jueves. 28.03.2024
ENTREVISTA A MÒNICA OLTRA

"El cambio político empezará por el País Valenciano"

La diputada de Compromís Mónica Oltra se ha convertido en una pesadilla para el PP de los Camps, Barberá o Cotino con su incesante denuncia de las irregularidades y el despilfarro que han convertido la Comunidad Valenciana en el paradigma de la corrupción política en España. Por Orencio Osuna | Fotos: Prudencio Morales.

Monica Oltra junto a Orencio Osuna en la sede de Nuevatribuna.es.

A mi no me gusta como ciudadana lo que veo en los políticos

La diputada de Compromís, Mónica Oltra se ha convertido en una pesadilla para el PP de los Camps, Barberá o Cotino con su incesante denuncia de las irregularidades y el despilfarro que han convertido la Comunidad Valenciana en el paradigma de la corrupción política en España. Con un lenguaje popular y desinhibido -lejos de los modos políticamente correctos que caracteriza a los políticos profesionales- Mónica Oltra ha logrado atraer la cólera de la derecha valenciana pero, a su vez, la han convertido en la política mejor valorada en su comunidad. En la entrevista se muestra convencida de que la izquierda está en condiciones de construir una nueva mayoría y que Compromís será parte fundamental en esa alternativa a la derecha. 


Orencio Osuna | En un libro que ha escrito recientemente sobre ti Ferrán Torrent -“Caminarás entre Elefantes”- destaca que una de las claves que explican las brillantes  expectativas electorales de  Comprimís en el País Valenciano y de que tú aparezcas como la política mejor  valorada, es que empleas un lenguaje mas libre, no tan encorsetado, no tan previsible y timorato, mucho más espontáneo que el de los políticos profesionales. Me da la sensación que  tu protagonismo político no está basado sólo en que hayas sido capaz de centrar la atención  mediática con tus espectaculares enfrentamientos con tipos como Camps, Barberá o Cotino y demás patulea, sino que voluntariamente has con el lenguaje  político alienado que ha caracterizado a la casta política. ¿Cómo has logrado romper con ciertos chalaneos y enfrentarte a una derecha tan corrupta como el PP valenciano con un discurso político popular y que, a su vez, no incurra en la superficialidad de una política de gestos?.

Mónica Oltra | Sí, mucha gente me ha preguntado qué estratega hay detrás o qué gurú de la comunicación nos asesora. Al final alguna gente probablemente se sentiría decepcionada al pensar que esto no tiene nada que ver con un deliberada estrategia de imagen, simplemente es que a mi no me gusta como ciudadana lo que veo en los políticos. Porque cuando tú oyes hablar a alguien y no entiendes lo que dice y tienes mínimamente unas entendederas para  decir ‘mira, yo tendría que estar entendiendo esto y no lo estoy entendiendo’, cuando un político no quiere hacerse entender, es que tiene algo que ocultar o no sabe hacerse entender, en cualquiera de los dos casos no sirve como político. Siempre he pensado que uno tiene que decir lo que piensa y lo que siente desde su prisma ideológico, político, etc. Pero tienes que hacerte entender. Esta manera de hablar de los políticos está absolutamente encorsetada, tiene unas muletillas a la hora de hablar, unos tics, unos gestos estudiados que al final los ciudadanos dicen ‘es que esto es como una obra de teatro’… Yo he roto con eso, pero he roto como ciudadana, no como cargo público. Yo me planteé: me quiero hacer entender, como me hecho entender siempre, como ser humano, como ciudadana, esto es lo que pienso, esto es lo que siento, esto es lo que desde mi óptica ideológica y política hay que hacer. Y esto es lo que hay que explicárle a la gente, que lo entienda, hay que compartir un discurso, no se puede ser una casta, por eso he roto con la casta porque me da repelús…

Orencio Osuna | El País Valenciano pasó de ser uno de los bastiones de las tradiciones   de la  izquierda española, federalista, laica, sindicalista, con  Valencia que  fue la capital de la república…

Mónica Oltra | La última capital…

Orencio Osuna | …Con intelectuales que han sido  señeros en  de esa  tradición de cultura crítica, republicana, laica, como Blasco Ibáñez,  Miguel Hernández o Max Aub… Pero a  partir del año 95 se produce un vuelco electoral que ha tenido una trascendencia enorme porque  anticipó la victoria de 1996 de Aznar y el PP en toda España. Una izquierda timorata y dividida fue sustituida por una derecha cutre, bárbara y corrupta. Pero ahora muchos datos parecen indicar que en la Comunidad Valenciana se está gestando una nueva mayoría social y electoral en la que la izquierda transformadora gana credibilidad y liderazgo.

