viernes. 19.04.2024
politica

La segunda mitad del año 2016 se esperaba ciertamente convulsa en la política internacional, sobre todo en Europa, que veía como llegaban tres obstáculos propios y uno externo que podrían poner en ciertas dificultades el camino hasta el final de año: el referéndum por la salida de la UE en Gran Bretaña, la formación de gobierno en España y el referéndum constitucional en Italia que servirá como termómetro de la aceptación del primer ministro Matteo Renzi, todo ello además de las elecciones presidenciales norteamericanas de noviembre entre Donald Trump y Hillary Clinton. Y, claro, ante todo ello el establishment económico, financiero y político contaba con sus cuatro predicciones que ayudarían a mantener su cada vez más precaria estabilidad.

Pues, como bien ya todo el mundo sabe, la primera fue en la frente y los británicos votaron por dejar la Unión Europea, pese a toda una campaña del miedo que clamaba a viva voz el desastre que estaba por venir en caso de que el 'Brexit' se consumase. Se consumó y el desastre estuvo lejos de ser un apocalipsis, pero lo cierto es que todos los espacios de Forex Trading la libra sufrió un achaque bastante importante, que le llevó a pérdidas históricas frente al dólar norteamericano.

Tras este primer golpe, los mismos que sufrieron con el referéndum británico esperan ahora que la situación del no-gobierno español se resuelva sin problemas en favor de sus preferencias: un gobierno de Mariano Rajoy y el Partido Popular. Algo que, tras las votaciones para la mesa del congreso parece bastante hecho, ya que tanto PNV como la antigua Convergència parecen dispuestos a hacerle ese favor al todavía presidente en funciones del estado. Una nueva presidencia popular significaría un socio mucho más dócil para una Europa que quiere ver una nueva serie de ajustes y recortes en la economía española. Tras el referéndum británico, a la Unión Europea le viene que ni pintado un gobierno popular en España que está en las antípodas del euroscepticismo, sino que simplemente se dedica a acatar lo que llegue de Bruselas o Berlín.

Sin embargo, hay otros dos obstáculos en esta segunda mitad del año 2016 en los que los resultados no parecen tan claros como lo son en España. El primero de ellos es el referéndum constitucional italiano en el que Renzi ha puesto en juego toda su credibilidad, algo así como lo que ha hecho Cameron con el 'Brexit'. Si el voto contrario a dicha reforma es mayoritario, una nueva crisis de gobierno se abriría en Italia (otra más, y es que llevan tres presidentes en cinco años y ninguno fue escogido en unas elecciones) y, ahí sí, aparecería el fantasma de unos nuevos comicios en las que el euroscéptico Movimiento 5 Estrellas contaría con muchas papeletas de imponerse. Y a ello habría que sumarle la crisis bancaria que está azotando a Italia y sobre la que, Bruselas ya lo ha dicho, el BCE no va a poner un sólo euro.

Además, si a ello se le suma que, por ahora, nadie ha descartado que la opción de una victoria del enemigo a batir de los amantes del libre mercado en Europa, Donald Trump, sea plausible en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la verdad es que lo que queda de año puede ser muy movido. A día de hoy, quedan tres citas políticas de aquí al 2017 y si la quiniela le sale bien al sistema poítico-financiero europeo, la tranquilidad será la nota dominante, si ocurre todo lo contrario, va a ser mejor se active el protocolo antiturbulencias.

Una carrera de obstáculos política para la segunda mitad del año