viernes. 29.03.2024
Ojo-mayor-adulto-anciano

La juventud no se evidencia en una tez sin asomo de arrugas o en un cabello donde no ‘se peinan canas’, sino en los ojos. De hecho, los expertos en oftalmología consideran que este órgano es el primero en hacer evidente el paso del tiempo.

Algo que, seguramente, no nos hace ni pizca de gracia, puesto que el 95 % de los españoles considera que la vista es el sentido más valioso que poseemos —según una reciente encuesta realizada sobre el grado de conocimiento y concienciación de los españoles en torno al cuidado de sus ojos—. De hecho, a tenor de este estudio, antes que la vista, muchos prefieren perder el gusto (un 83 %) y renunciar a degustar un buen plato de jamón de bellota —por ejemplo—. Otros sacrificarían el oído (un 78 %), mientras que otros preferirían perder parte de su salario (un 79 %).

Por desgracia, cuando llega la hora, no nos preguntan y a partir de los 40 años puede empezar a suceder algo que incomoda más que las canas. Sí, la presbicia o vista cansada, una patología a la que ya ha sucumbido más del 81 % de la población mayor de 45 años y un 98 % de las personas mayores de 65 años. Además, no hay nada que podamos hacer para evitarla, pues estamos ante una dolencia asociada al propio envejecimiento. Tan solo nos resta estar atentos a sus síntomas a fin de evitar que su presencia lastre nuestro día a día poniendo medidas como luego comentaremos.

Así, un buen día nos percatamos de que nos cuesta leer y que las letras empiezan a bailarnos. Para colmo, las molestias no se limitan a este aspecto, sino que también ocasionan dolores de cabeza motivados por el sobreesfuerzo continuo de fijar la vista.

Pero ¿cuál es el origen de la presbicia? La explicación la encontramos en el cristalino que pierde su elasticidad y capacidad de adaptación (acomodación). De esta manera, se muestra incapaz de enfocar con la misma nitidez de antaño los objetos,especialmente los que se encuentran a distancias cercanas,

Seguro que más de uno ha pensado en las gafas como fórmula para solucionar este contratiempo en la visión. Una medida acertada y eficaz. No obstante, presenta el problema de que nos ata al uso de unas lentes para el resto de nuestros días y, por supuesto, no cura esta patología, pues nuestra visión continúa deteriorándose con los años.

Otra solución, y esta última con la ventaja de evitar todo tipo de incomodidades, la encontramos en la implantación de una lente intraocular multifocal. Además, de un plumazo el paciente se despide de otros problemas visuales como la miopía, el astigmatismo, la hipermetropía e, incluso, las cataratas.

En suma, el preciado tesoro de la vista se esfuma con el transcurso del tiempo; pero, por suerte, hay fórmulas para mantenerla a buen recaudo.

El primer órgano que acusa el paso del tiempo lo tenemos en la cara. Sí, se trata del ojo