viernes. 26.04.2024
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Michael Higgins, en el centro. A su derecha el presidente del sindicato de actores de los Trabajadores del Espectáculo de Portugal, Joao Vidigal; y a su izquierda Jorge Bosso. (Foto: Gentileza de Livia Parente, SATED RJ)

La FEDERACION INTERNACIONAL DE ACTORES (FIA) cuenta con cerca de 100 sindicatos afiliados de algo más de 60 países de todo el mundo, y tiene su sede actual en Bruselas.  Se fundó en 1952 entre los sindicatos por entonces sólo de actores de Francia y de Inglaterra, y por éso su sede inicial era compartida bianualmente entre París y Londres y, de común acuerdo, se aceptó que su sigla internacional correspondiera a la denominación en lengua francesa, y no inglesa, es decir, FIA, proveniente de Federation Internationale Des Acteurs.

Con los años se fueron incorporando sindicatos nacionales de representación de un  sector más amplio de artistas intérpretes, cantantes y bailarines, y artistas de variedades, no de músicos que cuenta con su propia Federación Internacional, siglada por la misma regla, FIM, y con sede en París.

La FIA representa un número mayor de sindicatos que países por la sencilla razón de que en algunas naciones hay más de un sindicato de actores, como en los EEUU, Canadá, Alemania, Bélgica, y también España.

CCOO  es miembro de esta Federación Internacional desde hace 48 años, y desde 1989, hasta 2012 lo fue también la FAEE, Federación de Artistas del Estado Español que entonces presidía el autor de esta nota. En el 2013 la FAEE se convirtió en CONARTE con la integración de otros sindicatos regionales españoles, y es también actualmente miembro de FIA, con cierto problema de desconexión desde que la antigua Unión de Actores de Madrid, el sindicato más numeroso de España, a principios de 2015  decidiera unilateralmente abandonar Conarte.  

En los últimos años la FIA se había dedicado en demasía, en opinión de muchos,  al mundo de artistas intérpretes en el audiovisual con los problemas que derivan de los derechos de propiedad intelectual de los intérpretes en este sector, hablamos principalmente de actores, bailarines, ya que los derechos de los músicos, compositores, e intérpretes, del  mundo sonoro o la grabación del audio,  estaban consolidados desde la convención de Roma, en la década del cincuenta del siglo pasado. Esta dedicación  consiguió finalmente un buen resultado en el 2012 con la aprobación en la OMPI, Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, del tantas veces postergado Tratado de Derechos de Artistas Intérpretes del audiovisual. Pero, también, había tenido su lado malo en cuanto a que los actores más tradicionalmente dedicados al teatro se sentían  abandonados en sus reivindicaciones, al igual que algunos sindicatos que representan  únicamente a actores dedicados a la labor teatral.  Tal el caso del más que centenario EQUITY, de EEUU, al punto que por unos años dejó de ser miembro de FIA.

La Primera Conferencia Mundial sobre las Artes Escénicas, de FIA, se celebró en Lisboa en 1998, y resultó en un gran éxito  de asistencia y repercusión.  Hubo que esperar 18 años, entonces, para celebrar la Segunda Conferencia Mundial sobre Artes Escénicas, de FIA, que tuvo lugar entre el 4 y el 6 de junio de 2015, en Dublín.

La Segunda Conferencia fue organizada por la FIA, junto con Equity, sindicato de Actores de Irlanda, como anfitrión, que está integrado en la Federación sindical irlandesa, SIPTU, y el sindicato de actores Equito, de Gran Bretaña.

La conferencia constó en dos días que sumaron un total de 12 mesas redondas con  la participación de 36 expertos en diversas materias del quehacer teatral, la danza y el circo, de diversos países del mundo. Se clausuró el tercer días tras una media jornada de análisis, resumen, y conclusiones.  España participó con cinco expertos, uno del mundo del teatro, el prestigioso director de escena, Guillermo  Heras, responsable del programa de coproduccciones IBERESCENA, que ahora en vigor, fue aprobado por La cumbre de países iberoamericanos celebrada en Montevideo en 2007.  Los otros cuatro participantes españoles provenían del sector de la danza, y la aportación más importante correspondió dentro del panel que incluyó el tema de la transición profesional, que es especialmente necesaria en un sector como el de los bailarines que, por lo general,  se acaba en su ciclo de la interpretación activa entre los 35 y 40 años  de edad. Este tema es específico de la danza, ya que el de los actores y actrices no tiene la misma incidencia,  y la problemática es distinta.

