miércoles. 24.04.2024

El 12 de diciembre, el Teatro Cervantes de Tánger cumplirá 100 años de vida. Dicho aniversario debería ser conmemorado de una forma grandiosa, en una ciudad atravesada por la cultura y una peculiaridad que la ha caracterizado a lo largo de los siglos. Pero por desgracia, eso no va a suceder.  El Teatro fue construido durante el año 1911 por el arquitecto español Diego Giménez e inaugurado oficialmente en el año 1913 como bien lo refleja su hermosa cerámica de color amarillo y azul que adorna su frontón.

 El Gran Teatro Cervantes,  ha sido abandonado a su suerte, hasta llegar al borde de la ruina. Las ventanas están bloqueadas por grandes paneles de madera, las paredes se están derrumbando, el interior del teatro es la viva imagen de un estado en deterioro. Un simple bloqueo de la puerta, obligó de algún modo la prohibición del acceso al edificio que hasta la segunda mitad del siglo XX fue la meca de la cultura, en Marruecos y el mundo árabe hasta su definitivo cierre en 1962.

En su apogeo, pudo haber albergado cerca de 1.400 espectadores cada noche. La conquistaron grandes estrellas de la canción española de la época, tales como Antonio Caruso, Tito Ruffo o cantantes como Adelina Patti entre otros.  En 1929, se representó en el teatro Othello en Inglés. Incluso  se organizó espectáculos de baile con un sistema de manivela inteligente.  En el teatro también se organizaron numerosas reuniones durante la guerra anti-franquista en España , y durante la guerra de Argelia.

Poco a poco, el interés  por el Teatro Cervantes se fue esfumando. Aquel mágico lugar se fue transformando en una sala de lucha libre y  posteriormente abandonado por el Estado español. En 1928, sus propietarios, Manuel Peña y su esposa, Esperanza Orellana, cedieron al Estado de España el teatro para que continuara la presencia cultural ibérica en Tánger, pero los enredos diplomáticos y administrativos entre Madrid y Tánger se complicaron y actualmente está alquilado a la municipalidad por un dirham simbólico.

Joya arquitectónica

En el vestíbulo, a pesar del polvo, se puede visualizar hermosas cerámicas que representan a Don Quijote y Sancho Panza. Después de un largo pasillo, ya nos adentraríamos a lo que es el salón de actos del teatro. A la entrada del recinto, se ven unas cuantas filas de sillas de madera alineadas y cubiertas de telarañas, cajas con sillas volcadas.  A pesar de todo, es una maravilla, una joya que no podemos dejar a su suerte y derrumbar el sueño de miles de tangerinos y tangerinas que sueñan con que el Teatro vuelva a ser un lugar que represente el limbo cultural de la ciudad y rescate así los bellos recuerdos del pasado. 

Si observamos la parte superior del teatro, hay una cúpula en la cual se pueden apreciar claramente el paso de los años, por lo que está descolorida y bastante descuidada. En el resto de las paredes, vemos que están medio pintadas. Desde que el suelo se rasgó, las vigas sirven como puertas de acceso. Si seguimos adentrándonos en el edificio observamos un pedazo de cartel antiguo el cual sigue colgado en una pared. Una larga cortina roja deteriorada por las polillas que se desprenden del techo.

"Este teatro es un símbolo de la convivencia, la tolerancia y el multiculturalismo", asegura Rachid Taferssiti, escritor marroquí (Tangerino), autor en 1998 de un libro de referencia, “Tánger, realidades de un mito”. "Tánger era de todos, independientemente de su religión o nacionalidad. En un mundo dominado por el fundamentalismo y el segregacionismo, podría rebasar las fronteras de Marruecos y llevar su mensaje más allá”.

Esfuerzo financiero

Esta renovación no será la obra de Marruecos y España. Si en la década de  los 90, la restauración del teatro fue diseñado por las autoridades españolas, que fue abandonado antes de que fuera llevado a cabo. Según algunos estudios, la obra costaría aproximadamente unos 5 millones de euros.  Para reformar el teatro antes  debería aprobarse un proyecto viable de mantenimiento basado en un sólido proyecto cultural. Afirma, Cecilia Fernández Suzor, directora del Instituto Cervantes de Tánger.  

 Muchas asociaciones se han fundado para tratar de salvar el Gran Teatro Cervantes. Entre ellas, la Asociación Al Boughaz (Estrecho, creada por Rachid Taferssiti), que aboga por un desarrollo armonioso, respetuoso con el medio ambiente y el patrimonio, y  la Asociación Sostener lo que cae, cuyo objetivo es recuperar el teatro para uso como un centro de cultura.

A principios del pasado mes de marzo, el Cónsul General de España y el alcalde de Tánger se reunieron para tratar el tema con detenimiento. Sin embargo, de dicha reunión no se hizo ninguna referencia ni ninguna declaración por parte de ambas partes. Este ambiente de total misterio, hace que se desconozca el destino del Teatro y si realmente viviremos muy pronto el renacimiento del “Gran Teatro Cervantes”.

Por otra parte, destacar que los amigos del Gran Teatro Cervantes de Tánger están organizando un gran evento que durará tres días durante la segunda semana de agosto del 2013 en la misma ciudad de Tánger, para conmemorar así el centenario de la fundación del Teatro. Se espera la llegada masiva de tangerinos de todos los rincones del mundo al evento que se celebra en el mes de agosto, para de algún modo reivindicar a ambos estados una solución urgente a este gran dilema.

Renacimiento del Gran Teatro Cervantes de Tánger