jueves. 28.03.2024

Foro “la emancipación y la igualdad” sobre alternativas al neoliberalismo

En Buenos Aires, en el Teatro Nacional Cervantes se acaba de celebrar el Foro Emancipación e Igualdad.

En Buenos Aires, en el Teatro Nacional Cervantes se acaba de celebrar el Foro Emancipación e Igualdad, organizado por el Ministerio de Cultura argentino y la Secretaría de Coordinación Estratégica del Pensamiento Nacional. Los temas de gran actualidad política se han desarrollado en diferentes mesas: desafíos y encrucijadas en América Latina; América Latina y Europa en espejo; nuevas izquierdas y tradiciones populares en Europa; actualidad de las tradiciones emancipatorias; nuevas subjetividades, neoliberalismo y proyecto emancipador, y la nueva generación ante la disputa del presente. Sorprende que tal acontecimiento haya pasado prácticamente desapercibido para la prensa española.

Una de las mesas ha sido la de América Latina y Europa en espejo, en la que participaron: Ignacio Ramonet, Iñigo Errejón y Álvaro García Linera. Ramonet vino a decir que “un fantasma (progresismo latinoamericano) recorre el mundo, de ahí que suba la fiebre y cunda el nerviosismo en muchos lugares, al ponerse nerviosos los países, en los que se ha convertido en ideología hegemónica el neoliberalismo. Pero sobre todo quiero fijarme en la aportación del dirigente de Podemos, de la que voy a tratar de reflejar las ideas fundamentales. Para algún despistado o malpensado, figuras subjetivas abundantes en esta España nuestra, quiero señalar que mi interés por las palabras de Errejón, está justificado por lo que ha supuesto la irrupción de Podemos a la hora de propiciar, ya era hora, el debate político y que va a desempeñar un papel clave en el futuro político de nuestro país, bien en la oposición o en el gobierno, mal que les pese a muchos.

Errejón explica el título de  “América Latina y Europa en espejo”  aduciendo que no significa copia ni calco, sino la posibilidad de dialogar, de venir al sur, gente como ellos procedentes de un trozo del sur en el norte, no para poner etiquetas, sino a discutir, a dialogar e intercambiar experiencias. Y sin remilgos manifiesta su vinculación política con América Latina: PODEMOS no habría sido posible sin el inmenso arsenal de conceptos, de análisis, de pensamiento y de coraje que lleva quince años demostrando América Latina. Vinculación que ya señaló Pablo Iglesias en Desarrollo del conversatorio “Alternativas políticas para la crisis global”, realizado en la ciudad de La Paz en el Auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB), el 25 de septiembre de 2014: Estamos aquí, no para dar conferencias ni para enseñar nada, estamos aquí para preguntar, para aprender, para aprender qué es lo que significa el cambio político…

