3 de septiembre de 2009, 4:42
NUEVATRIBUNA.ES - 29.5.2009
Pilar Blanco Villarroel nos dejó una colección de excelentes columnas de opinión, unas cuantas magníficas lecturas recomendadas entre las que no faltaba Benedetti y esa hermosa manera de amar a los trabajadores en la que la ternura profunda convivía con la mirada firme, la altivez de la mujer acostumbrada a la dureza de la vida, la convicción de la defensa de los valores esenciales de la clase obrera, la sorna necesaria para reflejar las líneas torcidas de los actos humanos. Una roja de raza, en el mejor sentido de la palabra roja que dirigió el Madrid Sindical hasta el final.
Anualmente entregamos los Premios Pilar Blanco a la comunicación sociolaboral. No son premios neutrales, de los que satisfacen a todos por igual. No son premios equilibrados. Son premios de parte. Premios de mujer que defiende a los suyos por encima de todo.
Sin embargo no son premios sectarios, ni indigestos, ni poco meditados. Cada año, en nombre, recuerdo y conmemoración de Pilar, entregamos premios a cuantos aman la patria del trabajo. A aquellos que defienden, desde los medios de comunicación, valores democráticos que tienen que ver con la defensa de la libertad, la justicia, la solidaridad y la paz.
Este año los Premios Pilar Blanco han recaído en personas y proyectos de comunicación como Pedro Blasco, Tele K o la Sección madrileña del diario gratuito 20 Minutos.
Pedro Blasco, redactor madrileño de El Mundo, es uno de esos periodistas cuyas crónicas seguirán en nuestra memoria, cuando haya desaparecido de nuestra memoria el nombre de otros cronistas más afamados y reconocidos, pero más superficiales. De la misma manera que no olvidamos a Larra aunque ya no sepamos quien dirigía su periódico.
20 Minutos, ese proyecto decano de la prensa gratuita, que leemos cada mañana yendo al trabajo y que siempre guarda un rincón, un recuadro, una foto o una portada para las propuestas, análisis o movilizaciones de quienes siendo los más, los trabajadores, somos los grandes olvidados en muchos otros medios. Son noticias cortas, como toques de atención matinales en el centro de las conciencias aún adormiladas de los madrileños camino del trabajo. Adolfina García, la responsable del joven equipo de redacción madrileño del diario, recogió el premio.
Por último, Tele K, ese proyecto de comunicación del cinturón rojo madrileño, ese empeño de Paco Pérez y unos cuantos parroquianos vallecanos, apasionados por abrir las puertas de la libertad y la pluralidad en ese indeseable tránsito del monopolio televisivo al oligopolio de las TDT, mareado por el imperio de la cleptocracia (el gobierno de los ladrones), en palabras del incansable Paco. Tele K es el producto de la voluntad de las franjas roja, anaranjada, rosa, verde y violeta, del arcoiris madrileño.
Ni son, ni quieren ser, la televisión por excelencia, solo una televisión pegada a la vida y van camino de conseguirlo, aunque queden batallas importantes por librar.
No hará falta decir que el Premio, como Pilar Blanco, no lleva dotación económica aparejada y que, en determinados ámbitos de poder madrileño, recibirlo puede suponer hasta un demérito. Pero quienes lo reciben, saben que la concesión del Premio Pilar Blanco supone contar con un salvoconducto, un pasaporte, un documento de identidad de gran valor en la patria de los trabajadores. La orden del mérito en el trabajo, otorgada en nombre de Pilar Blanco, por el primer sindicato de este país y de esta Región. Un galardón del que sólo unos pocos podrán presumir hasta el final de sus días y más allá de la muerte.
Francisco Javier López Martín es Secretario General CCOO de Madrid.
Pilar Blanco Villarroel nos dejó una colección de excelentes columnas de opinión, unas cuantas magníficas lecturas recomendadas entre las que no faltaba Benedetti y esa hermosa manera de amar a los trabajadores en la que la ternura profunda convivía con la mirada firme, la altivez de la mujer acostumbrada a la dureza de la vida, la convicción de la defensa de los valores esenciales de la clase obrera, la sorna necesaria para reflejar las líneas torcidas de los actos humanos. Una roja de raza, en el mejor sentido de la palabra roja que dirigió el Madrid Sindical hasta el final.
Anualmente entregamos los Premios Pilar Blanco a la comunicación sociolaboral. No son premios neutrales, de los que satisfacen a todos por igual. No son premios equilibrados. Son premios de parte. Premios de mujer que defiende a los suyos por encima de todo.
Sin embargo no son premios sectarios, ni indigestos, ni poco meditados. Cada año, en nombre, recuerdo y conmemoración de Pilar, entregamos premios a cuantos aman la patria del trabajo. A aquellos que defienden, desde los medios de comunicación, valores democráticos que tienen que ver con la defensa de la libertad, la justicia, la solidaridad y la paz.
Este año los Premios Pilar Blanco han recaído en personas y proyectos de comunicación como Pedro Blasco, Tele K o la Sección madrileña del diario gratuito 20 Minutos.
Pedro Blasco, redactor madrileño de El Mundo, es uno de esos periodistas cuyas crónicas seguirán en nuestra memoria, cuando haya desaparecido de nuestra memoria el nombre de otros cronistas más afamados y reconocidos, pero más superficiales. De la misma manera que no olvidamos a Larra aunque ya no sepamos quien dirigía su periódico.
20 Minutos, ese proyecto decano de la prensa gratuita, que leemos cada mañana yendo al trabajo y que siempre guarda un rincón, un recuadro, una foto o una portada para las propuestas, análisis o movilizaciones de quienes siendo los más, los trabajadores, somos los grandes olvidados en muchos otros medios. Son noticias cortas, como toques de atención matinales en el centro de las conciencias aún adormiladas de los madrileños camino del trabajo. Adolfina García, la responsable del joven equipo de redacción madrileño del diario, recogió el premio.
Por último, Tele K, ese proyecto de comunicación del cinturón rojo madrileño, ese empeño de Paco Pérez y unos cuantos parroquianos vallecanos, apasionados por abrir las puertas de la libertad y la pluralidad en ese indeseable tránsito del monopolio televisivo al oligopolio de las TDT, mareado por el imperio de la cleptocracia (el gobierno de los ladrones), en palabras del incansable Paco. Tele K es el producto de la voluntad de las franjas roja, anaranjada, rosa, verde y violeta, del arcoiris madrileño.
Ni son, ni quieren ser, la televisión por excelencia, solo una televisión pegada a la vida y van camino de conseguirlo, aunque queden batallas importantes por librar.
No hará falta decir que el Premio, como Pilar Blanco, no lleva dotación económica aparejada y que, en determinados ámbitos de poder madrileño, recibirlo puede suponer hasta un demérito. Pero quienes lo reciben, saben que la concesión del Premio Pilar Blanco supone contar con un salvoconducto, un pasaporte, un documento de identidad de gran valor en la patria de los trabajadores. La orden del mérito en el trabajo, otorgada en nombre de Pilar Blanco, por el primer sindicato de este país y de esta Región. Un galardón del que sólo unos pocos podrán presumir hasta el final de sus días y más allá de la muerte.
Francisco Javier López Martín es Secretario General CCOO de Madrid.