viernes. 29.03.2024
neneneas
A las niñas se les impide soñar, porque para ellas no existe una liga profesional.

Cuando corro me siento libre y cuando acabo estoy más feliz. Empecé a correr tarde y, como en todo, por prisas. Tenía ya más de cuarenta años y un hijo de tres con el que me había aficionado a dar paseos en su sillita, pero un niño de esta edad no suele aficionarse a los paseos maternos, así que con la adicción y el hábito incorporado y con escaso tiempo para andar sólo podía hacer una cosa: correr.

Correr era lo más fácil y barato. Se puede correr en todo momento, las calles y los caminos siempre están dispuestos y sólo se necesitan unas zapatillas. Había nacido en mí algo nuevo: la pasión por el deporte, la disciplina del entrenamiento y la competencia conmigo misma. Pero yo sólo soy una aficionada que mira con admiración y enorme respeto el trabajo de las personas deportistas ¿Cuántos años de esfuerzo, horas de entrenamientos, renuncias, sueños, ilusiones y desvelos hay en cada uno de sus gestos y sus gestas? Eso sólo ellas y ellos lo saben.

Vaya por tanto desde estás notas mi más sentido reconocimiento a todos los deportistas, pero en especial a las mujeres deportistas porque lamentablemente hay que recordar que todavía hoy las mujeres lo tienen más difícil.

Cierto es que las mujeres lo hemos tenido más difícil todo y siempre, aunque bajo formas diferente, y que esta crisis nos ha tratado aún peor porque veníamos de posiciones de mayor fragilidad. No menos cierto es también que los poquitos derechos duramente conseguidos los estamos perdiendo y que incluso se cuestiona la capacidad de decidir sobre nuestro propio cuerpo. Pero además de denunciar los envites coyunturales a los que sistemáticamente somos sometidas, creo que no se puede olvidar la exigencia de igualdad de derechos para hombres y mujeres en todos aquellos espacios y ámbitos donde no se han conseguido, y uno de esos ámbitos es el del deporte.

Sólo mencionar dos ejemplos: el del baloncesto y el de la natación. El verano pasado el baloncesto femenino español había conseguido ganar el Campeonato de Europa en todas las categorías (la selección absoluta, la Sub-20, la Sub-18 y la Sub-16). El 11 de agosto, la selección española de baloncesto femenino Sub-16 se llevó el oro del Eurobasket de Bulgaria y la sub'20 se proclamó campeona en Turquía, solo dos semanas después de que el equipo absoluto ganara a Francia. El balance para los combinados nacionales femeninos era inmejorable: 4 Europeos en 2 meses, 36 victorias en los 36 encuentros disputados, acabando el verano sin conocer la derrota. Y pregunto ¿de estos hechos cuánta gente se ha enterado?

A principios del mes de agosto concluía el campeonato mundial de natación con once medallas logradas por la delegación española. Todas ellas ganadas por mujeres; mujeres que en algunos casos se han quedado sin club y que prácticamente todas ellas tienen que emigrar y que buscar formas imaginativas de financiación para poder continuar realizando su trabajo.

Las dificultades para sobrevivir y mantener equipos de fútbol femenino, baloncesto, balonmano, voleibol o natación son una constante que está llevando a gran parte de nuestras deportistas a la emigración para poder vivir de su deporte de manera profesional. Sí, ganan campeonatos, traen oros, se dejan la vida en cada entreno, pero ¿cuántas posibilidades tienen de iniciarse, desarrollarse como deportistas de élite y continuar sus carreras profesionales? ¿Cuántas personas conocen de su esfuerzo? y, ¿quién reconoce sus hazañas? Los medios de comunicación hacen caso omiso. “No dan dinero”, te dicen las personas a quien se lo comentas, y se quedan tan anchas ¡como si fuera lícito mezclar derechos fundamentales con cuestiones económicas! Porque estamos hablando del acceso a los mismos derechos, señores, no nos engañemos y, hoy día, casi cuarenta años después de la aprobación del artículo 14 de la Constitución española, las mujeres siguen discriminadas. Y para muestra un botón: mientras cualquier niño sueña con ser tan rico y famoso como los Ronaldos o Messis de turno, a las niñas se les impide soñar, porque para ellas no existe una liga profesional.

Por esta razón, este 8 de marzo, la Federación de Servicios a Ciudadanía (FSC) de CCOO ha editado un vídeo con el propósito de informar y denunciar la discriminación laboral de las jugadoras de fútbol, que se presentará la próxima semana. Como aperitivo ya se puede visionar el tráiler adjunto a este artículo.

Porque #tejuegasmucho este 8 de marzo y todos los días del año te animamos a resistir ante las nuevas limitaciones que nos imponen y a seguir reclamando la igualdad en derechos que nos pertenece.



Begoña Marugán Pintos, socióloga de la Secretaría de Mujer de FSC-CCOO

Jugadoras de futbol, otra discriminación sexual no superada