Sigue diciendo Errejón  que las tareas a desarrollar de América Latina y Europa son muy distintas. En América Latina la batalla fundamental es consolidar, hacer irreversibles las transformaciones de época ya conseguidas- como las de los gobiernos de Evo Morales o Rafael Correa, y que no dependan de una victoria electoral, para que se constituyan ya en un suelo mínimo de la convivencia que ni siquiera los adversarios puedan revertir. En Europa y en España estamos en otro momento político. En Europa estamos en el momento de la apertura, de la capacidad de construir una fuerza política que altere los equilibrios viejos y que le devuelva las instituciones a la gente, a las mayorías sociales, ya que aunque las instituciones se siguen determinando  por el voto popular, ha habido una dinámica oligárquica que las ha venido secuestrando. Los ciudadanos votamos cada cuatro años, pero eso no es suficiente en una democracia. Se ha producido un  secuestro de la soberanía popular por unos poderes financieros libres de cualquier  control ciudadano. Es muy importante el votar, son muy importantes los derechos civiles. Pero no basta con eso para que haya democracia. Para que haya democracia las instituciones deben estar para el interés general. Durante el predominio conservador, se ha expandido la idea de que en Europa se podía desterrar la política. Esta visión pensó que en Europa había llegado a un nivel de modernidad tal que nosotros ya no se emocionaba con la política. En Europa, la discusión política, la pasión, los afectos, la confrontación de ideas y de proyectos, eso ya estaba fuera. Un tiempo en que la política no era más que la administración de las cosas, siendo las grandes decisiones tomadas fuera de la esfera pública, y por tanto fuera de de la gente corriente. Esta utopía conservadora, que durante un tiempo no sólo se ha mirado dentro de Europa, sino que también se ha permitido dar lecciones hacia fuera y decir “Ustedes todavía se emocionan con la política y gritan y a veces cantan y a veces lloran y confrontan ideas. Pero eso es porque no son suficientemente maduros. Eso es porque no han alcanzado un grado suficiente de madurez política”. Bien, esa utopía conservadora hoy se resquebraja en Europa, en un momento en que vuelve la hora de la política. Y esta ruptura, muestra que la democracia no es el fruto de un acuerdo fundamental sobre el conjunto de las cuestiones, sino que la democracia es fundamentalmente la posibilidad de defender proyectos diferentes. Incluso que los más humildes se puedan convertir en mayoría y puedan girar las instituciones para ponerlas al servicio de sus necesidades.

Errejón se detiene en la situación política en España, un momento decisivo para nuestra historia, y también para Europa. Para entender la situación política en España hace un  diagnóstico. Tenemos que partir de la situación de crisis orgánica del régimen político nacido en 1978. Esto es, del agotamiento de un ciclo político abierto por la Constitución de 1978, del agotamiento de sus actores fundamentales, de sus consensos fundamentales, de sus instituciones principales, de sus certezas, y también de un tipo de articulación social, de un tipo de bloque de poder que ha regido la vida de nuestro país durante los últimos 35 años.

Para ser más ordenado Errejón se detiene en 7 elementos de esta crisis orgánica. En primer lugar, un elemento de ofensiva oligárquica. Han sido los privilegiados los que han roto el contrato social vigente, lo que marcó el escenario de convivencia desde los contratos sociales de posguerra después de la Segunda Guerra Mundial. Los privilegiados, como nunca en las últimas tres décadas, han acumulado mayor renta, poder y capacidad de decisión política en la cúspide de la pirámide, y deparando mayor empobrecimiento en las últimas tres décadas para la mayoría de la población.

En segundo lugar, el desprestigio de los actores políticos fundamentales, pero también la pérdida de cohesión de las élites. Se ha producido  un desprestigio acelerado de las élites tradicionales y de sus partidos, que aún todavía consiguen unas cantidades muy importantes de votos, pero que es un voto que no ilusiona. Las élites en España  han dejado de comportarse como un cuerpo homogéneo, y han empezado a vivir un proceso de descomposición egoísta, de “sálvese quien pueda”, como si hubieran empezado a percibir que efectivamente hay un ciclo político que se cierra, y que lo que hay que hacer es acelerar el uso patrimonial de las instituciones, acelerar el qué puedo llevarme yo durante el tiempo que esté en el servicio público.

En tercer lugar, la propia crisis de las instituciones y del Estado de derecho. En España asistimos a una situación por la cual una buena parte de los representantes políticos tienen cada vez más problemas con el normal funcionamiento del Estado de derecho, y por la cual hay instituciones tradicionalmente conservadoras y afectas al bloque dominante que, solo el hecho de hacer normalmente su trabajo, les coloca frente a una buena parte de los entramados mafiosos que durante este ciclo político engrasaron y pusieron en conexión el sistema de partidos y el sistema económico..

