambio radical a nivel ideológico, como también de la actuación de parte de sus dirigentes, entra dentro de lo previsible que su futuro sea muy semejante al del PASOK griego. En cuanto a que necesita un rearme ideológico, recobrando sus señas socialdemócratas con la lógica adaptación a los momentos actuales, es una obviedad. En una reciente conferencia impartida por Pablo Iglesias en Bolivia lo expresaba con claridad meridiana:  “Una de las consecuencias fundamentales, dice Negri, del éxito del neoliberalismo es que la socialdemocracia se queda sin espacio para distinguirse, no puede distinguirse. Cada vez que debato con un dirigente del Partido Socialista inicialmente me dice que está completamente de acuerdo con lo que digo y entonces le pregunto: ¿Por qué reformaste la Constitución con el Partido Popular para cambiar el artículo 135 de la Constitución para establecer el techo del déficit? ¿Por qué habéis hecho reformas laborales iguales? ¿Por qué en política internacional estáis de acuerdo en todo? ¿Por qué sois tan parecidos? Y es porque una de las consecuencias del éxito del neoliberalismo es que se han quedado sin espacio, no pueden distinguirse, se pueden distinguir en cuestiones que tienen que ver con los derechos civiles, con cuestiones que tienen que ver con la sensibilidad ante las libertades sexuales, en detalles, en pequeños detalles; se han quedado sin espacio para gobernar y eso abre una oportunidad”. Y bien que la está aprovechando Podemos.  Insistiendo  en esta idea de la renuncia a los principios socialdemócratas por parte del PSOE, podemos observarla en las políticas puestas en marcha de recortes sociales por Rodríguez Zapatero en mayo de 2010. O en el intercambio de cartas en el verano de 2011 entre los entonces Presidente del BCE, Jean-Claude Trichet y Gobernador  del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez con el Presidente del Gobierno de  España José Luis Rodríguez Zapatero. Hay que leerlas. Son demoledoras en cuanto a la claudicación y servilismo de un presidente de un gobierno “democrático”. De todas maneras el comportamiento del PSOE es extrapolable al resto de los partidos socialistas europeos, véase el SPD gobernando en coalición con Merkel, o las actuales políticas de Hollande en Francia. A pesar de todo, sigue existiendo todavía entre el  electorado europeo un porcentaje muy importante partidario de los principios de la socialdemocracia. Han sido los partidos socialistas europeos, los que han renunciado a sus esencias socialdemócratas, de ahí su declive y de momento irreversible retroceso electoral. Es claro. Mientras estoy redactando estas líneas observo que con el 50% escrutado de los votos en Grecia el PASOK se queda  en el 4,81% de los votos, cuando en las elecciones de mayo de 2012 llegó  al 12,3%. Esto parece la crónica de la muerte anunciada.

Sobre este contexto general europeo, en el PSOE sus dirigentes con sus luchas intestinas su futuro se agrava mucho más, regalando millones de votos a la nueva fuerza política de Podemos. Pedro Sánchez fue elegido secretario general del PSOE en primarias con el 49% de los votos de los militantes, en concreto 62.477. No entro ni salgo si fue tutelado por Susana Díaz. Ni tampoco si había otros candidatos con mayor solvencia.  Mas lo que parece cierto es que tiene toda la legitimidad. Tampoco quiero detenerme en si ha sido capaz de elaborar un discurso lo suficientemente ilusionante para recuperar a los antiguos votantes del PSOE. Creo que se está equivocando al dirigir mayoritariamente sus ataques a Podemos. Mas lo que me parece lamentable es que las viejas prácticas del PSOE se reproducen: cuatro dirigentes han considerado siempre el partido como un cortijo que se puede repartir en torno a una mesa después de una buena comilona. Estoy observando con estupor cómo parte de sus dirigentes actuales le están segando la hierba bajo sus pies a Sánchez. Una prueba de ello, son las reuniones secretas de algunos de ellos con Susana Díaz, instándola a que presente su candidatura a la presidencia del gobierno. Por cierto, ignoro cuáles son los méritos políticos de esta señora, salvo el de estar al frente de la federación más importante del PSOE. Y ya como ejemplo de esta estrategia de acoso y derribo a Sánchez, es la reciente reunión secreta de Rodríguez Zapatero con Pablo Iglesias en casa de José Bono. De entrada si en esta iniciativa está detrás Pepe Bono no se puede esperar nada bueno, vista su capacidad para la intriga. Yo suponía que ya se había retirado de la política, pues parece que no. En cuanto a Rodríguez Zapatero es sabido que se ha sentido profundamente ofendido por la propuesta de Sánchez de enmendar la reforma del artículo 135 de la Constitución, que el impulsó y aprobó con nocturnidad y alevosía en connivencia con Rajoy en septiembre del 2011. No obstante, algunos comentaristas políticos aventuran que Sánchez en la búsqueda de un espacio político propio y diferenciado de los antiguos gobernantes socialistas y temiendo el avance de Podemos, se ha escorado más a la izquierda de lo que algunos de sus valedores esperaban. Siendo esta circunstancia así, Sánchez no sería una garantía para un gobierno de coalición PP-PSOE dentro de un año, si las circunstancias del país así lo exigieran dentro de un año., tal como defienden entre otros, Felipe González. Puede que aquí esté la explicación de destronar a Sánchez cuanto antes mejor.

Termino. No sé si son conscientes sus dirigentes del grave daño que están haciendo a este partido con tan larga trayectoria histórica, y que pueden convertirlo en una fuerza política minoritaria, tal como le ha ocurrido al PASOK. Aunque intuyo que esta dramática circunstancia se la trae floja a la mayoría de ellos.

¡Al suelo, que vienen los nuestros!