viernes. 29.03.2024
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Enamorarse de la persona “no adecuada” puede llevar a un ser humano a la muerte, a la clandestinidad, a la marginación y a la discriminación

Son muchos los países en donde dos seres humanos no pueden emparejarse libremente sin ser duramente reprimidos. Recientemente tenemos noticias de jóvenes de diferentes países árabes, pero también europeas, que viajan a Siria para casarse con miembros del Estado Islámico.

Enamorarse de la persona “no adecuada” puede llevar a un ser humano a la muerte, a la clandestinidad, a la marginación y a la discriminación.

Realmente aunque se trata de “matrimonios por horas” son una forma hipócrita de denominar a la prostitución. Según dicta su religión, para tener relaciones sexuales se han de casar pero el matrimonio dura lo mismo que una relación sexual puntual. Luego se separan y a otra cosa. Al estar la prostitución prohibida por el Islam, los miembros del Estado Islámico emplean esta fórmula temporal para su desahogo.

En India, enamorarse de un miembro que no sea de tu casta desobedeciendo las órdenes familiares es una auténtica declaración de guerra. En el citado país asiático se guarda contundentemente la tradición a la hora de casar a un hijo o hija. Los matrimonios suelen ser pactados por las familias en función de una serie de requisitos como el de pertenecer ambos cónyuges a la misma casta y oponerse a ello podría suponer incluso la pena de muerte, si así lo deciden los consejos locales. Y eso que en teoría las castas están abolidas sobre el papel.

Por esa razón se han creado “Los comandos del amor”, grupos de voluntarios que ayudan desinteresadamente a parejas con este tipo de problemas. Estos comandos proporcionan a los “perseguidos” apoyo moral, legal e incluso refugio.

Estos grupos están formados básicamente por hombres maduros, la mayoría empresarios y periodistas los cuales apoyan  a aquellas parejas que deciden vivir libremente con la persona elegida. Muchos de ellos deben cambiar de ciudad ya que se arriesgan a sufrir ataques y agresiones de sus propios familiares.

Estas situaciones tan injustas ya han llegado al cine. La película “Los amantes rebeldes” narra como Karunesh se enamoró de la sobrina de un influyente político de Nueva Delhi. Como pertenecía a una casta superior a la suya se tuvieron que casar en la clandestinidad. Poco tiempo después la chica fue encerrada por sus padres y él recibió amenazas de muerte además de palizas cada vez que intentaba verla.

Quizás estos ejemplos puedan resultan exóticos y lejanos al lector, pero podemos quedarnos a orillas del Mediterráneo, en Israel. Un palestino no puede casarse con una israelí o viceversa, así se pronunció hace nueve años el Tribunal Supremo del citado país. Los jueces que votaron esta ley fueron unánimes excepto un voto del Juez presidente que dijo que se trataba de una violación de los derechos humanos.

En el caso en que una pareja mixta decida casarse sí o sí, no lo pueden hacer en Israel ya que no existe el matrimonio civil, sólo el religioso. Por lo tanto al ser un musulmán/a con un judío/a deben irse al extranjero y tras celebrar el enlace registrarlo en Israel. Una vez llevado a cabo este enlace comienzan los problemas: discriminación, agresiones, actos racistas. Y desgraciadamente estos actos van e irán en aumento ya que su Presidente Netanyahu exige cada vez con más fuerza que los palestinos reconozcan el carácter judío de Israel.

Sefi Rachlevssky, escritor y experto en teología judía declaraba al diario Haaretz, que los matrimonios entre judíos y no judíos “están prohibidos”, que generalmente no se da la nacionalidad “a nadie que no tenga una conexión de sangre o racial con la de la raza judía”, que en la capital de Israel “los judíos son ciudadanos mientras que los que no son de raza judía no lo son”.

Por esa razón las parejas mixtas “son la excepción” según un estudio de la Universidad de Haifa encabezados por el profesor Yuval Spielberg: “en los últimos años el veto a estas uniones se ha radicalizado, desde los templos y desde las familias. Hay palizas cruzadas, patrullas de vigilancia antinoviazgo, campañas pagadas por los ayuntamientos para concienciar de “los peligros de la contaminación y la mezcla”.

En Nazaret se ha creado la “unidad de padres” para patrullar la ciudad para que no se produzcan acercamientos entre árabes y judíos. Estos grupos también funcionan en la capital, Jerusalén.

El sistema apartheid, tristemente conocido en la Sudáfrica racista, se ha trasladado a la zona israelí- palestina. En un centro de barrio se les muestra a las muchachas un video: “Durmiendo con tu enemigo” en el que explican entre otras cosas que las parejas mixtas “no son algo natural a ojos de Dios” mientras que el Gobierno pide a los padres que vigilen estrechamente a sus hijos e hijas.

Otros en cambio crean páginas web como upsocl.com para unir personas que simplemente se quieren. Será verdad la frase de que hay amores que matan.

Amores prohibidos