En cuarto lugar, la crisis de un modelo de desarrollo que con las turbulencias financieras se ha mostrado extraordinariamente débil. Crisis que expulsa a sus mejores jóvenes, a sus jóvenes más formados, pero que acepta servilmente, un papel de periferia europea de servicios de bajo valor añadido, de poca economía del conocimiento, de la construcción de las actividades especulativas, de las actividades turísticas. La crisis de este modelo de desarrollo, se manifiesta en que para los planes de los poderosos ahora mismo sobra un tercio del país en España. Y al otro tercio le dice “Vas a tener que esperar, es posible que a tu generación le haya tocado ser una generación perdida”.

En quinto lugar, la crisis de las promesas de certidumbre y de ascenso social. La crisis de la promesa o la quiebra de esta idea por la cual cada generación viviría mejor que la anterior y, por tanto la pérdida, muy importante para el caso de los sectores medios, de esa certidumbre por la cual la obediencia al conjunto de normas que había que seguir, era recompensada con el ascenso social individual. Con esta quiebra, la oligarquía se ha visto en crecientes dificultades para articular en torno a sí a una serie de sectores sociales que no jugaban un rol protagónico pero que eran centrales en el mantenimiento del viejo bloque de poder.

En sexto lugar, Europa. Con la vuelta de la política, se ha producido la ruptura de la excusa que para muchos de nuestros malos gobernantes constituía Bruselas.No se puede hacer otra cosa porque viene de Bruselas”. Cuando han sido exactamente las políticas dictadas por Bruselas las que nos han sumido en un pozo de pobreza, de atraso, de caos. En España las políticas de austeridad supuestamente tenían, en primer lugar, dos objetivos: uno, que estuviéramos en mejores condiciones de pagar la deuda. La deuda no ha parado de crecer. Dos, que estuviéramos en condiciones de crear empleo, lo que hemos hecho ha sido una masiva destrucción del empleo.

En último lugar, para entender la crisis orgánica en España hay que entender, el ciclo de protestas, de movilización colectiva, de recuperación de la política por la gente corriente abierto por el Movimiento 15 de mayo. Este ciclo de protestas se encontró con un Estado sólido. Y hay que reseñar: en España hay una crisis de régimen político, no hay una crisis de Estado. No va a quebrar el monopolio de la violencia, ni la ordenación del territorio, ni la prestación de los servicios esenciales, no vamos a ver presidentes huyendo de la Casa de Gobierno en helicóptero. En España hay una crisis de régimen, pero no hay una crisis de Estado. Eso hizo que la acumulación de protestas no fuera suficiente. Eso no significa que no fueran útiles. Significa que no fueron suficientes. No consiguió alterar los equilibrios de poder en el Estado. Pero ciertamente construyó un nuevo clima de época, que ayudó a que las élites todavía gobernantes se encontraran ya a la defensiva. Es gracias al ciclo de protestas del 15 de mayo y los indignados, gracias a tanta gente que se movilizó, que se han abierto posibilidades políticas inéditas en España.

¿Y cuál es la situación política ahora? Es la de una posibilidad de cambio inédita en muchos años de nuestra Historia. Una posibilidad de cambio marcada por un hito  cualitativo. El hito es que después de un ciclo largo de enfados, de descontento, de tristeza, o incluso de protestas de forma fragmentada, sin referentes comunes, hoy estamos en condiciones en las que podemos decir que es un trabajo en marcha. Pero hay condiciones claramente para que, lo que antes eran descontentos fragmentados, hoy sean una voluntad colectiva, una voluntad popular nueva. Una de las manifestaciones más importantes de esto fue la movilización que tuvimos el 31 de enero en la Puerta del Sol.  Lo que la hizo histórica es que fue una movilización, explícitamente política. Veníamos de muchos años de movilizaciones en negativo, de movilizaciones que decían “No” a algo. Que intentaban revertir ataques, privatización de los hospitales, desahucios de las familias, ataque a la escuela pública, ataque a los derechos laborales. Y lanzamos una movilización que era muy distinta. Era una manifestación que iba encabezada por dos palabras, una pancarta con dos palabras, que decía “Es ahora”. Una manifestación que básicamente decía “Creemos que hay una mayoría popular en marcha que es capaz ya de recuperar las instituciones y de ponerlas al servicio de la gente”.