Mónica Oltra | Así es. Creo que el cambio político va a empezar por el País Valenciano. El PP hizo una cosa muy bien, aparte de todas las ilegalidades que presuntamente ha hecho, para ganar las elecciones, con financiación que no está del todo clara, que ahora están los tribunales investigando, la manipulación de los medios de comunicación, el clientelismo, el comprar a gente, todo esto, está claro que lo hicieron y que obviamente le sitúan en una ventaja. Creo que hay una parte que ellos hicieron muy bien, que es la parte comunicativa y saber crear un marco cognitivo con el cual lo normal era votar al PP, lo valenciano era votar al PP, el que no votara al PP era una anormalidad. Ese marco lo han ido creando a través de políticas comunicativas muy potentes, muy estudiadas y muy reflexionadas y con el silencio de la izquierda que no ha sabido contrarrestar esos marcos cognitivos. En este momento, por ejemplo, con 31 parados menos en agosto  desde Moncloa tiran cohetes y se está generando un marco cognitivo por el cual cuando gobierna el PP la economía va bien, aunque sea con la ridiculez esta de 31 parados menos, o falseando las cifras y no poniéndolas en relación con las cotizaciones a la Seguridad Social. Si baja el paro registrado pero no suben las cotizaciones probablemente es que la gente se está yendo del país, se está borrando de las listas de empleo porque ya no confían en que el INEM les busque un empleo. Eso no es que la economía se esté recuperando, eso es que mucha gente está tirando la toalla. Obviamente convertir esto en un éxito económico sin que haya una potente información de la izquierda social y política que diga, ‘oiga, no, es que esto no es así’. Eso mismo, que en este momento no se está contrarrestando por parte de la izquierda política y social, ese discurso, que a la gente le está creando en su cabeza la idea de que la economía se está recuperando aunque sea mentira, aunque sus hijos sigan en el paro, ¿verdad?. Eso es exactamente lo que pasa en Valencia, y no había nadie que dijera que eso no era sí y la gente se lo creyó y la gente dijo ‘qué bien vivimos aquí, que lo dice la TV que tienen barcos de lujo, que bien vivimos en Valencia, que la gente famosa viene a vernos’,  porque se hizo una regata de barcos y venían gentes muy importantes. Me acuerdo en 2011, yo les decía, ‘no, miren la vida de los demás, miren su propia vida y decidan’. Esto lo han hecho muy bien. Y luego han trabajado muy bien estar en todas las asociaciones, en meterse en todas las asociaciones de vecinos. Donde había un problema, ahí había alguien del PP, intentando arrimar el ascua a su sardina, pero ahí estaban, se lo trabajaron mejor que la izquierda. Al final, también uno no puede estar echándole la culpa a los demás, ¿no? Tiene que ver, ‘oiga, yo ¿qué responsabilidad tengo en estas victorias de la derecha?’, cuando, como tú dices, veníamos de una tradición aperturista, progresista de izquierdas, de ser la capital de la república hemos pasado a ser la capital de Camps y Rita Barberá, ¡fíjate si hay diferencia! Pero también es verdad que a medida que avanzan los procesos judiciales y se desenmascara lo que hay detrás de todo esto que, al final es jugar al parchís haciendo trampas porque en vez de contarme 20 me cuento 40, pues seguro que gano la partida. Pues esto es lo que ahora se está evidenciando con todo el tema de la corrupción, que los tribunales están destapando y se está viendo que en lugar de contarse 20 se contaban 40.

Orencio Osuna | Pero esta ‘machada’, de grandes eventos…

Mónica Oltra | Pan para hoy y hambre para mañana...

Orencio Osuna |…Ha tenido un duro despertar y eso que la derecha valenciana parece que tenía su gran reto en su monserga favorita de "poner Valencia en el mapa", pero la han puesto en un mapa que es el ‘Crematorio’ de la novela de Rafael Chirbes, o el sainete de   "Huevos de oro" la película de Bigas Luna… Efectivamente, el PP ha  logrado al final poner al País Valenciano en el mapa, pero en un mapa que es el paradigma de la corrupción tipo, digamos, italiana, ,incluido en negocio de las basuras al estilo camorra napolitana. Eso crea un reto a la izquierda,  esta fachada de política espectáculo va a ser  como una gran falla que se quema y no deja más que cenizas, destrucción y ruina. Valencia es la comunidad más endeudada de España, muchos equipamientos costosísimos son insostenibles. Pero el reto de la izquierda será si es capaz de presentar una alternativa. ¿Qué vais a hacer con el ‘circulito’ de la Fórmula 1, el aeropuerto de Castellón, la ciudad del cine de Alicante, la Ciudad de las Artes y todo lo demás? ¿Cómo recuperarse de la destrucción de esa devastación?

