viernes. 19.04.2024
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Marciano Sánchez Bayle y Pablo Vaamonde en la presentación del libro “La Sanidad no se vende”

Marciano Sánchez Bayle es una de las figuras más importantes entre los defensores de la Sanidad Pública. Una vida entera de compromiso y coherencia le sitúan como una persona ejemplar y un referente ético para aquellos que leemos sus escritos y seguimos su trayectoria. Es uno de los líderes de la “Marea Blanca” madrileña que ha conseguido, de momento, paralizar el proceso privatizador iniciado por el Partido Popular. Estuvo en Galicia para presentar su último libro, y aprovechamos la ocasión para mantener esta entrevista.

Sánchez-Bayle nació en Plasencia (Cáceres) en 1949, es Doctor en Medicina, especialista en Pediatría y Nefrología. Tiene tres hijos. Fue  jefe de sección de hospitalización de Pediatría del Hospital del Niño Jesús de Madrid hasta su jubilación forzosa por la Consejería de Sanidad de Madrid en julio de 2014. Fundador de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) y de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), actualmente es presidente de la ADSP de Madrid y Portavoz de la FADSP. Ha sido presidente de la Internacional Association of Health Policy de la que ahora es vicepresidente. Pertenece a los Consejos científico y  deliberativo del Observatorio Iberoamericano de Políticas y Sistemas de Salud, así como al Observatorio Madrileño de Salud y fue director del Observatorio de Políticas de Salud de la Fundación 1º de mayo. Ha escrito varios libros sobre sanidad y política sanitaria; también coordinó una veintena de libros y ha escrito capítulos en otros muchos. El último se publicó en 2015: “La Sanidad no se vende. Manual para la defensa de la Sanidad Pública”. Ha publicado más de un centenar de artículos en revistas científicas de ámbito nacional e internacional y muchos más en prensa periódica.

unnamed-6Pablo Vaamonde | Ha sido publicado por Akal el libro “La Sanidad no se vende”, coordinado por usted -junto con el cardiólogo gallego Hixinio Beiras Cal-, que pretende ser un “Manual para la defensa de la Sanidad Pública”. ¿Estamos todavía a tiempo de salvarla? ¿El daño causado por las Administraciones del Partido Popular puede ser reversible?

Marciano Sánchez-Bayle | Empezaré por el final; lo único que no es reversible es la muerte. Yo vivi la construcción del Sistema Nacional de Salud en este país y se hizo a partir de una situación mucho peor que la que existe ahora y hay que ser conscientes de que los Servicios Nacionales de Salud (Reino Unido, Suecia, Finlandia,etc) nacieron en circunstancias mucho peores que las actuales. Por supuesto cuanto más se avance en el proceso de recortes, deterioro y privatizaciones más difícil será la recuperación; en el fondo el problema está en que para ello se necesitan tres condiciones: una potente voluntad política, la existencia de un amplio sector profesional que apoya la Sanidad Pública y un amplio soporte social, no solo militante, que también, sino sobre todo una opinión pública que defiende la Sanidad Pública y que opine, como sucede aquí y ahora, que es la que tiene mejores instrumentos y respuestas para garantizar la salud de la población. Los resultados de las últimas elecciones parecen indicar que es probable que se logren gobiernos con esa voluntad de recuperación del sistema sanitario público y las amplias movilizaciones sociales y profesionales escenifican que hay una base social y sanitaria más que suficiente; yo personalmente soy optimista.

Pablo Vaamonde | A pesar de todo el daño causado por los gobiernos de la derecha (autonómicos y central): ¿Tenemos todavía una buena Sanidad Pública?

unnamed-5Marciano Sánchez-Bayle | Cuando se trata de valorar un sistema sanitario lo que suele usarse es una comparación internacional, con la situación en otros países, por eso es evidente que nuestra posición es bastante favorable, aunque por supuesto se ha producido un retroceso muy sustancial, pero como partíamos de una posición muy buena, todavía las cosas funcionan de una manera bastante razonable, sobre todo por el esfuerzo de los trabajadores del sistema sanitario público, aunque es obvio que si se mantiene esta deriva de recortes y privatizaciones el sistema entrara en shock. Como suele suceder en esto hay muchas diferencias entre las distintas CCAA.

Pablo Vaamonde | En su opinión, los severos recortes impuestos en la Sanidad: ¿son de aplicación obligatoria debido a la crisis económica, como dice el PP, o son impuestos por razones ideológicas y políticas?

