jueves. 28.03.2024
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Obama parece haber dado el paso que hasta ahora no se atrevía a completar. Aunque se vaya de la Casa Blanca sin haberlo conseguido del todo, la reconciliación con Cuba podría ser el logro más espectacular de su presidencia

Obama ha adoptado el paso más valiente de su política exterior: cambiar la dinámica de las relaciones con Cuba, enterrar la lógica de la guerra fría e iniciar un proceso de convivencia y reconciliación.

El intercambio de prisioneros, la eliminación de Cuba de la lista de estados que patrocinan o apoyan el terrorismo y el levantamiento de todas las restricciones para viajar a la isla constituyen los primeros pasos de un proceso que será todavía largo.

La liberación del contratista norteamericano Alan Gross y de un agente de inteligencia norteamericano que llevaba muchos años preso propició la medida recíproca de Estados Unidos de ordenar la salida de prisión de los tres de los cinco "héroes" (como se les conocía en el lenguaje oficial cubano) que aún cumplían pena en cárceles de Florida.

La escenificación de este nuevo tiempo tendrá lugar el próximo mes de abril, con motivo de la cumbre de las Américas, que se celebrará en Panamá, y en la que podría producirse el primer cara a cara entre los líderes políticos de ambos países tras más de cincuenta años siglo de confrontación. Obama y Raúl Castro conversaron telefónicamente este martes, en un anticipo de ese encuentro, el más esperado en el mundo hispano. En la última cumbre, celebrada en Cartagena de Indias, los líderes continentales emplazaron a Obama para que diera el paso que finalmente se ha producido.

Fuentes de la Casa Blanca han confirmado lo que ya se sabía extraoficialmente desde hace semanas: la existencia de contactos entre las dos partes para avanzar en el deshielo. Se ha sabido también que el Papa Francisco ha jugado un papel importante en el acercamiento.

Obama ha reconocido que el embargo (bloqueo, para los cubanos) no ha funcionado. Desde el comienzo de su presidencia, había dejado entrever que era necesaria una nueva estrategia de relación con Cuba. En 2009 suavizó las restricciones en los viajes y remesas de los cubano-norteamericanos y en 2011 restableció el programa de contactos educativos que Bush había suspendido. Se ha negociado también sobre colaboración en vigilancia costera, control medioambiental de derrames petroleros o restauración del servicio postal. Pero hasta hace un año y medio no se empezaron a registrar avances políticos de consideración.

Como es sabido, el sistema de presión norteamericana sobre Cuba no se eliminará por completo sin la aprobación del legislativo. Y tal condición está muy lejos del horizonte. El control completo del Congreso por los republicanos a partir de enero obstaculizará este proceso de normalización entre los países. Uno de los aspirantes republicanos a la Casa Blanca, el senador por Florida Marco Rubio, de origen cubano, ha calificado de "inexplicable" la decisión presidencial de "recompensar al régimen de Castro", con el único propósito de "pulir su legado a expensas del pueblo cubano".

En todo caso, como pedían los sectores progresistas norteamericanos, Obama parece haber dado el paso que hasta ahora no se atrevía a completar. Aunque se vaya de la Casa Blanca sin haberlo conseguido del todo, la reconciliación con Cuba podría ser el logro más espectacular de su presidencia.

Cuba. El paso más valiente de Obama