viernes. 29.03.2024
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Un referéndum suele ser controvertido, polémico, traicionero y en muy pocas ocasiones el ciudadano sale reconfortado, puesto que el poder legislativo y ejecutivo suele escabullirse de la responsabilidad de conciliar lo votado. Y en Reino Unido se están aficionando a esta práctica con Cameron en el poder, y es que en 2014 los escoceses votaron sobre su independencia de Reino Unido.

El Brexit, del que sabremos resultados hoy, solo asegura una cosa: La Unión Europea, sus valores y su funcionamiento tiene que ser revisada si quiere sobrevivir en el tiempo. Un referendo (tal y como se utiliza en Europa), gane o pierda la opción que más beneficie a las instituciones, evidencia que hay una desconexión entre la ciudadanía y el poder. Aquí otros ejemplos en la historia del Viejo Continente:

La URSS, a referéndum

“¿Considera necesaria la preservación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como una federación renovada de repúblicas soberanas iguales en la que serán garantizados plenamente los derechos y la libertad de un individuo de cualquier nacionalidad?”. Esa fue la pregunta que se lanzó a los ciudadanos de los Estados integrantes de la URSS el 17 de marzo de 1991.

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El resultado fue abrumador: Un 76,4% dijo que Sí, frente a un 21,7% que optó por el No. La participación fue del 80% de los ciudadanos, con muchos problemas en algunos Estados que llevó (pese a la victoria del Sí) a no ser incluidos en los datos finales. ¿El resultado? El 26 de diciembre del mismo año, la URSS quedaba disuelta. No se escuchó demasiado a los votantes, pese a que Gorbachov siempre mantuvo que en realidad buscaba esa reforma que finalmente acabó en disolución.

Islandia, 'no al rescate de los bancos'

Apenas queda ya en el recuerdo los dos referendos que Islandia hizo en relación a salvar económicamente Landbasnki, el banco más antiguo del país. Fue organizado por el presidente de Islandia, Ólafur Ragnar Grímsson, El 6 de marzo de 2010 la población respondió con un contundente 93% en contra de esta operación. El Parlamento islandés, sin embargo, decidió tras nuevas negociaciones pagar la deuda, hipotecando al país hasta 2046. El presidente se negó a hacerlo y volvió a convocar a los ciudadanos, que repitieron el monosílabo aunque esta vez con un apoyo del 60%, el 10 de abril del 2011. No sentó nada bien a Reino Unido y Holanda, con muchos compatriotas con cuentas en esa entidad bancaria. El caso aún está en los Tribunales, aunque sin embargo, el no rescate es mucho menos idílico de lo que parece.

El sangrante caso griego

Cuando el orgullo de Grecia parecía levantarse gracias a Tsipras, Varoufakis y Syriza tras la victoria en las elecciones generales de enero del 2015, la caída fue muy sonada y dura para la izquierda europea. El nuevo gobierno se negó a pagar un paquete de deuda al FMI, BCE y UE, pero quiso contar con el apoyo de la gente para que las negociaciones fuesen más duras.

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Oxi fue la palabra de moda a comienzos del verano pasado, hasta los resultados del 5 de julio. El resto de la historia, es conocida por todos. Syriza aprobó el pago que su pueblo rechazó.

El desarme del IRA, a referéndum

En mayo de 1998, los Acuerdos del Viernes Santo ponían fin a la violencia entre el IRA y las fuerzas armadas y civiles de Reino Unido y la parte protestante de Belfast, Irlanda del Norte. La intervención del gobierno laborista de Tony Blair fue imprescindible, así como la de un ahora popular Jeremy Corbyn. Estos acuerdos fueron refrendados tanto en Irlanda (un ajustado 56%) como en Irlanda del Norte (apabullante 71%), y el IRA provisional se desarmó, llevando al casi total fin de la violencia conocida como The Troubles.

España, poca historia de referendos

Para acabar, repasaremos las convocatorias a referéndum que ha tenido España a nivel nacional desde la muerte de Franco.

El 6 de diciembre de 1978, un 88% dijo Sí a la actual Constitución, un punto clave en la Transición Española. Ocho años después, tal vez uno de los referendos más polémicos desde la reinstauración de la democracia, fue el de la OTAN en 1986. El gobierno de Felipe González apoyó mantener a España en la institución, pese a haber defendido el No durante su oposición. El resultado fue que el pueblo eligió por un 52% mantener el acuerdo que ya estaba vigente.

Y por último, hay que remontarse hasta el 20 de febrero de 2005 para encontrar la última vez que se pidió al pueblo español la opinión de manera no vinculante. Fue con la Constitución Europea, en un intento de unificar a todos los países bajo un mismo paraguas de derechos y libertades. España dijo claramente Sí, con un 76% de los votos. 

Históricos referéndum en Europa