En este año, nosotros tenemos muchas disputas electorales claves en la disputa política. Nosotros lanzamos una iniciativa electoral que no tenía demasiada base social previa. Y encontramos que hubo mucho eco popular.

Y dos apuntes más. Creemos que en el momento histórico que atravesamos el juego completo de las élites es un juego de intentar contener, limitar, el espíritu de cambio del momento, limitar las transformaciones en marcha, e intentar que el 2015 sea un mal sueño. “Aguantemos 2015, contengamos, mantengamos los equilibrios viejos, que esto pasará”.

Por el contrario, las tareas de los que trabajamos para el cambio, tienen que ser tareas de expandir la articulación, de reducir y de enfrentar la campaña de miedo con la que las élites nos están enfrentando.

En esa situación, tenemos tres tareas. La tarea de librar las disputas electorales de forma tal que nada pueda volver a ser lo mismo. Que los equilibrios viejos no se puedan reeditar, que la representación política del cambio en las instituciones en España sea lo suficientemente fuerte como para evitar cualquier intento de restauración conservadora. La tarea de la formación política, de la formación del reclutamiento, y del trabajo político, intelectual y de gestión con los mejores cuadros que ayuden no solo a hacer las cosas diferentes, y esto lo hemos aprendido de América Latina. No solo a hacer las cosas diferentes de como las hacía el adversario, sino hacerlas mejor. Y la tarea  del trabajo de construir un pueblo que esté en condiciones de reclamar su soberanía, que esté en condiciones de reclamar que el país real no pueden ser aquellos que tienen sus cuentas corrientes en Suiza. Sino que es su gente, que son sus familias. Que el país de verdad es nuestra gente, y que nos empuje, nos acompañe, y tensione empujando el horizonte de lo posible, más allá de lo que dicen los que hasta ayer vendían resignación y hoy solo pueden vender miedo.

Termino con las palabras de Álvaro García Linera, todo un aviso a navegantes: Por último, quiero decir a nuestros hermanos europeos que los argentinos, los bolivianos, vemos lo que está pasando en Europa como si estuviéramos viendo una película retro, de tiempos de Charles Chaplin. Lo que les ha pasado a ustedes ya lo hemos visto, ¡nos ha pasado a nosotros! Imposición del Fondo Monetario, del Banco Mundial, políticas de austeridad, de privatización, de despidos. Pasó aquí en Argentina, pasó en Bolivia, pasó en Ecuador, pasó en Perú. Lo que está pasando ahorita en Europa es lo que pasó en América Latina veinte años atrás. Y el resultado fue una noche terrible, una noche terrible de desgracia. ¿Qué les decimos? No pasen esa noche. No. Es terrible. Es depredadora. Es mortal. Todas las políticas de austeridad conducen a pérdida de derechos, a pérdida de soberanía, a pérdida de sindicalización, a retroceso económico, a subordinación política, a subordinación económica. Aquí en Argentina, en Bolivia, en los años 80, en tiempos neoliberales, el 40% de la riqueza pertenecía a un país extranjero, el otro 30% a empresas extranjeras. La extrema pobreza se incrementó, la precariedad se infló, los jóvenes no tenían esperanza ni tenían destino. Lo vivimos. Hermanos europeos: no pasen por eso. Si en algo sirve la experiencia latinoamericana es que las políticas de austeridad destruyen las naciones, destruyen la sociedad, anulan la democracia y hacen perder la soberanía económica. Den un salto. Rompan con eso. Hay otra posibilidad de riqueza. Hay otra posibilidad de distribuir y de generar riqueza sin aceptar la imposición terrible, autoritaria, despótica, de esos organismos, de esas Troikas, que se creen los dueños del mundo. ¡No! Europa es de los europeos. No es de los mercados europeos ni del Bundes Bank. Europa es para los europeos, como América Latina para los latinoamericanos.

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