viernes. 19.04.2024

O acabamos con las primarias o las primarias acabarán con nosotros

Dentro de unos días se van a realizar las primarias para la Secretaría General del PSOE. Es todo un ejercicio de democracia. Sin embargo, un alto dirigente del PSOE acaba de señalar con total contundencia unas palabras muy graves: “O acabamos con las primarias o las primarias acabarán con nosotros”. Se descalifican por sí mismas. Me he quedado perplejo y lleno de preocupación. Las ha emitido ni más ni menos que el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. ¿Es por temor a que Susana Díaz pierda las primarias ante Pedro Sánchez? Intuyo que sí.  Son todo un ejemplo de desconfianza hacia la militancia, de lo que se deduce que el nombramiento de secretario general debería ser competencia exclusiva de los cargos orgánicos. ¿Cómo se hizo en el Congreso de Sevilla que permitió que Rubalcaba venciera a la tristemente desaparecida, Carmen Chacón? Vale más no hablar de las presiones ejercidas por parte de prebostes del PSOE con alevosía y nocturnidad a muchos de los delegados para cambiaran su voto.

Tal juicio de Fernández Vara, al que se adhieren la gran mayoría de los barones del partido, producto de una práctica generalizada en el funcionamiento del PSOE, es una demostración clara de la tesis expuesta hace unos 100 años por Robert Michels, según la cual “Ningún partido u organización es democrática porque “la organización implica la tendencia a la oligarquía. En toda organización, ya sea un partido político, de gremio profesional u otra asociación de ese tipo, se manifiesta la tendencia aristocrática con toda claridad”. ¿Por qué? Para explicarlo Michels formuló la que denominaría “Ley de hierro de la oligarquía”: “La organización es la que da origen al dominio de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores. Quien dice organización, dice oligarquía”. Está claro en el partido del PSOE, extensible al resto de los partidos, que el aparato la “nomenklatura” tiene auténtico pavor a la democracia interna-cuyo exponente más paradigmático son  las primarias-, cuando la democracia interna no es una concesión de los arriba, ya que lo exige nuestro ordenamiento constitucional, en concreto en su artículo 6º: “Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.” Todavía más, la elección del secretario general de un partido no solo debería ser competencia de los militantes, sino estar abierta al resto de los ciudadanos, previo pago de una cuota simbólica, tal como ha ocurrido recientemente en Partido Socialista Francés. Un partido político no es un cortijo de sus dirigentes, como institución pública, pertenece a su militancia y a la ciudadanía. Por tanto, que ambas participen en la elección de la máxima autoridad de un partido, tiene su lógica y además es todo un ejercicio democrático. Y no sólo eso, desde  los poderes públicos deberían potenciarse las primarias abiertas a militancia y ciudadanía. Recurro de nuevo a nuestra Carta Magna al artículo 9.2 “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Por tanto los poderes públicos no deben ser indiferentes ante la participación política de los ciudadanos, sino que deben facilitar su participación política y qué duda cabe de que los partidos políticos son el principal instrumento de esa participación política”. Y un ejemplo de participación política, además de otros, es que la ciudadanía participe en las primarias para la elección del cargo más importante en un partido, tal como he especificado en líneas precedentes. Por ello, tal como señaló recientemente el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid, Oscar Sánchez Muñoz, en la Comisión para la auditoría de la calidad democrática, la lucha contra la corrupción y las reformas legales e institucionales en el Congreso de los Diputados, es fundamental que, incluso, se empiece a considerar ya, que la financiación pública debe cubrir también los procesos electorales internos de los partidos políticos. Sería una buena idea  prever una financiación para gastos electorales en los procesos de primarias, en los procesos internos de los partidos políticos, para cubrir gastos reales de los candidatos en procesos que sean auténticamente democráticos.

Termino, con unas breves palabras dirigidas a Fernández Vara y a muchos de los barones del PSOE.  No son las primarias, sino ustedes los que van a acabar con el PSOE.

O acabamos con las primarias o las primarias acabarán con nosotros