sábado. 20.04.2024
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Residencia de Estudiantes.

Ya sabemos que el periódico “EL PAIS” se había ido volviendo cada vez más un periódico conservador, y monárquico. Con el artículo de Manuel Ansede, “La Ciencia que desmanteló Franco” publicado el 25 de julio del 2015, lo volvemos a constatar.

Trata del comentario al libro del historiador Manuel Castillo, catedrático emérito de la Universidad de Sevilla: “Enseñanza, ciencia e ideología en España (1890-1950)”, editado por la Diputación de Sevilla y Vitela gestión Cultural.

Refiriéndose a la Junta para Ampliación de Estudios (JAE), la gran institución científica, nos dice al final del párrafo 2º: “… el 8 de diciembre de 1937, el general Francisco Franco disolvió la JAE y creó otra institución para colocar la vida doctoral bajo los auspicios de la Inmaculada Concepción de María”.

Pero es que la disolución por Franco de la JAE fue por un decreto ilegal del 19 mayo de 1938, se produjo cuando todavía la JAE estaba funcionando en los territorios republicanos de Madrid, Valencia y Barcelona, bajo la legalidad republicana y su Constitución de 1931, siendo subdelegado en Madrid, mi abuelo, el eminente cardiólogo, Dr. Luis Calandre Ibáñez.

Lo que el 8 de diciembre de 1937 se creó en Burgos fue el Instituto de España, para aunar a las Reales Academias, a las que por cierto, la II República había quitado lo de “Reales”… y posteriormente disueltas.

El Instituto de España, sigue existiendo, aunque su patrimonio, el de la JAE, fue a parar al ilegal CSIC en noviembre de 1939.

Recientemente se ha vuelto a legislar en el BOE (14 de julio del 2015) sobre dicha institución franquista e ilegal, con motivo de dos Decretos Ley aprobados en Consejo de Ministros:

– Real Decreto 536/2015, por el que se regula el Instituto de España, para incluir a la Real Academia de ingeniería. 

– Real Decreto 537/2015, por el que se aprueban los nuevos estatutos de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. 

Me gustaría comentar que en este último, se lee en su Capítulo II, artículo 11, entre los requisitos para ser académico de número se pone: “…Tener reputación de ejemplaridad pública”.

Creo que según este requisito, se debería sacar de dicha Real Academia a bastantes académicos que no lo cumplen, como los dos que solicita la justicia argentina, por crímenes contra la Humanidad: Rodolfo Martín Villa y Fernando Suárez.

Yo, a título personal propongo los siguientes:

– Ramón Serrano Suñer, ministro fascista y antisemita, por haber participado en el Holocausto, donde fueron exterminados 18 antepasados míos judíos polacos.

Conde de Vallellano, pues cuando ostentó dicho título Suárez Tangil en 1939, como Presidente de la Cruz Roja, delató a mi abuelo Luis Calandre, enviando una carta privada al Colegio de Médicos y a los Tribunales franquistas, que supuso la depuración y condena de Calandre y multa.

Manuel Fraga Iribarne, que dio y escribió un Pregón antisemita de la Semana Santa de Zamora en el año 1972, difamando a los judíos y condenando a sus descendientes para la eternidad.

Dr. Diego Gracia, que también es académico de la Real Academia de la medicina, por haber participado en la ocultación del Hospital de Carabineros situado en la Residencia de Estudiantes durante la Guerra Civil , donde se curó a miles de milicianos de la epidemia de malaria, y se hizo construir un refugio antiaéreo.

Diego Gracia, del Opus Dei que preside la fundación “Ciencias de la Salud” de la multinacional farmacéutica del Opus Dei, Glaxo Smithkline y que fue discípulo del catedrático de Historia de la Medicina, y académico de varias academias, Pedro Laín Entralgo, al que luego sustituyó y que había sido el director de la Residencia de Estudiantes desde el año 1940-42, que supongo que algo debía saber del hospital que allí estuvo dos años y a qué se había dedicado.

Ahora, la vacuna Mosquirix, de la Glaxo, habiendo pasado los controles, gracias entre otros a que colocaron al Dr. Pedro Alonso en la OMS, y que este ocultó siempre la exitosa lucha antipalúdica del Frente Popular, que yo le había explicado, acaba de ser aprobada.

Sabe este “doctor” cerrar la boca, cuando trae sustanciosos beneficios, aunque vaya contra la historia de la malaria y de la ciencia española y europea.

Voy a mandar una carta al director de “El País”, sobre lo de ese artículo de la Ciencia que desmanteló Franco, ya que en “El País”, me publicaron el 3 de febrero de 2007 sobre este tema, un pequeño artículo: “La labor desconocida y valiente de la JAE”, donde explicaba lo que antes he dicho sobre la JAE durante los años de la guerra civil.< /p>

A ver si tengo suerte.

“El País” contra la legalidad de la Constitución Republicana de 1931