Marciano Sánchez-Bayle | Yo creo que hay prácticamente consenso, fuera de los voceros del PP, de que los recortes responden sobre todo a criterios ideológicos y a intereses económicos y políticos. En nuestro país el gasto sanitario era bajo comparativamente, y la eficiencia del sistema sanitario muy alta, como reconoce todo el mundo (por ej. el último informe de la Comisión Europea  sobre eficiencia de los sistemas sanitarios en junio de 2015, que sitúa a España en el primer puesto de la UE); sin embargo con la excusa de su insostenibilidad se impusieron toda una serie de recortes injustificados, más aun si se tiene en cuenta que paralelamente se impulsaban privatizaciones que suponían sobrecostes de 7-9 veces sobre su alternativa en el sector público. El Roto en una viñeta que citamos en el libro ya lo dice : hay que destrozar todo lo público para demostrar que no funciona. Pues eso es lo que han estado haciendo.

Pablo Vaamonde | En vez de las medidas impuestas por el Partido Popular (recortes, privatizaciones, exclusión sanitaria, copagos): ¿Qué otras alternativas se podrían aplicar, que estrategias serían posibles para no provocar el deterioro de nuestro sistema sanitario?

Marciano Sánchez-Bayle | Bien, hay que ser conscientes de que el sistema sanitario tiene problemas que deben abordarse y cuyas soluciones tienen que ir por otro lado: por ejemplo, tiene una baja financiación y mal repartida; la Atención Primaria, que debería ser la clave de su funcionamiento, ha sido marginada y desfinanciada, hay que racionalizar el gasto farmacéutico y la utilización tecnológica (en ambos temas tenemos una sobreutilización), fomentar la coordinación  e integración de niveles asistenciales, garantizar la utilización intensiva de los recursos de los centros sanitarios públicos, etc.

El Real Decreto Ley 16/2012: un atentado contra la Sanidad Pública

Pablo Vaamonde | Además de los recortes y privatizaciones el Partido Popular ha publicado una ley (El Real Decreto Ley 16/2012) que supone una auténtica contrarreforma sanitaria, como usted ha señalado en varios artículos. ¿Cuales son los principales elementos que introduce esta ley y por qué son tan nocivos para la Sanidad Pública?

Marciano Sánchez-Bayle | EL RDL 16/2012 ha sido la mayor agresión al sistema sanitario de nuestro país. Básicamente contiene cuatro cuestiones claves: Una: se transforma el derecho a la atención sanitaria pasando de un modelo basado en la ciudadanía a otro que pivota sobre el aseguramiento lo que ha producido exclusiones de colectivos de la cobertura pública (los inmigrantes no regularizados, los que tienen una estancia en el extranjero de mas de 90 días, y las personas con rentas superiores a 100.000 €) con graves efectos sobre la salud de los grupos con menos recursos (al menos hay 3 muertes documentadas de inmigrantes por desatención sanitaria). Dos: se fracciona la cartera de servicios en tres partes, una básica de acceso gratuito y dos suplementaria y complementaria, sujetas a copagos. Tres: se establecen nuevos copagos sobre farmacia (pensionistas y farmacia hospitalaria), dietas, ortesis, prótesis y transporte sanitario, que aunque solo se han aplicado en lo que respecta a los medicamentos dispensados por receta han supuesto grandes problemas para las personas más pobres y más enfermas (el 14,76% de los que reciben una prescripción no la retiran de la farmacia por motivos económicos). Y cuatro:  excluyeron 417 medicamentos de la financiación pública aumentando el efecto anterior. Es decir: se aumenta la inequidad en el acceso a la atención sanitaria y se establecen barreras económicas que dificultan que las personas reciban prestaciones sanitarias que necesitan. Por suerte gracias al amplio rechazo social y profesional estas medidas se han aplicado solo parcialmente y con grandes diferencias según las distintas CCAA.

Pablo Vaamonde | En realidad el título del libro es engañoso ya que, en realidad, la Sanidad SÍ que la están vendiendo. Están entregando a manos privadas hospitales enteros (modelo PFI) o parcelas cada vez más grandes de la actividad sanitaria. ¿Las llamadas Unidades de Gestión Clínica son, como dicen sus impulsores, un mecanismo para modernizar la gestión sanitaria o un instrumento más para privatizar “la bata blanca”?