Un buen día llegó el PP, llegó la derecha y la oligarquía y nos dijo ‘os vamos a poner en el mapa’ y nos han puesto en el mapa de la vergüenza

Mónica Oltra | Nosotros llevamos tiempo en ese reto, porque el reto es construir el sí, porque el no a todo lo que ha hecho el PP, ese es muy fácil, no queremos corrupción, no queremos desvío de dinero público a intereses privados, no queremos grandes fastos en detrimento del bienestar cotidiano,  Yo ahora estoy elaborando una propuesta al parlamento, por ejemplo, para que el aeropuerto de Castellón para que para  el aeropuerto de Castellón, que obviamente no es viable económicamente, se estudien otros usos, si fuese posible como ha pasado con el aeropuerto el antiguo aeropuerto de Berlín que está siendo reciclado como  recinto destinado  a la vida cultural y al arte . Al final lo que hay que construir es una alternativa, basada en   gestionar lo pequeño -propone el libro de Ersnt Schumacher, lo pequeño es hermoso -porque los valencianos lo sabemos hacer desde hace mucho. A diferencia, por ejemplo de Andalucía, nuestro sector primario, la agricultura, está basado en el minifundio, en el pequeño propietario que tiene pequeña tierra que la trabaja y la sabe trabajar bien y además le saca buen rendimiento porque nuestra tierra es muy fértil, con pequeños propietarios, muy distribuida. En el sector industrial no hemos tenido grandes industrias, en Valencia hay una gran industria que es la Ford, es la factoría, no las factorías, el resto siempre ha sido pequeña y mediana industria, del textil, del juguete, de la zapatería de la industria tradicional. Eso que sabíamos hacer muy bien hasta que un buen día alguien llegó y dijo ‘todo esto no vale para nada porque os voy a poner en el mapa y aquí voy a basarlo todo en lo grande’, grandes infraestructuras, grandes eventos, grandes competiciones deportivas que luego han quedado en la mitad porque con los juegos europeos que nos iba a traer el Duque de Palma se pagó su palacete. Bien, pues yo siempre lo que digo es que los valencianos tenemos que hacer un ejercicio de reinventar, tenemos que recordar lo que sabemos hacer, que era gestionar eso pequeño, gestionar la agricultura a nivel pequeño y ahora además la podemos gestionar en un nuevo nicho, que es la agricultura ecológica, sin pesticidas, que hay muchísima gente en Valencia que está compitiendo en un sector como ese. Con la pequeña y mediana industria, profundizando en estos nichos que hemos sabido hacer siempre muy bien; en  el turismo, pero no el turismo de masas, depredador de la costa, que te pasan como termitas, sino un turismo de calidad. Nuestra tierra es hermosa, pero desde la costa hasta el interior. Todo esto, a pequeña escala, es lo que nos puede dar la felicidad, porque es lo que nos puede dar una economía a escala humana que nos permita, no hacernos ricos, pero sí vivir todos los días con dignidad, que al final es a lo que se aspira. Creo que la mayoría de la gente no aspira a hacerse rica sino a vivir con dignidad todos los días, a pagar facturas y a poner tres platos de comida encima de la mesa, y eso ahora no se hace porque un buen día llegó el PP, llegó la derecha y la oligarquía y nos dijo ‘os vamos a poner en el mapa’ y nos han puesto en el mapa de la vergüenza, y nosotros ya estábamos en el mapa porque hay cosas que sabemos hacer muy bien entre otras cosas gestionar lo pequeño.

Orencio Osuna | Lo pequeño es importante, sin duda, ya que es donde se van a construir alternativas concretas a esta crisis. Pero las políticas ultracapitalistas  triunfantes y campantes ha puesto en crisis el modelo de civilización en la que estamos concernidos muchos ciudadanos  de España y Europa. Sabemos que el escenario en el que se van a tener que dilucidar muchas de las cosas que nos afectan es la Unión Europea y las políticas globales. ¿Cómo estáis trabajando para construir una alternativa a la derecha en el País Valenciano, un nuevo modelo de desarrollo, de bienestar, de recuperación de los servicios públicos tan degradados que va a dejar la derecha ? ¿Cuál es la aportación de la izquierda valenciana, de Compromís, para resolver los problemas que tenemos en el conjunto de España que, al fin y al cabo son los mismos como el paro, el crecimiento de la desigualdad y la pobreza o una  degradación acelerada de los derechos sociales y políticos?.  ¿Cómo combinar lo pequeño con lo grande, por tanto?