El último día  se celebró una media jornada de dos grupos  de trabajo que intentaron  extraer conclusiones sobre dos asuntos que preocupan seriamente al sector en todo el mundo, la movilidad, y la creciente aparición del fenómeno del trabajo no remunerado, que la crisis económica global ha incrementado. En un principio, inducido por el sector empresarial regido por las leyes del mercado,  y en la actualidad asumido con tendencias casi suicidas por los mismos actores en su necesidad de trabajar como sea, ante el pavoroso desempleo.  

Pero, en el caso específico de este artículo, además de señalar la importancia de este encuentro global y la excelencia de su realización y organización, con cantidad opcional de visitas guiadas a lugares emblemáticos del Dublín revolucionario, cuando era parte del imperio británico, el Dublín literario, y por supuesto el teatral, quiero referirme a la extraordinaria intervención del presidente de la República de Irlanda, Michael Higgins.

Él mismo poeta reconocido, y esposo de la actriz irlandesa, Sabina Higgins, ya retirada tras medio siglo de profesión, que le acompañaba en el acto inaugural, el presidente Higgins pronunció una verdadera Clase Magistral sobre la importancia de la cultura y los artistas, con un conocimiento profundo de la problemática, no meramente retórico, sino también ofreciendo soluciones prácticas para intentar paliar algunos de los principales problemas que afectan al sector profesional.

Extraigo a continuación a algunos de  los párrafos que entiendo se refieren más directamente a la crisis y, de manera principal, a la laboralidad de los actores.

“En varios de mis discursos recientes pronunciados en mi papel de presidente irlandés he intentado abordar el  tema de trabajo y cultura en cuestiones  que se comparten. En febrero de este año cuando pronunciaba la Conferencia  Edgard Phelan para la OIT y la Universidad  Nacional de Irlanda me concentré en el concepto de “La Precariedad”, un término de uso habitual en la actualidad para describir la situación contemporánea, en la que grandes extensiones de la población activa de los países europeos se encuentra atrapada en una seguridad laboral crónica.  Guy Standing, de la Universidad de Londres define a este grupo social en su libro EL PRECARIADO. UNA NUEVA CLASE PELIGROSA, como: una multitud de gente que vive en la inseguridad, vidas a trozos, entrando y saliendo de empleos de corta duración, sin que puedan llegar a tener una narrativa vital de desarrollo ocupacional…”

“Posteriormente, en mayo pasado pronuncié una conferencia para Aosdána,  una Asociación de destacados artistas de Irlanda de distintas disciplinas, que actúa como mecanismo de provisión de fondos para ayudar a nuestra comunidad creativa. En ese momento lo que más  me afectó era que el término precariedad era algo reconocible  para muchos artistas, como la descripción  de la situación habitual y permanente  para muchos artistas intérpretes.”

“Para los artistas intérpretes, los problemas que enfrentan se agudizan por la ausencia de políticas culturales articuladas con claridad, en las cuáles se respete y reconozca la importancia, independencia, y valor democrático del artista.

Los artistas, como todo el resto de nuestra sociedad, tienen derecho a condiciones de trabajo dignas y a tener claro que se reconoce y comprende su papel y su contribución a la sociedad.  Para poder entablar  un debate significativo  del lugar que ocupan las artes en la sociedad, como principio básico de partida, hay que descartar cualquier tipo de noción romántica  de que los artistas deben luchar con la pobreza, y que penuria e indigencia puedan servir como acciones liberadoras de la creación.”

“Debemos reconocer a los artistas como trabajadores involucrados en ocupaciones valiosas y productivas, trabajadores con derecho a acceder a la negociación colectiva, y que también tienen derecho a una jubilación  y a una protección social sensible que tenga en cuenta la naturaleza irregular de su trabajo.”

