viernes. 29.03.2024

Algunas reflexiones a vuela pluma sobre el Congreso del PSOE

Es evidente que Pedro Sánchez está tutelado por Susana Díaz. Eso cualquiera puede verlo...

Este fin de semana acaba de celebrarse el Congreso Extraordinario del PSOE, en el que ha sido confirmado como su secretario general, Pedro Sánchez, el preferido por todo el aparato político, económico y mediático de la derecha española. Los delegados no podían hacer otra cosa, tras haber sido elegido por los militantes en las primarias, aunque luego la nueva Ejecutiva solo obtuvo el 87% y el Comité federal el 87,44%.

En el proceso de elección de delegados, salvo alguna excepción, han sido prácticamente los mismos. Los de siempre, los presentados por el aparato. Parece que todavía no se han enterado que los tiempos políticos son totalmente diferentes a los de otras épocas. El aparato todavía piensa que “ya escampará”. Creo que están equivocados.  

Se han vuelto a repetir la lucha, como siempre, entre las diferentes delegaciones para repartirse los puestos en los cargos orgánicos, tanto en la ejecutiva como  en el comité. Cabe suponer que los criterios utilizados para su selección hayan sido exclusivamente la competencia y la integridad. Como siempre también han sido los barones los que han repartido la tarta, eso sí siempre mirando hacia el  Paso de Despeñaperros. No en vano, Susana Díaz además de repartir abrazos y sonrisas a diestro y siniestro, ha sido visto portando una lista, que supongo no sería la de la compra. Pedro Sánchez había dicho que trataría de alcanzar una ejecutiva de integración, en la que estarían representadas las otras candidaturas de Madina y Pérez Tapias, sin embargo por las declaraciones de estos últimos no ha sido así.  Mas en política todo es posible.

Es evidente que Pedro Sánchez está tutelado por Susana Díaz. Eso cualquiera puede verlo. Nada más ser elegido en las primarias salió disparado a rendirle culto y pleitesía y ha presidido el Congreso. La nueva presidenta del PSOE, la andaluza Micaela Navarro, acaba de decir que el nuevo secretario general no está tutelado por el PSOE de Andalucía. Excusatio non petita, acussatio manifesta. Como militante del PSOE, me llama poderosamente la atención el encumbramiento de Susana Díaz, por lo que inevitablemente tengo que hacerme la pregunta: ¿qué méritos ha contraído para asumir un papel tan relevante? Que yo sepa, de momento, el único es el haber sido designada como su sucesora a dedo por Griñán. Otros méritos yo no los veo, lo que no significa que no los pueda tener.

Hechas estas consideraciones previas, aunque no parece que Pedro Sánchez tenga carisma de un auténtico líder, le felicito, esperando que sea capaz de relanzar el partido hacia los niveles alcanzados en otras épocas recientes. Tarea muy complicada. En ese empeño quiero fijarme en su discurso de clausura del Congreso para ver las propuestas programáticas, que es lo que de verdad interesa a la sociedad española. Me parece un discurso de una izquierda moderada por algunas limitaciones que expondré al final.

El diagnóstico de la situación de España es muy acertado, aunque tampoco es muy complicado hacerlo, cualquiera medianamente informado tiene que verlo. Adolece del defecto de no asumir la parte de responsabilidad que ha tenido el Gobierno de Rodríguez Zapatero en el origen y el desarrollo de la crisis que nos agobia. Me parece muy importante el reconocer los méritos de los gobiernos socialistas en la puesta en marcha del Estado de bienestar, así como determinadas conquistas en el ámbito de los derechos civiles. E igualmente el apelar a la herencia de este partido centenario, que hace 135 años se conjuró en la lucha política por la igualdad de todos los españoles.

Sánchez ha dicho que “Nuestra tarea es cambiar el rumbo de España en lo económico, lo social, lo político y lo institucional”. Con respecto a las políticas europeas cabe destacar que haya dicho, aunque no con el suficiente énfasis, como si tuviera algún respeto a molestar a las instituciones de la UE.  “Nuestra alternativa socialista defiende la Unión de Europa, no la división entre el norte y el sur; que anteponga los intereses de todos los europeos y que no actúe bajo la lógica del país acreedor frente al país deudor, que lo que hace es causar dolor y poner en riesgo la prosperidad presente y futura de millones de europeos; que le diga al Banco Central Europeo que no estaría mal que deprecie el euro para animar las exportaciones; que gradúe el ajuste fiscal. Una Europa que acabe con los paraísos fiscales, los de dentro y de fuera. Que impulse un verdadero plan de inversión pública que cree trabajo.

Con respecto al ámbito nacional la alternativa socialista aboga para que  se reestructure la deuda de las familias y que se impulse un plan tecnológico para modernizar nuestro parque empresarial; para que los bancos nacionalizados faciliten el crédito a las pymes y autónomos y cuando se vendan deben serlo por el mismo precio por el que fueron rescatados.

