jueves. 28.03.2024

Alfonso nace, el 28 de noviembre de 1857, en el Palacio Real de Madrid. La gran primera duda es su linaje paterno. En la Corte circuló el rumor de que su verdadero padre no era el Rey consorte, sino un capitán de ingenieros llamado Enrique Puigmoltó. La paternidad de Puigmoltó es aceptada como cierta por la mayoría de los historiadores. Popularmente tenía el sobrenombre de "Puigmoltejo". Se dice que un día hablando Isabel con su hijo Alfonso XII le dijo “Hijo mío, la única sangre Borbón que corre por tus venas es la mía”.

Alfonso recibe el título de príncipe de Asturias tras su nacimiento. Tenía cuatro hermanas: la infanta Isabel (1851-1931), la infanta María del Pilar (1861-1879), la infanta María de la Paz (1862-1946) y la infanta María Eulalia (1864-1958).

Entre los preceptores del joven príncipe Alfonso se hallaban José Isidro Osorio y Silva-Bazán y el arzobispo de Burgos, este último elegido por la propia reina Isabel. Sale exiliado teniendo once años, el treinta de septiembre de 1868, acompañando a su madre la reina Isabel II, debido al triunfo de la Revolución Gloriosa también conocida como la septembrina.

Este exilio es aprovechado por Alfonso XII para conocer otros sistemas políticos y ver en profundidad el liberalismo europeo imperante en aquellos momentos. Ingresa en el Colegio Stanislas de París. Un año después se traslada a la ciudad suiza de Ginebra, ingresando en la Academia Pública de la ciudad, además de recibir estudios particulares como complemento. Posteriormente, se traslada a la capital austríaca de Viena, estudiando en la Real e Imperial academia Teresiana. Por último, asiste como alumno en la Academia Militar de Sandhurst, en Inglaterra, recibiendo una educación militar y permitiéndole conocer el constitucionalismo británico.

Isabel II abdica sus derechos dinásticos en su hijo Alfonso. Dicho acto se realiza a través de documento realizado en París, el 2 de junio de 1870. Desde ese momento, Alfonso XII es considerado rey legítimo por todos los monárquicos españoles.

LA RESTAURACIÓN MONÁRQUICA

Con motivo del diecisiete cumpleaños de Alfonso XII, el uno de diciembre de 1874, hace pública, lo que se denomina el Manifiesto de Sandhurst, donde el príncipe hace mención a su legitimidad monárquica, pero distanciándose del régimen isabelino. Plantea un régimen abierto a todas las tendencias políticas. Es decir, Alfonso XII, promete una monarquía restaurada, presentándose como un príncipe católico, español, constitucionalista, liberal y deseoso de servir al país.

El 29 de diciembre de 1874, se subleva en Sagunto, el general Martínez Campos. Solicita el fin de la I Republica y la restauración de la monarquía. El nueve de enero de 1875, Alfonso XII entra en Barcelona y el catorce del mismo mes lo hace de forma triunfal en Madrid. El gran triunfador de la restauración monárquica será Cánovas del Castillo.

Alfonso XII se presenta como elemento de concordia y de restructuración nacional, contando con el apoyo de todas las fuerzas políticas del país, a excepción del carlismo. Su papel político fue pasivo. A partir de 1983, empieza a intervenir activamente en la política del Estado, jugando el papel de árbitro.

Viajó por todo el país. Lo que le granjeó grandes simpatías; inauguraba tanto líneas ferroviarias, como hospitales. Siempre acudía cuando se producían catástrofes en el país.

También viajó por Europa, visitando Austria, Bélgica, Alemania en 1883 y Francia. Un comentario suyo en Alemania sobre el Reich alemán, provocó una grave crisis con Francia, que era enemigo acérrimo de Alemania. Ante este hecho, Alfonso XII buscó un clima de sosiego con los franceses.

Durante su reinado se aprueba la Constitución de 1876, que se basa en una reformulación del estado liberal. Se garantiza el funcionamiento de los partidos políticos y se pone un marco estable a las libertades ciudadanas. Esta Constitución es el reflejo de Alfonso XII, que no era otro que buscar puntos de encuentro y diálogo de las fuerzas políticas mayoritarias, formado por el partido conservador y el liberal, que se alternarían en perfecta sintonía en el poder.

La restauración sirve para el surgimiento de una elite nacional encargada de dirigir el país y que representa al poder oligárquico. Este modelo diseñado por Cánovas del Castillo, funcionó perfectamente durante los diez años del reinado de Alfonso XII y los primeros años de la Regencia de María Cristina.

En 1883, la salud del Rey se deteriora como consecuencia de un catarro mal curado que acaba en una tuberculosis. A lo largo de 1885, la salud de Alfonso XII empeora lentamente, lo que provoca una gran desazón entre la clase política, pues aun carecía de descendencia masculina. La reina María Cristina se encontraba embarazada en aquellos momentos.

