martes. 19.03.2024

gapoAlbergo dudas razonables sobre la hipótesis de que la mujer de la foto que ha difundido el general retirado inglés John Kiszely a través de Twitter sea Gerda Taro. Una foto que no es nueva, por cierto, sino que fue publicada en el libro "Sanidad de las Brigadas Internacionales", como ha recordado en las últimas horas la revista FV. Me baso en los siguientes puntos:

1.- La "apariencia de muerte": Un carro de combate T-26 pasó por encima del cuerpo de Gerda Taro en la tarde del 25 de julio de 1937. Las diez toneladas de peso del tanque aplastaron el frágil cuerpo de la fotógrafa, que había caído al suelo tras una maniobra del vehículo de mando en que cubría la batalla. En "Gerda Taro, fotógrafa de guerra" escribí:

"Durante el trayecto la transfunden sangre, pero el aspecto de la herida no invita al optimismo. Acentuando la épica del momento, Gustav Regler -que escribió sobre la muerte de Gerda sin haber estado presente- relata cómo sujetó sus tripas y las mantuvo en su vientre abierto hasta que llegó al hospital. Llega destrozada, pero aún con vida. Es intervenida quirúrgicamente sin anestesia por el eminente doctor Douglas Jolly, pero poco puede hacer por ella. Según María Teresa León, Gerda fuma un cigarrillo rabiosamente mientras es operada. Al desbordado personal médico sólo le queda dejarle morir, como ocurrió con Julian Bell. Se ocupan de ella las enfermeras Annemarie Brasch, húngara, y la norteamericana Irene Goldin que le administra morfina para evitarle sufrimiento:

El tanque le había abierto el estómago y tenía heridas abdominales muy graves: se le habían salido todos los intestinos. Recuerdo que Ted Allan estaba allí y me preguntó si podía verla. Pero yo no se lo permití porque me habían dicho que hiciera lo posible por que pasara buena noche, sin dolor. De haber sabido que iba a morir le habría dejado verla. Pero ella no preguntó por él. Lo único que dijo fue: ¿están bien mis cámaras? Son nuevas. ¿Están bien?" 

No parece que la persona que aparece en la foto tenga una herida abdominal gravísima, con los intestinos fuera, como relató Irene Goldin (Irene Spiegel) a Álex Kershaw en "Sangre y champán". 

La ausencia de sangre en la sábana y la posición de las manos es absolutamente reveladora. Médicos especialistas quizá puedan explicar el origen de la sangre que parece brotar de la boca, o la nariz, y la causa de la hemorragia. 

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Ciertamente, podría tratarse de una foto de los últimos instantes de la vida de esa mujer -fuera o no Gerda-. En el caso de la fotorreportera alemana, Irene Spiegel los evocó así en el libro de Kershaw:

Cuando murió se limitó a cerrar los ojos. Le había dado morfina, no teníamos penicilina ni antibióticos, y no sufrió. Recuerdo claramente que era muy guapa, podría haber sido una artista de cine, y no estaba asustada.

La mujer herida aparece inmóvil, tranquila, quizá inconsciente o bajo los efectos de algún sedante. No se ve si tiene los ojos cerrados o abiertos. Sin embargo, en el libro antes citado, el pie de foto señala como escenario la "sala de recepción" del hospital de El Escorial. Es cierto también que el porcentaje de mujeres atendidas en hospitales de campaña fue notablemente inferior al de hombres, lo que aumenta la probabilidad de que sea Taro.

Respecto al supuesto "parecido", depende de la capacidad de sugestión del observador. Puede parecerse, o no. Es relativo y subjetivo. A unos les parecerá que sí, y otros albergarán dudas. Quizá algún experto pueda hacer una comparativa técnica de nariz, manos, barbilla, boca...

 

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2.- La confusa data: En el reverso figura la fecha "junio de 1937". No ofrece lugar a la duda. Gerda Taro murió el 26 de julio a las seis de la madrugada. Si creemos en el rigor de la persona que dató, está claro que no es Gerda Taro. 

Si fue datada en días posteriores, la hipótesis menos probable es la del error. ¿La dató el autor mucho después, y no recordaba bien el mes?  ¿Se dató mucho tiempo después, por alguien ajeno al verdadero autor?

