sábado. 20.04.2024
Nuevo_gobierno_republicano
Miembros del gobierno provisional de la Segunda República

La proclamación de la República Catalana se convirtió en un problema inesperado para el recién creado Gobierno Provisional de la República. Aunque, en principio, las proclamas de Macià no eran tan radicales como a simple vista pudieran parecer, el Gobierno temía la reacción del ejército, siempre reacio a cualquier novedad en relación con la estructura territorial del Estado, pero también temían al político catalán. Preocupaba su carácter y trayectoria en el último decenio, tanto para los republicanos como para los socialistas españoles.

Estat Catalá había sido fundado en el CADCI por Francesc Macià el 18 de julio de 1922. Tenía su origen en la Federació Democràtica Nacionalista que el propio Macià había impulsado unos años antes. El objetivo principal de la nueva formación sería la proclamación de la República Catalana. Su órgano de expresión sería “Estat Català”, donde Macià, Domènech Soler, Lluís Marsans, Daniel Cardona, Manuel Pagès y otros comenzaron a divulgar las ideas independentistas republicanas. Macià estaba convencido de la necesidad de colaborar con otras fuerzas políticas republicanas, por lo que intentó la fusión con el Partit Republicà Català en febrero de 1923, pero los miembros más radicales de Estat lo impidieron porque consideraban “españolistas” a Marcelino Domingo y a Lluís Companys, los principales dirigentes del Partit Republicà.

Con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, Macià tiene que exiliarse y se dedica a impulsar la solidaridad internacional con la causa republicana. Estat se integra en el Comitè Revolucionari de París en 1925. Al poco tiempo, Macià y su secretario, Carner i Ribalta, marchan a Moscú (otoño de 1925) para exponer a los miembros del Komintern y a Zinoviev los detalles de la insurrección que llevaría la revolución a Cataluña y a España. El fracaso del Comitè y de las gestiones en la URSS determinará que Estat se embarque en la invasión fallida de Prats de Mollò en noviembre de 1926. Macià decide emprender un periplo divulgador del catalanismo por Sudamérica. Con Ventura i Gassol participa en una asamblea separatista en La Habana en octubre de 1928 y en la fundación del Partit Separatista Revolucionari de Catalunya.

Con el transcurso de la Dictadura, en el Estat se desarrolló una filosofía política más flexible, que facilitó los contactos con los republicanos y anarcosindicalistas. Fue un momento en el que Estat Català asimiló tanto ideas socialistas provenientes de la USC, como otras relacionadas con la propaganda por el hecho de signo anarquista. En este sentido, el grupo disidente “Bandera Negra” organizará el complot del Garraf en junio de 1925. Er un momento en el que lo que primaba era la destrucción de la Monarquía española, lo que explica estas relaciones y asimilaciones de forma momentánea, a pesar de ser, realmente, muy distintas entre sí y hasta contradictorias. Se pretendía la revolución, de signo separatista, contra el Estado central y que terminaría por estallar en la propia España. Como consecuencia de esta estrategia, Jaume Aiguader participaría en la firma del Pacto de San Sebastián en agosto de 1930.

En el Gobierno Provisional había dos ministros catalanes, Marcelino Domingo (Partido Republicano Radical Socialista), responsable de Instrucción Pública, y Lluís Nicolau d’Olwer (Acció Catalana Republicana) y responsable de Economía. Ambos se ofrecieron para mediar con Macià. El Gobierno decidió que les acompañara el socialista Fernando de los Ríos (ministro de Justicia), dado su carácter conciliador. El 17 de abril marcharon hacia Barcelona.

Por parte catalana asistieron a la reunión, además de Macià el consejero socialista Manuel Serra i Moret y el abogado Anguera de Sojo. Manuel Serra había pertenecido al PSOE, pero en 1923 dejó la formación y fue uno de los fundadores de la Unió Socialista de Catalunya.

La reunión fue intensa, como era de esperar. Al parecer, según el testimonio de Serra, el ministro Fernando de los Ríos propuso convertir el Gobierno de la República Catalana en la Generalitat de Catalunya. La institución era genuinamente catalana, nacida en la Edad Media. Los catalanes podían sentirse identificados con la misma y no entraba en colisión con el Gobierno de la República, institución que debía ser la única con dicha denominación. Macià terminó por acceder, seguramente consciente de que no contaba con todo el apoyo de los catalanes, habida cuenta de que, a pesar del evidente empuje electoral republicano, había un panorama político muy diverso. Pensemos, por ejemplo, en los resultados electorales municipales de Barcelona, y que hemos planteado en el artículo anterior.

En la nota de prensa se hizo hincapié en el espíritu de cordialidad, en el compromiso del Gobierno Provisional sobre el cumplimiento del Pacto de San Sebastián, y en la conveniencia de avanzar en la elaboración del Estatuto de Cataluña que, una vez aprobado por la Asamblea de Ayuntamientos catalanes, debía ser presentado a las Cortes Constituyentes. 

El Gobierno Provisional y la República Catalana