viernes. 19.04.2024
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El crecimiento mundial de salarios se estanca por debajo de las tasas anteriores a la crisis

La nueva edición del Informe mundial sobre salarios de la OIT advierte sobre el estancamiento de los salarios en muchos países e identifica el mercado laboral como un factor que impulsa las desigualdades.

El crecimiento mundial de los salarios se redujo a 2 por ciento en 2013, comparado con 2,2 por ciento en 2012, y aún no se ha restablecido a los niveles anteriores a la crisis de alrededor de 3 por ciento. En el grupo de economías desarrolladas, el salario real se mostró estático en 2012 y 2013, y creció en un 0,1 por ciento y en un 0,2 por ciento, respectivamente. En algunos casos –como los de España, Grecia, Irlanda, Italia, Japón y Reino Unido–, el nivel del salario medio real en 2013 fue inferior al de 2007, señala el Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015 de la OIT.

“Esto ha incidido en el rendimiento económico general, ocasionando una depresión de la demanda de los hogares en la mayoría de estas economías y aumentando el riesgo de una deflación en la Eurozona”

En los últimos dos años, el crecimiento de los salarios se redujo hasta llegar casi a cero en las economías desarrolladas en su conjunto, con verdaderas disminuciones en determinados países”, declaró Sandra Polaski, Directora General Adjunta para Políticas de la OIT. “Esto ha incidido en el rendimiento económico general, ocasionando una depresión de la demanda de los hogares en la mayoría de estas economías y aumentando el riesgo de una deflación en la Eurozona”, ha agregado.

El crecimiento de la productividad supera el crecimiento de los salarios

La productividad laboral –el valor de bienes y servicios producidos por cada trabajador– sigue siendo superior al crecimiento de los salarios en los países desarrollados, incluso en los últimos años. Esto sigue una tendencia prolongada que se observa desde hace más de dos décadas y que se detuvo ligeramente durante los dos primeros años de la crisis financiera, 2008 y 2009.

El creciente desajuste entre salarios y productividad se ha traducido en que una proporción cada vez menor del PIB es destinada al trabajo, mientras que una proporción cada vez mayor va al capital, sobre todo en las economías desarrolladas.

Esta tendencia significa que los trabajadores y sus hogares están obteniendo una parte más pequeña  del crecimiento económico, mientras que los propietarios del capital reciben mayores beneficios.

Las raíces de las crecientes desigualdades

Esta tendencia significa que los trabajadores y sus hogares están obteniendo una parte más pequeña  del crecimiento económico, mientras que los propietarios del capital reciben mayores beneficios

El informe incluye un análisis detallado de las recientes tendencias en la desigualdad de ingresos de los hogares y del papel que desempeñan los salarios en estas tendencias.

A diferencia de España, que es el país donde más aumentó la desigualdad, algunos de los países más afectados por la crisis han visto una reducción de la desigualdad, como resultado de un "efecto de aplanamiento" general de la crisis, lo que significa que los ingresos han caído más en las rentas más alta que en los hogares de menores ingresos. En este sentido, la desigualdad disminuyó en Rumanía y Portugal y se mantuvo casi sin cambios en Grecia. Algunos países, como Dinamarca, los Países Bajos y Noruega, han sido capaces de combinar un crecimiento de los ingreso de los hogares con una reducción de las desigualdades en este período.

En las economías desarrolladas, los salarios representan por lo general entre 70 y 80 por ciento del ingreso de los hogares donde hay al menos una persona en edad de trabajar. “En muchos países, la desigualdad comienza en el mercado laboral, y en particular en la distribución de los salarios y el empleo”, explicó Rosalia Vazquez-Alvarez, especialista en econometría y en salarios de la OIT y una de las autoras del informe. La reciente evolución de la desigualdad ha sido mixta, pero en la mayoría de los países donde han aumentado las desigualdades, como España, los cambios en los salarios y el empleo han sido el factor dominante.

España y Estados Unidos son los dos país donde más aumentó la desigualdad si esta se mide comparando hogares en el decil superior con hogares en el decil inferior, las variaciones de la distribución salarial y las pérdidas de empleos determinaron el 90 por ciento del incremento de la desigualdad en España. Por el contrario, donde la desigualdad ha disminuido, como en BrasilArgentina y la Federación Rusa, mayores salarios y oportunidades de empleo han impulsado la reducción de la desigualdad.

El informe muestra que las mujeres, los migrantes y los trabajadores de la economía informal están afectados por las diferencias salariales adversas que no pueden explicarse a través de características individuales observables, como la educación o la experiencia, que normalmente podrían explicar las diferencias salariales entre los individuos. Estos desajustes salariales entre grupos diferentes de trabajadores también contribuyen a la desigualdad en general.

“En muchos países, la desigualdad comienza en el mercado laboral, y en particular en la distribución de los salarios y el empleo”

El desafío político

La desigualdad puede resolverse mediante políticas que influyan directamente o indirectamente en la distribución salarial, y mediante políticas fiscales que redistribuyan los ingresos a través de la  tributación y las transferencias, políticas que a su vez no son necesariamente posibles ni deseables. “El estancamiento de los salarios debe ser abordado como una cuestión de justicia y de crecimiento económico”, ha señaldo Sandra Polaski. “Y como la desigualdad general es sobre todo una consecuencia de la desigualdad de salarios, es necesario adoptar políticas del mercado laboral para enfrentarla.”

“Si bien los mecanismos de redistribución fiscal, como los impuestos y las medidas de protección social, son parte de la solución”, agregó, “no pueden soportar toda la carga de subsanar la desigualdad. Una estrategia exhaustiva debería incluir políticas sobre salario mínimo, fortalecimiento de la negociación colectiva, eliminación de la discriminación contra los grupos vulnerables, así como políticas impositivas progresivas y sistemas de protección social adecuados.”

El director de la oficina de la OIT para España, Joaquín Nieto, ha observado que con estos datos para favorecer la reactivación económica y la reducción de la desigualdad, “la pregunta a hacerse no es si los salarios deben mejorar o no, sino cuánto se puede permitir la economía española mejorarlos. Y para responder a esta pregunta, es tanto como permita la mejora de la productividad”.

“También es necesario ofrecer un mayor apoyo a las empresas de la economía real, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, para permitirles crecer y generar empleos. Muchos países pueden hacer mayores esfuerzos para hacer más accesible el crédito y agilizar la creación de empresas”, ha afirmado Polaski.

"Es necesario adoptar políticas en el mercado laboral para enfrentar la desigualdad"