jueves. 28.03.2024
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El amanecer de este 2017 se presenta, para el país otomano, con nuevos escenarios, debates e incógnitas para el futuro

Estamos viviendo una ola de ataques terroristas por parte del Estado Islámico. Todo tiene su razón de ser: ¿por qué Francia, Alemania y Turquía?, ¿por qué la Península Arábiga no es objeto de atentados terroristas? El Estado Islámico -más conocido como Isis o Daesh-, se encuentra inmerso en una estrategia propagandística bajo su nuevo Califa Ibrahim, Abu Bakr Al Baghdadi.

El mayor instrumento mediático del Estado Islámico, la Revista Rumiyah, bajo la dirección de su portavoz Abul Hassan Al Muhair, transmitió no hace mucho un mensaje del citado Califa en el que ordenaba a sus simpatizantes mantenerse en Mosul –ciudad ocupada- y, a todos aquellos que no puedan trasladarse a dicha ciudad -entre otros los denominados lobos solitarios-, los incitaba a atentar contra países que formaran parte de la Coalición contra el Estado Islámico.

En su tercera edición, la revista Rumiyah hacía énfasis en la participación de estos lobos solitarios y en el uso de camiones en la organización de atentados. Cabe mencionar que esta edición de la revista Rumiyah fue publicada antes del reciente atentado de Berlín en el que, precisamente, un lobo solitario utilizó un camión para atentar.

Turquía es candidato para integrar la Unión Europea (UE), ha apoyado a la Coalición Internacional de países en el combate contra el Daesh en Alepo y ha participado en el cierre de fronteras. Además, también ha colaborado en la gestión de la política migratoria y de asilo de la UE respecto a los refugiados sirios y mantiene una buena relación con Estados Unidos.

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Por otro lado, en un comunicado elaborado para Navidad, que es una de las temporada que registra picos más altos de flujos turísticos, el propio Califa Ibrahim hizo un llamado a todo musulmán a no festejar esta festividad y manifestó que se debería atacar a los países que, sin identidad cristiana, lo hagan, señalando así a Turquía como objetivo. De esta forma expresaba el descontento del Estado Islámico con el Protector de los Cristianos.

Fue así que el primero de enero del 2017, media hora después de haberse iniciado el nuevo año, se registró un atentado en Estambul, una de las ciudades turísticamente más importantes de Turquía. El ataque fue atribuido al Estado Islámico precisamente por estas amenazas y por el modus operandi: un terrorista originario de Asia Central, según los informes policiales, con un AK-49 en una zona muy turística y con gran presencia de extranjeros, sobre todo de origen europeo.

El sector turístico turco ha expresado su temor al impacto del terrorismo en esta área del Mediterráneo. La evolución vivida por el país, de 17 millones de visitantes en 2004 a 36 millones diez años después, se encuentra en peligro. Los servicios de seguridad y salud del país se reforzaron con el objetivo de ofrecer una imagen de tranquilidad y control para el visitante, algo que se vio reforzado por campañas publicitarias y de información.

De esta forma, Turquía y su capital, Estambul, se enfrentan a una temporada donde el turismo podría verse enormemente afectado, todo un revés para el que prometía ser el nuevo gigante turístico. ¿Tendrá Turquía la capacidad de mantener la afluencia turística -como lo tiene Francia- a pesar de los atentados terroristas?, ¿qué posibilidades tendrá Turquía de regenerar su economía a pesar de este golpe al turismo? Y, finalmente, ¿podrá recuperar el ritmo de crecimiento que venía presentando?

El amanecer de este 2017 se presenta, para el país otomano, con nuevos escenarios, debates e incógnitas para el futuro.

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Mauricio Ibarrola | Alumno de la Escuela Universitaria de Turismo - Ostelea

¿Una nueva etapa de recesión turística en Turquía por causa del terrorismo?