3.- Además, en el reverso figura "En Torrelodones". El accidente no se produjo en Torrelodones (fue en un lugar no exactamente concretado de los términos municipales de Brunete/Villanueva de la Cañada). Gerda fue evacuada de urgencia y atendida en el hospital número II de El Escorial, conocido como "hospital inglés", que se encontraba en el seminario San José de los Sagrados Corazones de El Escorial. En "Sanidad de las Brigadas Internacionales", Moisés Broggi recuerda a Johny Kiszely - médico checo que sirvió en las Brigadas Internacionales- como parte del personal médico destinado en Torrelodones en algún momento de la contienda.

Si estaba destinado en Torrelodones atendiendo heridos graves, si atendió a Taro, como parece haber testimoniado, lo hizo en un momento de extrema gravedad, de extrema inquietud. ¿Se desplazó después al "hospital inglés"?. No sabemos.

Pero la foto, desde luego, no transmite sensación de "operación de urgencia", sino más bien de preparación de un cadáver post-mortem. Y desde luego, no demuestra que "esa mujer" sea ella.

Se escribe en castellano "Frente Brunete Junio 37 Torrelodones", y en inglés "of Paris. Killed at Brunete). ¿Cuál es la nacionalidad de quien escribe en el reverso, que puede o no ser el autor de la foto? Si es español, habría escrito todo en español. Si es británico, habría escrito "june" en lugar de "junio". Hay además una errata en el nombre del diario. No es "Le Soire", sino Le Soir. ¿Quién puede cometer una errata así? Un fotógrafo o un periodista, improbable. ¿El doctor Kiszely, que era checo? Quizá.

Además, no se identifica como "Gerda" o "Gerta" (su nombre real), sino como "Ms. Frank Capa". ¿Por qué no aparece el nombre verdadero de una reportera conocísima en aquel momento en Madrid y en Europa? Ni siquiera se especifica que sea la esposa o la pareja de Capa ¿Quizá porque no se trata de Gerda? 

¿Ms? ¿Se refiere a "señora", a señorita"? ¿Por qué tampoco figura su apellido, y sí el de Capa? En todo caso, si quien lo escribió hiciese referencia a la esposa de Capa (que no lo era) el nombre de Capa era Robert, no Frank. Más dudas acerca de la única fuente disponible.

3.- La autoría: ¿Quién tomó la foto? ¿Un reportero profesional? ¿Un médico? ¿Una enfermera? No se menciona. Esta cuestyión es clave.

La calidad de la imagen, el encuadre, el gesto del médico, hacen pensar que es de un profesional (aunque parecería que el gesto del médico no es espontáneo, quizá es una escena preparada). No sería descartable una foto de propaganda de las Brigadas Internacionales. 

Sin embargo, nadie mencionó nunca que, en aquella agitada noche, en la que el personal médico atendía sin descanso a los numerosos heridos que llegaban, hubiese un fotógrafo en el "hospital inglés". Ni siquiera lo mencionó Ted Allan, amigo de Gerda, que resultó herido como ella y también fue atendido allí. Tampoco lo mencionó María Teresa León, ni Rafael Alberti, que recogieron el cuerpo sin vida de Gerda en el "hospital inglés" (no en Torrelodones) y lo trasladaron a Madrid.

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Si hubiera sido un profesional, es probable que se hubiera difundido a través de los medios. En el caso de un fotógrafo casual, quizá también, por la relevancia de Gerda Taro. En cambio, no fue así.

El formato difundido no es convencional, ni propia de Leica ni de Rolleiflex. ¿Se reencuadró después? ¿Dónde está el negativo original?

4.- Falta de información rigurosa: John Kiszely, la persona que ha difundido esta imagen, no ha afirmado en ningún momento que sea fuera Taro. Simplemente ha pretendido evocar la figura de su padre y compartir con el mundo una fotografía. Es poco creible que, si realmente es Taro, Kiszely no lo supiera. ¿Nunca le dijo su padre que atendió a "la pequeña rubia", a la pareja del archifamoso Robert Capa? Una experiencia así, ¿no se cuenta a un hijo? 

Solo a partir de una especulación viral en Twitter (a partir del comentario de @barne065 (War Talks at PCL sobre si tendría o no sentido que fuera Taro) se ha armado un revuelo que tiene más aspecto de "fake new" que de rigurosa hipótesis sobre la identidad de la mujer que aparece en la imagen. Da la sensación de que se confunde el deseo con la realidad. 

Como todo en la vida, todo es más complejo de lo que parece. Y como siempre en el periodismo, al menos dos fuentes para corroborar una información. Y aquí no hay, de momento, fuentes fiables que permitan una verificación al cien por cien de la identidad de esa mujer. Aunque es probable que se sepa.

Razones para creer que (probablemente) la mujer de la foto no es Gerda Taro