 “Para proporcionar la protección necesaria y el apoyo a los actores como trabajadores se requiere un enfoque que consiga cubrir el ciclo total de la vida del artista. La actuación es una profesión con formas específicas aunque tenga variantes de formación. No incluye ninguna de esas bien definidas pautas de las carreras conducentes a promociones, aumentos salariales y, una creciente seguridad en el estilo de vida a medida que se avanza, que son cosas que se buscan o se disfrutan en muchas otras profesiones.”

“Sin embargo, su importancia democrática, como lo comprueba la propia historia de la democracia,  es inmensa, como lo es, también,  su capacidad de liberar creatividad en las vidas que compartimos todos. Es tan importante, que nosotros hemos decidido dar apoyo a los artistas en momentos de incapacidad y en la edad madura, así como intentar ayudar a diseñar programas que sirvan para nutrir  a aquéllos que embarcan en sus nuevas carreras.”

“Observando el programa sustantivo de estos temas que habéis propuesto para tratar en el curso de esta conferencia, reconozco la urgencia que se da a los asuntos de protección laboral y social, porque son asuntos centrales en cualquier consideración  conducente a conseguir el mejor apoyo para la esforzada labor artística.”

“Debemos ser inequívocos en reconocer que el espacio cultural es más amplio que el espacio económico creado por una economía de mercado, y resulta crucial que adoptemos medidas para lograr una comprensión pública de la importancia capital  del espacio cultural público. También es necesario admitir que esta comprensión no existe en la actualidad a nivel de la política europea. Si existiera tendríamos el reconocimiento de que en épocas de contracción económica se necesita más y no menos provisión de fondos públicos para el acceso a la cultura pública si no se quiere añadir un déficit cultural en términos de ciudadanía a la terrible experiencia del desempleo.”

“Aquellas empresas  que financian y administran el teatro también tienen la responsabilidad de crear un ambiente justo de inclusión que permita a sus miembros  florecer y hacer realidad sus posibilidades. Esta base de obligaciones empresariales puede resumirse como el deber de proveer un lugar de trabajo ético para los trabajadores. Bajo la Iniciativa Etica  presentada por esta presidencia  de Irlanda, se lleva a cabo un proceso de consultas que yo mismo he estado acogiendo durante el último año y medio, y el Congreso Irlandés de Sindicatos desarrolla un programa de actividades bajo la consigna de “Lugar de Trabajo Ético”. Trabajando con los sindicatos que integran el Congreso se recogen opiniones individuales de trabajadores, de organizaciones sindicales y representativas sobre cuáles son las condiciones esenciales de calidad que podrían ser consideradas éticas para el lugar de trabajo. Los músicos y actores sindicalizados en la rama de Equity (sindicato de artistas intérpretes) de SIPTU han participado activamente en este proceso – y por supuesto nos regalaron entretenimiento, producto de su trabajo y de sus dones, en el acto de lanzamiento del programa presentado en esteedificio en el que nos encontramos, Liberty HALL.*”

“Los resultados de este proceso han demostrado que la preocupación de los trabajadores en cuanto a que sean tratados con justicia e imparcialidad, corre paralela a su profundo compromiso con  la justicia social  y una sociedad igualitaria.  Esto puede que no sorprenda a una audiencia como ésta, dado que, históricamente,  el sector cultural en general, y el teatro en particular, han estado a la vanguardia de la promoción de la tolerancia y en la lucha contra los prejuicios y la discriminación en la sociedad.”

“En las áreas de género, raza, discapacidad, y sexualidad, el teatro ha usado su formidable poderío emocional y político para romper estigmas y destruir formas heredadas de dominación y  opresión.  Echando una mirada al material de investigación que la FIA ha presentado en esta conferencia, tengo confianza en que continúe ese papel de liderazgo,  pero que también pueda extenderse en lo que respecta a la capacidad empresarial del sector, así como a su papel de abogado de causas sociales.

La igualdad y el respeto total por la diversidad en el teatro sigue siendo aún una aspiración,  pero con el liderazgo de organizaciones con la FIA, es una aspiración que creo puede llegar a cumplirse.”

