Como todos los sistemas y tecnologías que ayudan en la conducción, el navegador es un apoyo muy útil para los desplazamientos y viajes a zonas poco conocidas. Eso no debe significar una dejación de funciones por parte del conductor, el auténtico responsable de que el vehículo llegue a su destino con sus ocupantes sanos y salvos. Autocasion alerta de 5 razones por las que no hay que fiarse ciegamente de un navegador GPS:
1.- El propio navegador delega la responsabilidad en el conductor
Antes de empezar a funcionar, todos los navegadores muestran una pantalla con el siguiente mensaje: “Respete las normas de tráfico. El uso del sistema es su responsabilidad y no debe distraer su atención de la carretera, tráfico o de las condiciones atmosféricas. Consulte el manual de usuario para obtener más información. Confirmar".
Ayúdate del navegador, pero no ciegamente
2.- Las instrucciones de los navegadores pueden no ser comprensibles
Aunque las máquinas, por lo general, no se equivocan, a veces su forma de expresarse no es muy comprensible. Las traducciones realizadas por las “voces” de ciertos navegadores ordenan cosas como “gire en cincocientos metros” o “gire en ángulo oblicuo” o algunas otras expresiones que, llegado el caso, pueden confundir al conductor y hacerle tomar una decisión equivocada.
Si no entiendes la instrucción, no la sigas, haz caso de tu sentido común
3.- La cartografía del navegador puede no estar actualizada
Las calles y carreteras cambian con frecuencia y la cartografía del navegador se va quedando obsoleta. Si no se actualiza, el sistema acabará guiándonos por calles de sentido prohibido, indicará que estamos circulando “fuera de carretera” o no sabrá que a pocos metros hay una glorieta.
Mantén actualizada la cartografía de tu navegador, aunque tenga un sobrecoste y requiera tu atención y tu tiempo
4.- El destino puede haberse insertado mal
Cuidado: existen muchas ciudades y pueblos con el mismo nombre. En Galicia, por ejemplo, hay 4 lugares que se llaman Vigo y están en distintas provincias. Puede que incluso el nombre de la calle a la que uno se dirige exista en varias de esas ciudades con topónimos idénticos. Si el número de kilómetros del recorrido difiere mucho de los previstos, puede deberse a esta causa.
Asegúrate de que el destino seleccionado es el correcto y que la ruta te lleva adónde realmente quieres ir
5.- La carretera puede tener condiciones especiales o variaciones temporales
Una vía puede sufrir modificaciones temporales por múltiples causas: una tromba de agua puede inundar la calzada y estar cortada; unas obras obligan a una desviación hasta su terminación; un evento deportivo provoca el corte de una calle… El navegador no verá esas condiciones especiales e indicará una ruta errónea en ese momento.
Anticípate siempre y mantén tu atención a lo que ocurre en el trayecto que estás recorriendo