El rey muere el 25 de noviembre de 1885 y la reina María Cristina dará a luz a Alfonso XIII seis meses después. Se produce el pacto del Pardo, donde se abre la regencia de María Cristina durante dieciséis años, hasta que el futuro Alfonso XIII fuera mayor de edad

En el pacto del Pardo, junto a la Regencia, se acuerda la alternancia obligada de los dos partidos: el conservador y el liberal. Ambos partidos debían hacer frente común en defensa del sistema bipartidista. Los dos partidos coincidían en un mismo ideario económico, que se basaba en la defensa a ultranza de la política proteccionista y la propiedad privada de los medios de producción.


El segundo atentado contra Alfonso XII

LOS DOS ATENTADOS QUE SUFRIÓ ALFONSO XII

A lo largo de sus diez años de reinado, Alfonso XII sufrió dos atentados, ambos perpetrados por anarquistas y en los dos salió ileso.

El primer atentado se produjo el 25 de octubre de 1878. El anarquista Joan Oliva disparó dos tiros contra el Rey, cuando éste entraba en Madrid procedente de un viaje por el norte de España. Fue realizado en la calle Mayor. Ninguno de los dos tiros le acertó y en consecuencia salió ileso. Joan Oliva fue detenido y tras un juicio fue ejecutado el 4 de enero de 1879 por medio del garrote vil.

La revista anarquista L’Avant-Garde analizaba “hay hombres que son un verdadero obstáculo para la transformación de las instituciones, y que éstas no podrán ser cambiadas prontamente sin hacer desaparecer tales obstáculos….. Alfonso XII es además….. la clave de la bóveda de este orden burgués. Como no tiene sucesor legítimo, su muerte significaría necesariamente la revolución en España. Ahora bien, se ha dicho con razón que se sabe cómo comienzan las revoluciones, pero no como terminan”.

El segundo atentado sufrido por el Rey fue el 30 de diciembre de 1879. Fue realizado por el anarquista Francisco Otero, que le disparó a quemarropa cuando los reyes volvían de pasear en faetón por el Retiro, justo en la entrada del Palacio Real y el Rey llevaba las bridas de los caballos. Nuevamente salió ileso. Francisco Otero fue condenado y murió el 14 de abril de 1880 por medio del garrote vil en el Campo de Guardias de Chamberí.

LOS MATRIMONIOS DE ALFONSO XII

El Rey tuvo dos matrimonios. El primero fue con María de las Mercedes de Orleáns y Borbón. Era hija del duque de Montpensier y de una hermana de su madre Isabel II, en consecuencia eran primos hermanos. El Rey quedó prendado de María de las Mercedes cuando la conoció en Viena, se encontraba estudiando en dicha ciudad como hemos visto anteriormente. Le comentó a un amigo “cuando la vi, me di cuenta de que la quería desde antes de haberla conocido. Desde el primer instante comprendí el porqué de mi existencia”.

Este enlace contaba con la oposición de Isabel II, porque estaba en contra del duque de Montpensier, que tanto había intrigado para destronarla como reina de España. Isabel II decía “no tengo nada contra la infanta, pero Montpensier no transigiré nunca”.

El asunto del matrimonio del Rey fue debatido en las Cortes, pues había un amplio sector de diputados que quería el matrimonio del Rey con una princesa europeo por el tema de las alianzas. Alfonso XII siempre quiso casarse con María de las Mercedes. Cabe destacar la intervención de un ministro del gobierno en la sesión parlamentaria en la que mostró el apoyo al rey en su elección diciendo “la infanta doña Mercedes está fuera de toda discusión: los ángeles no se discuten”.

Se casaron en la Real Basílica de Atocha, el 23 de enero de 1878 a las doce de la mañana. Fue un matrimonio que tuvo una duración de menos de seis meses, porque María de las Mercedes contrajo el tifus y murió rápidamente.

De este hecho proviene la famosa cancioncilla “Dónde vas Alfonso XII

Tras el fallecimiento de María de las Mercedes, el presidente del gobierno plantea al Rey la necesidad de que se vuelva a casar urgentemente, para que pueda tener un heredero que garantice la continuidad monárquica. Alfonso XII accede diciendo “Me casaré si me buscan ustedes una novia”.

Su segundo matrimonio se acuerda pocos meses después con María Cristina de Habsburgo-Lorena, que era prima segunda del emperador Francisco José de Austria. Se produce el matrimonio, el 29 de noviembre de 1879. Fruto de este matrimonio son tres hijos:

. María de las Mercedes (1880), infanta de España y princesa de Asturias.
. María Teresa (1882), infanta de España.
. Alfonso XIII (1886), rey de España desde su nacimiento, pues este se produjo seis meses después de la muerte de su padre.

ALFONSO XII Y SU AMANTE ELENA SANZ

Alfonso XII ya tenía relaciones con otras mujeres antes de casarse con María de las Mercedes. En una carta de Isabel II al marqués de Molins, que se conserva actualmente en la Academia de la Historia decía “tiene a ésta y otras mujeres”.