Marciano Sánchez-Bayle | El titulo inicial era el de “Manual para la Defensa de la Sanidad Pública” y la editorial consideró que era conveniente uno mas corto y llamativo y se eligió este que responde a uno de los eslóganes de la Marea Blanca “la Sanidad Pública no se vende... se defiende”, responde a una reivindicación del movimiento, y por eso creo que no queda mal. Es obvio que la privatización directa de los centros sanitarios ha encontrado una gran contestación social y profesional y eso ha hecho que se busquen otras vías para privatizar, más sofisticadas, mas silenciosas y menos evidentes, ahí están las derivaciones sistemáticas a los centros privados y las unidades de gestión clínica que pretenden fragmentar el sistema sanitario en microunidades que permitan una más fácil penetración de los intereses privados. Por suerte en algunas CCAA como Galicia y Castilla y León han tenido una fuerte oposición.

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La Marea Blanca, un ejemplo a seguir

Pablo Vaamonde | En Madrid, ante las propuestas privatizadoras del Partido Popular, se produjo un movimiento profesional y ciudadano, la “Marea Blanca”, que logró frenar estas propuestas. En su opinión: ¿Cuales han sido los elementos principales para que se produjera esta potente movilización? ¿Qué enseñanzas se pueden sacar de esta experiencia para aplicar en otros lugares?

Marciano Sánchez-Bayle | Contar brevemente un proceso de varios años y de tanta diversidad como la Marea Blanca es complicado, pero intentando resumir mucho diré que las movilizaciones surgieron como respuesta al llamado “Plan de sostenibilidad” que la Comunidad de Madrid intentó imponer en noviembre de 2012. El rechazo masivo se vio facilitado porque abordaba casi todo el sistema sanitario, porque los profesionales ya estaban muy castigados por los recortes y porque intentaron imponerlo sin ningún tipo de diálogo y en medio de continuas descalificaciones (de hecho Lasquetty y Gonzalez fueron unos de los principales instigadores de la contestación). El PP en Madrid que ya llevaba 11 años privatizando de manera progresiva, paso a paso, con muy poca respuesta, sobrevaloró su capacidad y pensó que estábamos derrotados y quiso imponer un golpe definitivo a la Sanidad Pública, y fueron su prepotencia y su intransigencia las que favorecieron el rechazo casi unánime de profesionales y ciudadanía.

Realmente casi todas las experiencias tienen peculiaridades muy concretas que  son difíciles de generalizar; por ejemplo, en Madrid el intento de convertir el Hospital de la Princesa en un geriátrico fue el detonante de las movilizaciones, pero contando con esas limitaciones habría que señalar algunos aspectos claves que podríamos esquematizarse así:

Uno: la unidad es fundamental, pero respetando la diversidad porque hay que conjugar los intereses y las diferencias de muchas entidades y organizaciones. Dos: la participación de profesionales y población es un binomio imprescindible para el éxito.  Tres: las  movilizaciones tienen que ser inclusivas permitiendo la participación de todos en la medida de su compromiso. Cuatro: el exceso de protagonismo es malo para la salud de las movilizaciones, hay que evitar los hiperliderazgos excluyentes. Cinco: deben abarcarse todos los frentes de lucha:  legales, mediáticos, manifestaciones, encierros, huelgas, etc. Seis: la persistencia y la paciencia son las palancas principales para el éxito, una de las estrategias más probables de los privatizadores será el intentar el cansancio y la desilusión para desactivar las movilizaciones. Y siete: la organización es clave para el mantenimiento de las luchas y para poder continuarlas en los momentos de reflujo que, como sucede con todas las mareas, son inevitables.

Otra cuestión que habría que señalar es que las movilizaciones de Madrid tuvieron una gran visibilidad por el lugar en que sucedían y la presencia en la ciudad de importantes medios de comunicación , pero conviene no olvidar que grandes movilizaciones de características muy parecidas se produjeron en otros puntos de la geografía: por supuesto en Galicia, donde han tenido una importancia y una continuidad muy relevante, Salamanca, Cuenca, Cartagena, Segovia, Alcañiz, Villarrobledo, Almansa, etc.

Pablo Vaamonde | Después de las pasadas elecciones el gobierno de la Comunidad de Madrid sigue en manos del Partido Popular. ¿Considera que la batalla contra la privatización ya está ganada o todavía hay riesgo de que vuelvan a la carga con sus proyectos privatizadores?

