jueves. 16.05.2024

Congreso del PSOE: La línea de salida

El próximo Congreso del PSOE no puede limitarse a una puesta a punto del Partido, como si de una revisión periódica y ordinaria se tratara, porque no estamos ante un mero trámite.

El próximo Congreso del PSOE no puede limitarse a una puesta a punto del Partido, como si de una revisión periódica y ordinaria se tratara, porque no estamos ante un mero trámite.

Las circunstancia excepcional de haber perdido unas Elecciones Generales el 20-N de forma contundente con el precedente de las autonómicas y locales de mayo, demuestran el suspenso que nos ha dado la ciudadanía, en cuanto han tenido la oportunidad democrática de decidir.

De cara al Congreso Federal, podemos mantenernos en la misma vorágine o descender a la realidad de cada día para reconocer lo que nos demandan: una transformación profunda en una sociedad que reclama más transparencia, más democracia, más participación y otro proyecto con el que se identifique la mayoría social. Un modelo en el que sintonicemos con las personas, los colectivos, las organizaciones y los distintos sectores de la sociedad.

Tenemos cimientos sólidos, hemos cometido errores y aciertos, pero en este momento, lo que toca, es ver los errores con autocrítica y humildad. Reconocer los fallos, no significa renegar de lo que hemos hecho y me atrevo a discrepar de los que pretenden identificar la autocrítica, necesaria para avanzar y transformar, con negar lo que hemos representado en el último año y medio, en unas circunstancias económicas muy desfavorables. Como militante, tengo la convicción de que ese no es el camino para renovar estructuras y construir un Proyecto, pero sí lo es para generar enfrentamientos estériles e inútiles de cara al futuro.

Con el escenario mediático y las declaraciones de los últimos días, suscribo el discurso de Tomás Gómez en el Comité Regional del pasado 19 de diciembre que firmemente establece las claves de cómo los socialistas debemos hacer las cosas.

Ante un panorama internacional y mundial presidido por la globalización y el neoliberalismo más crudo que condiciona nuestra libertad individual y colectiva, que condiciona las políticas y por supuesto la democracia, la sociedad y los movimientos sociales, reclaman a los políticos valentía para hacer valer sus derechos sociales, reclaman más transparencia, más participación y cambios en nuestros sistemas democráticos, que cristalicen de forma efectiva esa participación en la toma de decisiones, en la elaboración de propuestas y en la elección de nuestros representantes.

Sabemos lo que es el Partido Popular, lo que defiende y lo que representa. Una democracia abierta y participativa y la defensa de políticas sociales para avanzar socialmente, limitando y regulando el poder de los mercados y el sistema financiero, solo la podemos ofrecer nosotros. Si los socialistas no somos capaces de aplicar en estas semanas previas al Congreso un trabajo abierto, horizontal, de ideas y de futuro, en el que plasmemos con organizaciones, colectivos, sectores y militantes, simpatizantes y ciudadanos el Proyecto que queremos, elaborado de forma conjunta y con el que nos sintamos identificados la mayoría, será más difícil avanzar y superarnos.

Un Proyecto construido desde la base y al que se comprometan a defender nuestros delegados en el Congreso.

Pero el Congreso, como ha dicho Tomás Gómez debe ser un punto de partida, una nueva forma de trabajar contando con todos, para construir una mayoría social y un proyecto con el que se sienta identificada la sociedad dentro de cuatro años, no porque tengamos que votar ante una convocatoria de Elecciones en la que la ciudadanía tenga que optar y decidir por un Partido u otro ante un programa electoral, sino porque de forma continua y con cauces de participación bien articulados, demos cabida a los quieren impulsar y aportar y seamos de ilusionar a gente decepcionada y hastiada de la Política, porque han ganado todo el espacio los mercados y el neoliberalismo y los socialistas no hemos conseguido credibilidad y ganar confianza.

Ese es el reto, no podemos ofrecer y defender el socialismo si no lo practicamos desde dentro y eso es lo que nos ha pasado en los últimos tiempos. No solo podemos hacer esto, sino que de acuerdo a nuestras convicciones ideológicas y éticas como socialistas, nos lo debemos y se lo debemos a quienes queremos representar.

Congreso del PSOE: La línea de salida
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