En el ámbito de los derechos sociolaborales promete derogar la reforma laboral y recuperar los derechos laborales perdidos, la negociación colectiva. Recuerda y cuenta con los jóvenes obligados a salir fuera de España  y con los mayores de 45 años, los grandes damnificados.

Para defender una economía de la igualdad propone una reforma fiscal que equipare la tributación de las rentas del  capital a la renta del trabajo y que luche contra el fraude fiscal y acabe con la injusta fiscalidad de las SICAV. Una reforma fiscal que garantice el Estado del bienestar porque eso, las políticas sociales, son hoy la salvaguarda de la cohesión social y territorial.

Igualmente promete luchar contra el cambio climático, devolver a este país a la posición de vanguardia en energías renovables, abordar un cambio de un modelo energético, que lima nuestra competitividad y provoca desigualdad social, y no permitir que más de un millón de españoles sufra pobreza energética.

La apelación a la economía no es solo que el Estado debe intervenir en la economía, sino que tiene que ser otro modelo de Estado, que erradique esas inercias que alejan a los ciudadanos de sus instituciones: la burocracia, la falta de transparencia y de participación y defender de una vez por todas el interés general por encima de los intereses particulares, porque hay mucho lobby en este país, que influye mucho en las decisiones políticas del Gobierno.

En el ámbito de los derechos civiles promete la derogación de la ley del aborto del PP ,una ley de igualdad salarial entre hombres y mujeres, una ley de igualdad de trato, el reconocimiento de derechos a personas con discapacidad y la integración de la población inmigrante serán retos que abordaremos en los próximos tiempos.

En cuanto a una imprescindible regeneración democrática apuesta por una democracia radical: eliminando a los  corruptos del PSOE; acabando con el aforamiento total de cargos públicos; limitando los mandatos de la presidencia del Gobierno a dos legislaturas; reordenando la financiación de empresas a partidos políticos; defendiendo la independencia de las instituciones garantes de la higiene democrática de nuestro sistema político, quitando en el Tribunal de Cuentas, la principal institución que fiscaliza a los partidos políticos, a los representantes políticos; endureciendo el Código Penal por delitos vinculados con la corrupción política; potenciando la participación ciudadana en las instituciones, la primera en el Congreso de los Diputados, porque necesitamos instituciones transparentes, ejemplares y abiertas;  y reformando  nuestro sistema electoral.

En cuanto a la cuestión territorial defiende una España federal, aun reconociendo el buen funcionamiento del Estado de las Autonomías.

Niega de una manera tajante que en el futuro haya grandes coaliciones en Madrid o en Bruselas. No sé qué opinará al respecto el gran Felipe González.

En base al laicismo de los socialistas, que no tiene nada que ver con el clericalismo, propone el fin de los acuerdos con la Santa Sede.

Defiende  una España de izquierda que cuente con sus alianzas de siempre: UGT y Comisiones, pero tiene que ser  más ambiciosa: recuperando a los indignados, el mundo de la cultura, del arte y del pensamiento progresista, que últimamente la  miran de reojo. Hay que recuperar a los que votaron al Partido Popular y que  hoy están decepcionados porque se saben engañados. Hay que buscar a todos los españoles que quieren cambiar las cosas sin populismos ni demagogias.  En una clara alusión a Podemos advierte que si no se paga la deuda- algo que no dice Podemos, lo que si dice es no pagar la ilegítima-, quien lo acaba sufriendo no es el directivo de un consejo de administración de una gran corporación, sino el empleado que cobra 600 euros. Para recuperar a toda esta gente hay que cumplir lo que promete, ni más ni menos. Hay que ser  transparentes y por eso se publicarán trimestralmente en Internet las cuentas del partido; publicarán los bienes y los intereses de todos y cada uno de los cargos públicos del PSOE; lo exigible para tener responsabilidades en el PSOE es el patrimonio de la honradez y la transparencia. El patrimonio de la ejemplaridad.

Es de esperar que si se alcanza el poder, todas las propuestas expuestas sean llevadas a la práctica. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Pero también he visto varias importantes carencias. No ha hablado ni defendido  el republicanismo, algo creo fundamental en un partido socialista. No ha citado la derogación del artículo 135 de nuestra Carta Magna, que fue una claudicación vergonzosa ante el capital, como todos sabemos, y que tanto daño electoralmente hizo al PSOE. Ni tampoco un tema fundamental, cual es la auditoría de la deuda pública, para conocer cuál es ilegítima. Y tampoco ha hablado de derogar la reforma de las pensiones puesta en marcha por el gobierno de Rajoy, que está suponiendo un grave deterioro del nivel de vida de muchos pensionistas presentes y futuros. He echado de menos el que no haya aludido a la recuperación de la Ley de la Memoria Histórica.

A pesar de ello, reitero mi deseo que Pedro Sánchez saque de esta situación crítica en la que esta sumido este partido centenario. Trabajo tiene delante.

Algunas reflexiones a vuela pluma sobre el Congreso del PSOE