“La relación entre el actor, como artista y trabajador, y la sociedad,  es algo profundo y multifacético. No hay ningún debate sobre el lugar y el propósito de las Artes que pueda completarse sin que se efectúe un examen de la profunda relación que existe entre todas las formas artísticas y la sociedad a la que responden o a la que aspiran. La labor del artista tiene un significado exploratorio tan importante como su propio papel de interpretación. Permitir y apoyar a nuestros artistas  y la protección de su propio espacio resulta esencial para la reacción y sostenimiento de una sociedad que funcione de verdad. La salud de su espacio cultural y de sus practicantes refleja la propia calidad de la sociedad  que los alberga.”

“Debemos reconocer que artistas e instituciones culturales irlandesas, junto con otros sectores de la vida en Irlanda,  han sufrido considerablemente durante un período en que se ha tenido que combatir con las consecuencias de una economía especulativa global, europea y también nacional,  las medidas de austeridad que se requerían como respuesta.”

“En nuestra Europa muchos ciudadanos se han visto forzados a elegir no ya entre pan y rosas, sino entre la supervivencia y la propia vida social.  Siempre habrá que desafiar cualquier posición que considere que las artes son algo diferente, algo que tiene lugar en los límites de la sociedad, un extra opcional  cuya financiación tiene extremadamente bajos niveles de prioridad en tiempos de recesión económica.

Es lamentable que esta reducción  en la ayuda financiera haya tenido lugar a pesar de la evidencia abrumadora de los beneficios económicos que genera nuestro sector creativo, según fuentes totalmente independientes. La financiación de las artes  es considerada todavía, en algunos casos,  como cierta naturaleza de ayuda, de concesión, en lugar de lo que realmente significa,  una inversión en la infraestructura de la vida social, en su felicidad y cohesión.”

“El caso de valorar nuestros gastos públicos  y  las inversiones públicas no tiene respuesta, - su verdadero valor reside en lo que recibimos en retorno por esta inversión a todos los niveles. La profunda y valiosa contribución  de nuestros artistas a la sociedad jamás podrá resultar exagerada. A menudo, a través de nuestros encuentros con la literatura, el teatro,  y las artes  conseguimos entender mejor  la condición humana, haciendo que nuestras percepciones cambien, se aclaren, o se mejoren.”

El discurso sigue esta línea clara, directa, durante algo más de 6 paginas,  sin abandonar  su espíritu de clase didáctica,  académica, con un conocimiento de causa que asombra por provenir de la mente y la boca de un político, presidente en ejercicio de uno de los países afectados por la crisis que tuvo que recurrir al rescate de la tristemente célebre Troika. Consultando luego con varios de los actores irlandeses más veteranos en la lucha sindical en Irlanda, me aseguraron que ese discurso lo había escrito el presidente Higgins, con su pensamiento y su estilo, palabra por palabra. Varios de estos profesionales eran compañeros de militancia del presidente en el partido Laborista Irlandés.

El discurso no tiene pérdidas y debería ser leído en su integridad por profesionales del sector y políticos de todo el mundo, especialmente del nuestro, donde la cultura ha sido tan maltratada y vilipendiada por el gobierno conservador.  Sinceramente, al conocer personalmente a este presidente republicano, de cierta edad y constitución física aparentemente frágil, que se había transformado y crecido arriba del escenario al pronunciar tan hermoso discurso, me dieron ganas de traérmelo para España, o para algún otro país de nuestro entorno iberoamericano.  A ver si podía educar a algunos de nuestros políticos.  Porque  en la mayoría de nuestro entorno seriamente sometido a las fuerzas del mercado los políticos se llenan la boca de cultura, siempre que puedan obtener algún tipo de repercusión, especialmente para fotografiarse con las estrellas. Pero, que en realidad,  en privado, son los que opinan que “a los artistas que les den…”


Por Jorge Bosso

Vicepresidente Federación Internacional de Actores (FIA)


Liberty Hall *: Sede de la central sindical  irlandesa SIPTU, levantado en el centro de Dublín, en conmemoración de la primera revuelta de trabajadores en una huelga general contra el imperio británico, que terminó con el fusilamiento de 16 de ellos, en los años coincidentes con el comienzo de la primera guerra mundial. En la  puerta tiene una placa por los irlandeses muertos en la Guerra Civil Española.

Michael Higgins, un presidente que sabe lo que es Cultura