domingo. 28.04.2024

Siglos de economía, producción y transportes basados en el carbono han creado un sistema interdependiente, complejo e insostenible para el medio ambiente. Su remplazo por otro modelo basado en energías renovables y limpias, no es sencillo. El hidrógeno renovable jugará un papel central en la transición hacia un sistema eléctrico 100% renovable y una economía sin carbono.

El hidrógeno renovable debe ayudar a descarbonizar sectores de nuestra economía en los que la electrificación no es eficiente desde el punto de vista de los costes. O en los que no es técnicamente posible aún. Estamos hablando, por ejemplo, de la industria química, del transporte público o de los servicios en nuestras ciudades.

La “Hoja de Ruta del Hidrógeno: una apuesta por el hidrógeno renovable” muestra el camino para encajar esta pieza en la matriz energética y productiva del territorio de España antes de 2030.

En la actualidad se producen y consumen en nuestro país alrededor de medio millón de toneladas de hidrógeno (gris) como materia prima y/o vector energético. Una cantidad nada despreciable, sí, pero que se genera completamente a partir de combustibles fósiles.

Y en esto, España está en línea con Europa, donde el hidrógeno representa una fracción aún modesta del mix energético y también mayormente con producción basada en combustibles fósiles (gas natural o carbón), con emisiones estimadas de 70 a 100 millones de toneladas anuales de CO2. Pero las cosas están cambiando y la apuesta por el hidrógeno verde es firme.

Cambiando al Hidrógeno verde

La Hoja de Ruta plantea sustituir los combustibles fósiles, creando como primera palanca de despliegue los clústeres / valles de hidrógeno renovable vinculados a la producción. Y grandes centros de consumo locales de hidrógeno. En lugar de desarrollar hubs de producción centralizados que pueden penalizar económica y medioambientalmente.

Esto permitiría no solo la reducción inmediata de emisiones de gases de efecto invernadero del sector industrial, sino que también contribuiría a:

Una muy necesaria vertebración (verde) del territorio, gracias a la creación de ecosistemas locales vinculados a la I+D+i del nuevo vector energético limpio.

Creación de oportunidades, proyectos innovadores y nuevos negocios en torno a la demanda ya existente de hidrógeno, especialmente en las PyMES.

Reducción de los costes económicos y medioambientales del transporte de energía, una asignatura histórica pendiente de nuestra economía.

La alineación de España con los objetivos de la Estrategia Europea de Integración de Sistemas Energéticos.

¿Y las islas y los sistemas más aislados?

Quizás estaréis pensando qué ocurrirá con las islas y zonas más o menos aisladas. Los territorios insulares tienen una fuerte demanda energética estacional (especialmente en el verano), que los hace muy dependientes de los combustibles fósiles para el transporte y la generación de electricidad (mayores aún por las barreras geográficas).

La “Hoja de Ruta” abre el camino a una producción local de hidrógeno renovable por electrólisis en estas zonas, que no solo reducirá su mayor dependencia de las actuales fuentes fósiles y del transporte de energía, sino que generará un efecto multiplicador en la economía local:

el recurso al hidrógeno renovable será la piedra de toque de modelos de turismo más sostenibles, impulsando también proyectos piloto e iniciativas comerciales;

creará ventajas competitivas en la cadena de valor de las economías insulares vinculadas directa o indirectamente a un sector, el del turismo, clave para España.

Los primeros pasos: menos barreras y una regulación más eficiente

Tanto a partir de la creación de clústers asociados a la demanda local y la generación en las islas, la “Hoja de Ruta” plantea la vertebración territorial de nuestro país a partir de la producción local de hidrógeno renovable. La nueva pieza encajará más fácilmente en el puzzle de la transición energética cuanto menos sean las barreras administrativas y regulatorias.

Esto no significa renunciar a la protección medioambiental, sino construir una regulación eficiente, y disponer de un marco regulatorio de certificación a nivel europeo que permita comprobar la huella medioambiental a lo largo del ciclo de vida del vector hidrógeno y que la vez incentive la inversión con reglas claras, mostrando claramente sus ventajas sobre otras formas de hidrógeno.

Una regulación eficiente y eficaz abrirá el camino a herramientas fiscales o financieras que funcionarán como incentivos adicionales para la implantación del hidrógeno renovable en el corto y medio plazo, en un círculo virtuoso de aceleración de la Hoja de Ruta y de consecución de sus objetivos. Hidrógeno verde ‘clave’ para la descarbonización.

Fuente. Ecoticias

Hidrógeno verde, ‘clave’ para la descarbonización