martes. 14.05.2024

La semana de todos los riesgos

La semana que empieza vamos a estar de nuevo al borde del abismo, como lo estuvimos el 9 de mayo del 2010 cuando el agua nos llegó al cuello y hubo que hacer aprisa y corriendo lo que se había venido retrasando durante meses, concediendo un préstamo a Grecia de 110.000 millones y creando el Fondo europeo de estabilidad financiera entre llamadas de Obama y antes de que, al amanecer, abriese la Bolsa de Tokio.

La semana que empieza vamos a estar de nuevo al borde del abismo, como lo estuvimos el 9 de mayo del 2010 cuando el agua nos llegó al cuello y hubo que hacer aprisa y corriendo lo que se había venido retrasando durante meses, concediendo un préstamo a Grecia de 110.000 millones y creando el Fondo europeo de estabilidad financiera entre llamadas de Obama y antes de que, al amanecer, abriese la Bolsa de Tokio.

La semana se abre con la reunión del Ecofin en Luxemburgo. Cuando cierro esta crónica digital, los Ministros de Economía de la UE no han llegado todavía a un acuerdo sobre la entrega a Grecia de los 12.000 millones de euros que quedan del préstamo que fue concedido en mayo del 2010. Y los griegos tiene que llegar a un difícil acuerdo gobierno-oposición sobre el nuevo plan de ajuste que les exige la UE y el FMI antes de que los días 23 y 24 el Consejo Europeo decidan conceder un nuevo préstamo de otros 110.000 millones.

No me cabe ninguna duda de que los 12.000 millones se concederán ,primero porque son un desembolso parcial de un crédito ya concedido y segundo porque no hacerlo significaría firmar la insolvencia de Grecia que no podría devolver la Deuda que le vence antes de finales de julio.

Otra cosa es el nuevo préstamo de 110.000 millones, que debe ser decidido por el Consejo Europeo en su reunión de los próximos días 22 y 23 de junio. Pero si se quiere evitar el default griego no habrá más remedio que concederlo porque Grecia no volverá al mercado de capitales en 2012, ni en 2013, como optimistamente se había pensado el 9 de mayo de 2010, al establecer un plan que ciertamente ha fracasado.

La semana pasada las Bolsas y el euro han estado cayendo hasta que el viernes una supuesta concesión de la canciller Merkel durante la visita de Sarkozy les hizo rebotar con fuerza, mostrando una vez más su reacción histérica ante cualquier noticia o rumor. El jueves 16 de junio la prima de riesgo subió el 12%, y una nueva rebaja del rating ha convertido a Grecia en el país más peligroso del mundo para los inversores. Las calles de Atenas se han llenado de manifestantes y Papandreu ha tenido que remodelar el gobierno cambiando al Ministro de Hacienda. No hay acuerdo con la oposición para aplicar un nuevo plan de ajuste, condición exigida por el FMI para conceder un nuevo préstamo, y los países y las instituciones europeas han seguido con sus contradicciones y desacuerdos. Como se dice en la prensa anglosajona, Europa no sabe hablar a los mercados y en materia de crear confianza somos una nulidad.

Alemania ha estado pidiendo una “contribución” de los acreedores para afrontar el peso de la Deuda griega. Por primera vez en la historia del euro, Alemania y el BCE han estado abiertamente enfrentados. El BCE, con la ayuda de Francia, se opone con extremo vigor a esta propuesta. Cree que provocaría una onda de choque sobre la zona euro con consecuencias parecidas a la quiebra de Lehman Brothers, a parte de que afectaría negativamente a su balance y a los Bancos franceses, cuya exposición a la deuda griega es el doble que la de los Bancos alemanes. Para el BCE nada de reestructuraciones ni de facilidades, las deudas hay que pagarlas y para ello hay que aplicar nuevos planes de ajuste y de austeridad.

El problema es que los que se han aplicado hasta ahora han servido para hundir a Grecia en la recesión, el déficit no se ha reducido y la contestación social se hace explosiva. Los alemanes ya no se creen que Grecia salga del atolladero y pueda reembolsar su Deuda. Y por eso quieren que los que le han prestado a Grecia un tanto alegremente pensando que la solidaridad alemana garantizaría el cobro soporten parte del coste.

Ciertamente hay un limite a lo que el pueblo griego puede soportar y mas austeridad no hará sino matar el crecimiento y aumentar la insolvencia . Y los contribuyentes del norte de Europa están cansados de seguir “ayudando” aun país que no sale a flote como se les prometió.

Pero una restructuración puede metastizar la enfermedad. Podría significar la insolvencia de los Bancos griegos ,que tienen Deuda griega por mas del 140% de sus fondos propios. El coste de recapitalizarlos puede ser superior a la disminución de la Deuda reestructurada. Además, al día siguiente Grecia tendría que seguir financiando su déficit, ¿a qué precio y a que condiciones?

Alemania siempre había insistido en que la participación de los acreedores privados debería ser “voluntaria ,aunque la forma de utilizar el termino planteaba dudas sobre su significado. Cuando el viernes Merkel precisa ante Sarkozy que ese “voluntariado” sería “de acuerdo con el BCE“ y que no implicaría ningún impago de Deuda, suben la Bolsas porque se cree que Alemania ha cedido. Pero Merkel ha dicho también que la contribución de los deudores debe ser “substancial”, tal como exige la moción votada por el Bundestag el 10 de junio. El miércoles 22 de junio, cuando Merkel comparezca ante el Bundestag antes de ir a Bruselas sabremos lo que significan esas palabras.

Pero no creo que haya otra salida y los acreedores privados de Grecia tendran que contribuir a superar la crisis. El escalonamiento de la Deuda, es decir, dar plazos más largos, es la forma más dulce de reestructurar y no van a poder evitarla, porque de aquí a finales del 2014 vencen 80.000 millones de Deuda griega. Y ya se hizo con los llamados acuerdos de Viena en el 2008 con la Deuda de los países del Este en los primeros momentos de la crisis.

Cualquiera que sean los acuerdos a los que se llegue, el peso de la austeridad en la sociedad griega debe ser soportable y para ello distribuirse equitativamente lo que hasta ahora no se ha hecho, ni en Atenas ni en ninguno de los países que han tenido que tomar medidas drásticas de reducción del déficit. De lo contrario la quiebra política precederá la económica y la hará más grave y más contagiosa.

La semana de todos los riesgos
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