Marciano Sánchez-Bayle | Acaba de producirse un acuerdo entre el PP y Ciudadanos para no privatizar más centros sanitarios. De todas maneras hay que ser conscientes de que a partir de la dimisión de Lasquetty la privatización directa de los centros sanitarios ha sido cambiada por una estrategia de privatización silenciosa basada en tres ejes: las derivaciones sistemáticas hacia los centros privados de pruebas diagnósticas, consultas de especialistas e intervenciones quirúrgicas, complementada con la infrautilización de los recursos de los centros públicos, y con el intento de imponer otros sistemas de privatización y fragmentación de la red sanitaria pública (unidades de gestión clínica), y que este compromiso no parece alcanzar estas otras políticas igualmente agresivas contra la Sanidad Pública. O sea que debemos ser conscientes de que la política privatizadora continuará por otras vías probablemente menos visibles, por lo que tendremos que continuar las movilizaciones para evitarlo.

El TTIP: otra amenaza para la Sanidad Pública

Pablo Vaamonde | El tratado de libre comercio que está negociando la UE con los EEUU, con bastantes secretismo: ¿Puede representar una amenaza más para la Sanidad Pública de nuestro país? ¿En qué se concreta esta amenaza:

Marciano Sánchez-Bayle | Las amenazas más importantes para la Sanidad Pública contenidas en el Tratado son:

Uno. Los gobiernos no podrán recuperar los servicios externalizados o privatizados, aunque sean un desastre y sus gastos exorbitantes (como los hospitales PFI de Madrid o de Vigo, que multiplican por siete su coste real).

Dos. Las empresas podrán garantizar y proteger sus inversiones con un arbitraje Inversionista - Estado, que otorga a las corporaciones el derecho de demandar a un gobierno que tome decisiones que dañen sus ganancias, al margen de los tribunales nacionales de justicia. Como consecuencia los gobiernos europeos que adopten medidas legislativas que reduzcan las expectativas de ganancias a una empresa se enfrentarán a reclamaciones por "expropiación" al asimilarlas a una incautación ilegal de la propiedad privada por el gobierno.

Tres. La concesión de indemnizaciones en primera instancia para el arbitraje de las inversiones de las empresas en los sistemas sanitarios públicos supondrá una seria amenaza para la capacidad de los gobiernos de intervenir en la defensa del interés público con (de) políticas que protejan intereses sociales como: Fijar precios para los productos farmacéuticos y para la promoción de medicamentos genéricos que garanticen el acceso a los mismos a todos los sectores sociales. Control y evaluación de tecnologías que se vayan a incorporar al sistema sanitario público atendiendo a criterios de racionalidad y sostenibilidad. Medidas de protección de la salud pública  como el control del tabaco o de la seguridad y calidad de los alimentos.

Marciano Sánchez-Bayle | Finalmente, uno de los principales objetivos del tratado es conseguir la privatización de los servicios sanitarios, que son vistos por los inversores privados y por la industria farmacéutica de tecnologías sanitarias como enorme lista de compras. En este sentido la Comisión de Comercio de la Unión Europea acordó en 2010 presionar para alcanzar un acuerdo comercial que  armonizara la regulación del sector público europeo con el norteamericano que debía incluir la asistencia sanitaria dada su importancia económica, por lo que debería privatizarse como en los Estados Unidos.

Pablo Vaamonde | Algunas de las personas que más se han significado en la defensa de nuestro sistema sanitario están llegando, o han llegado ya, a la edad de la jubilación: ¿Hay recambio generacional? ¿Considera que los profesionales más jóvenes se están implicando para continuar esta tarea?

Marciano Sánchez-Bayle | Nuestra generación comenzó su experiencia en las movilizaciones de la Universidad contra el franquismo y luego en las movilizaciones de los MIR en la época de la Transición. Se trataba de un colectivo con una gran experiencia de lucha y con una ideología solidaria y una práctica sanitaria con un compromiso social muy potente que ha vuelto a rebrotar en estos últimos conflictos. La gente más joven ha tenido una experiencia personal y profesional  muy distinta y ha vivido durante mucho tiempo un sistema sanitario público en expansión y solo de manera más reciente la tremenda política de recortes, pero es evidente que también se ha movilizado de manera muy activa y a veces muy imaginativa, dando cabida a otros instrumentos de trabajo (redes sociales, etc). Quizás todavía no entienden como nosotros la importancia de la organización para poder continuar el trabajo por la Sanidad Pública, pero los conflictos recientes les harán comprenderlo. Yo creo que ese relevo se producirá y nuestra tarea es seguir trabajando hasta que llegue el relevo.


Marciano Sánchez-Bayle, fundador de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública

Pablo Vaamonde García (Médico de familia. A Coruña)

Contra la privatización de las 'batas blancas'