Una vez más en Euskadi nos encontramos con una convocatoria de Huelga General sin haber sido consensuada con todos los sindicatos y organizaciones sociales vascas. Por parte del sindicato mayoritario (ELA), hay una posición pública, de negar ningún tipo de unidad de acción con los sindicatos Confederales, negándose a que aparezcan las siglas de estos junto al resto de los sindicatos.
Esta actitud del sindicato mayoritario, no es entendible ante la situación que estamos viviendo. Con una política económica que esta incidiendo sobre los trabajadores y los menos favorecidos, debía favorecer la búsqueda de la unidad de todas las fuerzas sociales para lograr el objetivo de una Huelga General, que no es otro más que el conseguir que las medidas que el Gobierno esta imponiendo de una forma unilateral sean retiradas.
En Euskadi llevamos unas cuantas convocatorias de huelga donde se ha buscado la diferencia frente a la unidad. Esta posición, que es compartida de una forma más o menos unánime por parte de los movimientos sociales nacionalistas, nos ha llevado a una confrontación estéril entre organizaciones, primando los sentimientos identitarios de pertenencia a una determinada concepción de la estructura política de nuestro país, frente a lo que debe ser en este momento lo prioritario para todos los trabajadores vascos: conseguir acabar con una política que esta destruyendo un incipiente estado del bienestar y con la política económica que la provoca.
En Euskadi, esta primando el debate político identitario de la forma de como vamos a articular nuestra relación con el Estado, a los problemas que la crisis económica esta creando. Estamos ante una crisis con un alto contenido político, se está tratando de acabar con lo que después de la 2ª Guerra Mundial se llamó el pacto social, la participación de los sindicatos en la gobernanza de Europa y del mundo Occidental. Ante ese escenario algunos en Euskadi pretenden dar una salida autárquica a esta situación negando el carácter de la crisis y su dimensión general en el mundo occidental, con un modelo de desarrollo donde la economía manda sobre la política. El Sindicato mayoritario niega el papel de la política como eje fundamental en el cambio que se tiene que producir, pretendiendo hacer del movimiento sindical autárquico vasco el motor del cambio.
La Huelga General es la mayor confrontación política que pueden convocar los Sindicatos, es una confrontación con el Gobierno de un País, el triunfo o el fracaso de estas huelgas son reflexiones que el movimiento sindical no puede obviar y no tener en cuenta .En Euskadi esa valoración se ha obviado y se ha hecho de la Huelga General un instrumento al que se recurre de una forma bastante alegremente; como ejemplo, el 30 de Mayo se convocó una Huelga en el Sector Publico que fue desconvocada una semana antes. ¿Alguien se imagina que los sindicatos Confederales convocáramos una huelga para ser desconvocada una semana antes de la fecha sin haber ninguna modificación por parte de la administración? Creo que la huelga General es un acto de confrontación donde la participación de los ciudadanos marca el nivel de aceptación y de representar el sentir de los mismos. En Euskadi cuando las convocatorias han sido unitarias el nivel de participación ha sido masivo, en los otros casos ha sido desigual y con desazón entre los trabajadores por la falta de unidad.
Esta reflexión sobre la situación de la huelga General en Euskadi, no supone poner en cuestión la posibilidad de una Huelga General cuando los sindicatos y las organizaciones sociales lo consideren apropiado teniendo en cuenta el escenario político en el que nos movemos. Por lo tanto, preparemos la próxima Huelga General para que sea un éxito.