viernes. 29.03.2024
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Los dirigentes de Podemos en la noche electoral del 26J.

¿En qué fallaron los sondeos en las elecciones del 26J? ¿Para qué sirven las encuestas? ¿Hay que ‘reinventar’ las formas de medición de la opinión? Son algunas de las preguntas a las que los principales expertos demoscópicos del país respondieron en un debate celebrado este martes en la sede de la Fundación Alternativas.

Bajo el título ‘Aprendiendo del 26J: utilidad y límites de las encuestas preelectorales’, el coloquio, moderado por el periodista de El País Fernando Garea, supuso en líneas generales un moderado ejercicio de autocrítica pero también un intento por parte de las principales empresas demoscópicas de sacudirse el lastre del fracaso en las últimas elecciones generales que, entre cosas, predijo el ‘sorpasso’ de Podemos al PSOE.

Belén Barreiro, Directora de MyWord; José Miguel de Elías, Director de Investigación y Análisis de Sigma Dos; Narciso Michavila, Presidente de GAD3; José Juan Toharia, Presidente de Metroscopia, se esforzaron por explicar a los presentes (entre los que se contaba un nutrido número de periodistas) que su fracaso no fue tal y como les están achacando con dureza desde distintos frentes, coincidiendo en señalar que la principal causa de su error es la volatilidad del voto y del votante de Podemos que el 26J se presentó a las elecciones en alianza con Izquierda Unida.

barreiros200Belén Barreiro, de MyWord, empresa encargada del ObSERvatorio que publica la Cadena SER, destacó en este sentido que “el error gordo del 26J fue Podemos”, ya que los votantes de la formación morada “exageran sus ganas de participar” y “nos dicen que van a votar más a Podemos de lo que lo hacen finalmente”, una actitud que achaca principalmente al alto porcentaje de voto joven que simpatiza con el partido de Pablo Iglesias, pero también a que las empresas demoscópicas como la suya no supieron hacer una lectura adecuada en la fase que comúnmente se conoce como ‘cocina’.  A eso hay que añadir, en su opinión, que el votante de Podemos no es siempre el mismo sino que “va cambiando” y dado que, es una formación nueva, emergente, los sociólogos no cuentan con históricos con los que puedan hacer comparaciones. La clave, coincidió con sus compañeros de coloquio, no es lo que la gente te dice que va a votar, sino si finalmente acude ese domingo a las urnas. En este sentido hay que recordar que tanto José Juan Toharia como Narciso Michavila ya destacaron el día después de los comicios que el millón de votos que se dejó por el camino Unidos Podemos fue a parar a la abstención. Asimismo, esta experta también quiso destacar que el error no fue tan grande como les achacan y que haciendo una comparativa los sondeos preelectorales del 26J fallaron menos que en otras citas con las urnas como las elecciones europeas o las autonómicas y locales de 2015. Sobre la utilidad de los sondeos, Barreiro defendió que las encuestas sirven para transmitir estados de ánimo de la opinión pública y “ayudan a mejorar estrategias electorales”.

Elías200José Miguel de Elías, de Sigma Dos, hizo hincapié en que el fallo hay que buscarlo en el trabajo posterior de estimación de voto. Mientras las encuestas acertaron con PP, PSOE y Ciudadanos, con Unidos Podemos fallaron estrepitosamente ya que “la tendencia no estaba lo suficientemente ajustada”. Un fenómeno similar ocurrió –puso como ejemplo- en las autonómicas en Valencia, con el Bloque. Para este experto “el porcentaje de gente que miente en los sondeos es mínimo” aunque también es cierto que en el caso del PP “es habitual” que su intención de voto esté infradimensionada sobre todo en el País Vasco, donde este próximo domingo se celebran elecciones. “No podemos trabajar con la fuerza de una estadística”, dice, por lo que “la ‘cocina’ intenta ajustar”. Elías defendió la utilidad de los sondeos como una herramienta que sirve para “intentar comprender cómo es una sociedad”, aunque también sucede –precisó- que a veces, cuando se da ganador a un partido político puede llegar incluso a perjudicarle. Así ocurrió en el debate electoral que protagonizaron en 1993 José María Aznar y Felipe González, donde se dio como ganador al primero e hizo que se movilizara el voto socialista. También criticó la arenga que muchos políticos usan en campaña al afirmar que “vamos a ganar a las encuestas”, una “falacia”, dice, que distorsiona la realidad, en comparativa con otra frase también manida, cuando los dirigentes políticos dicen que no creen en las encuestas y que hay que explicar como una simple técnica de marketing político.

michavila200Narciso Michavila, de GAD3, también reconoció la “sorpresa” que supuso el resultado del 26J con respecto a lo que auguraron las encuestas. En su opinión, dos fueron los factores que determinaron esta contradicción. El primero que era la primera vez que se votaba por segunda vez; y el segundo, la novedad de la coalición formada por IU y Podemos. Al que se conoce como nuevo gurú de las encuestas del PP auguró incluso futuros fracasos: “Cada vez vamos a fallar más”, dijo, debido a que “la realidad es cada vez más compleja”, y la ‘muestra’ de un sondeo es “la única materia prima” con la que cuenta un experto demoscópico: “no hay nada que pueda sustituirlo”, insistió. A su juicio, las encuestas influyen “más de lo que se creen los políticos y los periodistas”, pero “no es tanto en el voto sino en las expectativas”. Como anécdota destacó que los partidos políticos encargan más sondeos cuando están más arriba en los mismos.

toharia200José Juan Toharia, de Metroscopia, fue el más directo al sacudirse la culpa del fracaso de los sondeos: “No tenemos la culpa, nuestro objetivo no es predecir, lo más que podemos hacer es describir estados de ánimo. No nos hemos equivocado, acertar siempre es un mito”, afirmó taxativo. Según explicó, la ‘cocina’ es un intento de pulir la información, son estimaciones, “un riesgo que asumimos”, afirmó, para volver a insistir en que “hemos asumido una culpa que no nos corresponde” y que “no es verdad que los sondeos fallen”, ya que “te piden una cosa que no podemos cumplir”. Toharia coincidió con el resto de sus colegas en que “lo que te dice la gente en las encuestas puede cambiar”, que el voto es más volátil, y que “la variable clave es la edad”. Defendió la utilidad de los sondeos porque “contribuyen a la ruptura cívica de un país” y criticó que los políticos les etiqueten como los “gurús”, los “magos” en sus estrategias electorales. Por último, calificó de “absurdo” que se prohíban los sondeos preelectorales los cinco días antes de la cita con las urnas.

En un momento donde se afianza la sensación de que se podrían repetir de nuevo las elecciones, los expertos coinciden en señalar que la abstención puede aumentar quizá debido a la propia frustración del elector ante el continuo bloqueo político que vive España desde las elecciones del 20 de diciembre de 2015.

Expertos demoscópicos achacan el fracaso de los sondeos del 26J a la "volatilidad" del...