viernes. 19.04.2024

Antonio Palocci ya tuvo que dimitir como ministro de Hacienda, ante acusaciones de tráfico de influenciasEl Ministro jefe de la Casa Civil, virtual Primer Ministro del gobierno brasileño, Antonio Palocci, presentó su dimisión después de una intensa polémica sobre el incremento espectacular de su patrimonio, a pesar de que la Procuraduría General de la República acaba de archivar el pedido de investigación planteado por la oposición. 

Palocci deja el gabinete a los seis meses de entrar en funciones el gobierno de Dilma Rousseff. Ex trotskista convertido ferozmente al libre mercado, como lo definió recientemente el conocido periodista brasileño Clovis Rossi, había sido coordinador de la campaña que llevó a Lula a la presidencia y después fue su ministro de Hacienda, ganándose la confianza de los mercados financieros. En algún momento hasta se pensó que podría ser el hombre para suceder a Lula. Diputado en los últimos años de gobierno de Lula, también coordinó la campaña electoral de Dilma, lo que le posibilitó la vuelta al gobierno.

Pero el pasado 15 de mayo el diario Folha de Sao Paulo desató la crisis al publicar un reportaje en el que se afirmaba que en los últimos cuatro años había multiplicado por 20 su patrimonio, sembrando la sospecha de tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito. Sus explicaciones, en el sentido de que todo era fruto de las ganancias de una empresa de consultoría, antes de su reingreso en el gobierno, y que no usó información y contactos privilegiados, no calmaron los ánimos. La presidenta tardó 11 días en hacer una breve declaración en su defensa.

Cuando Palocci decidió enfrentar personalmente las explicaciones, dando una entrevista al principal telediario de la cadena Globo (el Jornal Nacional), resultó demasiado tarde. Negó haber practicado tráfico de influencias y dijo que las empresas a las que asesoró no tenían intereses en proyectos del gobierno, pero se negó a dar la lista de sus clientes.

Una de las últimas imágenes de Palocci en el gobierno fue acompañando a la presidenta en la visita oficial de Hugo Chávez, que lo abraza y le alienta con un “fuerza, fuerza”. Tras su dimisión, será más difícil que la oposición consiga seguir adelante con la Comisión de Investigación Parlamentaria. Al no ostentar ya cargo público, solo podría invitarlo a declarar y explicar el origen de su fortuna.

Entre los inmuebles adquiridos por Palocci en los últimos años (2006-2010, siendo diputado federal), está un apartamento en la zona más cotizada de Sao Paulo, valorado en más de seis millones de Reales (unos 2,6 millones de Euros). Solo en 2010, cuando comandaba el equipo de campaña de Dilma, su empresa de consultoría habría facturado 20 millones de Reales (unos 8,6 millones de Euros).

No era el primer escándalo de Palocci en la función pública. Ya tuvo que dimitir como ministro de Hacienda, ante acusaciones de tráfico de influencias. Al comienzo de su carrera política, siendo prefecto de Riberao Preto, una de las ciudades más importantes del estado de Sao Paulo, también tuvo que dimitir acusado de recibir dinero de una mafia de empresas que fraguaban licitaciones públicas de recogidas de basura. 

El ministro jefe de la Casa Civil es un cargo fundamental en el gobierno brasileño. La propia Dilma Rousseff ocupó estas funciones con el presidente Lula. La senadora Gleisi Hoffmann, del PT, será la nueva titular. Tiene 45 años, está casada con el Ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, y es especialista en gestión de organizaciones públicas y administración financiera. Todo indica que el perfil del cargo cambiará, de tener un fuerte contenido político (Palocci era el principal interlocutor del gobierno con los parlamentarios), pasará a tener más peso en la gestión, de acompañamiento de proyectos y procesos. 

Dimite el brazo derecho de Dilma Rousseff rodeado de sospechas de corrupción