La conoce cuando tenía quince años y ella ya era una mujer de veintiocho, e inmediatamente se quedó prendada de ella. Este encuentro se produjo por la reina Isabel II, que se encontraba en París y solicita a Elena Sanz que visite a su hijo en Viena donde se encontraba estudiando en el colegio Teresiano de la capital austriaca. En un largo periodo de tiempo no volvieron a coincidir.

Tras enviudar de María de las Mercedes. Un día el Rey acude al estreno de la ópera donde se estrenaba la Favorita y en ella actuaba Elena Sanz. Al verla se levanta nuevamente la pasión en el Rey.

Los actuantes en la obra subieron al palco real para cumplimentar a Alfonso XII. Desde entonces, acude casi diariamente a verla actuar en el Teatro Real. Como se puede comprobar en una de las numerosas cartas del Rey a Elena “Idolatrada Elena: mucho gusto he tenido en verte todos los días en estas funciones”. Cuando ambos inician sus relaciones sentimentales, Elena ya tenía un hijo llamado Jorge.

Elena Sanz fue una auténtica diva de la ópera de la época y no una cupletista cualquiera como algunos han pretendido vender. Cantó junto a Adelina Patti para el zar Alejandro II. Tuvo actuaciones en la Scala de Milán, en París y recorrió América. Era frecuente verla actuar en el Teatro Real junto al navarro Julián Gayarre. La esposa de Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo-Lorena nunca aceptó esta relación y se encargó como venganza de hacer desaparecer cualquier noticia y señal de Elena Sanz.

Esta abandonó su actividad artística, para así poder atender por amor a Alfonso XII. Para ello, el Rey le puso un piso en la madrileña calle de Alcalá.

Elena siempre tuvo una gran relación con Isabel II, a la que le gustaba mucho la ópera y era una admiradora de Elena Sanz. Esta relación de amistad entre ellas, queda reflejado en una carta, donde se llamaban entre ellas “mi nuera ante Dios” y “mi suegra ante Dios”, como certifica el historiador José María Zavala.

Dos meses después de casarse el Rey con María Cristina, Elena Sanz dio a luz un hijo, Alfonso, nacido el 28 de enero de 1879, fruto de la relación con Alfonso XII. El nacimiento se produjo en París, buscando la máxima discreción.

Posteriormente, Elena regresa a Madrid y le da un segundo hijo al Rey, Fernando que nace en febrero de 1881, mientras que la reina María Cristina era incapaz de darle un barón a Alfonso XII, que le asegurara la continuidad dinástica.

María Cristina sufre por la situación en que vive y le da un ultimátum al Rey, o sale de Madrid, Elena Sanz y sus hijos o ella regresa a su país, Austria.

Ante la situación tan tensa que crea en el matrimonio real, Elena sale destino a París, donde vive gracias a las cinco mil pesetas mensuales que aporta el Rey. Debido al alejamiento entre Elena y Alfonso XII, la relación se va enfriando, mientras que el Rey busca otras sustitutas.

¿Cómo acabó Elena Sanz?

Alfonso XII no había testado al fallecer. Era el momento de la venganza de la reina María Cristina, que inmediatamente retiró la pensión mensual que recibía del Rey.

Pero Elena necesitaba dinero para seguir viviendo en París con una cierta calidad. Contrató al abogado Nicolás Salmerón, que había sido presidente de la I República, para negociar una indemnización a cambio de las 110 cartas que Elena tenía de Alfonso XII, en las que quedaba clara la paternidad de los dos hijos de Elena.

Fruto de esa negociación se concedió a Elena Sanz la cantidad de 750.000 pesetas, de las que 500.000 se destinarían a un fondo en París, para que fueran recibidas por sus hijos cuando fueran mayores de edad.

Alfonso XII mantiene una relación explosiva con la cantante de ópera, Adelina Borglir. Esta relación levantó un gran escándalo en Madrid y la reina María Cristina le vuelve a amenazar con abandonar la Corte si Adelina no abandona el país, cosa que se produce inmediatamente.

OTROS ASPECTOS DE ALFONSO XII

Algunos historiadores, como Norberto Mesado ponen en duda el origen de Alfonso XIII, pues dice que cuando María Cristina dio a Luz a Alfonso XIII, no era un niño lo que nació sino una niña. Al verse la Casa Real sin heredero, se cambió a la niña nacida por un niño, también recién nacido y que sería fruto de una relación que mantuvo Alfonso XII con Adela Lucia Almerich.

Como estamos viendo en las historias hasta ahora relatadas de los Borbones en España podemos comprobar cómo Alfonso XII entra en los mismos parámetros sexuales hasta ahora descritos Por ello merece la pena destacar como siempre en las Constituciones españolas procuran preservar la figura del rey.

Así podemos comprobar cómo en la Constitución de 1876, en su artículo 48º se declara “la figura del Rey como sagrada e inviolable”. Según esto ”el Rey no puede tener más hijos que los que le nacen dentro del matrimonio”, “no consintiendo injerencias de seres extraños”.


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Alfonso XII, el restaurador monárquico