Mónica Oltra | Al final es una suma de pequeños, lo importante es la gestión de lo pequeño, cada vez estoy más convencida de eso. Lo que cambia es la escala, lo que necesitamos son plataformas a escala continental, no hay otra. Porque, efectivamente, las decisiones sobre lo pequeño, sobre lo grande, sobre lo mediano se toman en otros ámbitos, que ya no son la comunidad autónoma ni siquiera el Estado español, se están tomando en la UE, y desde luego no se toman en las instituciones sino en despachos privados y de gente que tiene mucho poder y que están fuera de la UE, probablemente estén más en Manhattan o la City que en la UE. Con lo cual necesitamos, efectivamente, gente que quiera un modelo alternativo y que se subleve contra el  actual estado de cosas injustas, a escala continental. Que nos permita juntar todo lo pequeño en una gran voz, en una gran plataforma europea porque las decisiones se toman ya en otros niveles, ni siquiera se toman ya en el Congreso de los Diputados. Es verdad que el Congreso, si quisiera, tendría mucho margen para decir ‘hasta aquí hemos llegado’, pero también es cierto que, en este momento, las decisiones que nos afectan, no se toman en el ámbito del Estado. Lo que estamos construyendo  nosotros son redes, hacer nudos de todas esas realidades pequeñas que pueda haber, o más grandes y que nos una en una sola red de sostén de todas nuestras ideas y a la vez que atrapen y desenmascaren y saquen a flote toda la injusticia que hay. Nosotros estamos tejiendo una gran red con otra gente que piensa como nosotros y son afines a nuestra visión.

Orencio Osuna | Vivimos en un tiempo histórico en el que ha entrado en crisis no sólo el consenso social, sino también los consensos políticos. Los estados nación, los gobiernos, no solamente el español, van perdiendo  soberanía, y los poderes, en cambio, son globales, pero la crisis concreta en España, con un modelo dependiente del turismo, de la construcción, de la especulación inmobiliaria, de una mano de obra barata, ha entrado en crisis…

Mònica Oltra | Pero es un modelo que se eligió…

Orencio Osuna | Sí, sí, lo eligieron las clases dominantes con la inestimable ayuda de las élites políticas y de gestores sin otro objetivo que un lucro desenfrenado. Pero además de económica la crisis  es de tipo político. Las democracias han perdido los grandes principios políticos que arrancan de la revolución francesa. Las instituciones representativas no sabe nadie quién las maneja exactamente, no se cumplen los compromisos electorales, los intereses privados prevalecen, en fin, toda esta serie de fenómenos que cuestionan la propia democracia representativa. Pero es que en España, encima, la legitimidad de la Constitución que sale de la Transición ha caído en barrena. Muchos ciudadanos-quizás una mayoría- ponen en cuestión desde la monarquía, al Tribunal Constitucional pasando por la propia unidad del estado español. Esto es una crisis política y constitucional gravísima. Compromís, aunque su ámbito esté centrada en  la Comunidad Valenciana, también deberá involucrarse en fabricar propuestas de estrategia política de cambio para todo el estado español. ¿Crees, como propone Beirás, por ejemplo, que se necesita un nuevo periodo constituyente, un nuevo ciclo político que rearme la democracia española?

Fuimos uno de los primeros que propusimos un nuevo proceso constituyente

Mónica Oltra | Nosotros fuimos uno de los primeros en el Parlamento valenciano y creo que fuimos uno de los primeros de los parlamentos autonómicos que discutimos de esto -por no decir el primero-, que propusimos un nuevo proceso constituyente y que, de hecho, el PP y el PSOE votaron en contra. Nosotros dijimos que hace falta un nuevo proceso constituyente, que se vuelva a poner a cero el reloj y debatamos cómo queremos constituirnos. Incluso ahí entra todo el tema del debate catalán, si nos queremos constituir en nación en determinadas partes del Estado español, esto, cada uno tiene derecho a poder por lo menos debatirlo, teniendo en cuanta además que 3 de cada 4 españoles no han votado la Constitución por una cuestión generacional y que en estos momentos la Constitución se rompe por las costuras y ya se cuestiona la forma de Estado, la monarquía, que desde el punto de vista de pureza democrática es más que cuestionable, que haya una institución del Estado que va en función del derecho de nacimiento y no en función del derecho a la gente a decidir y a depositar su voto y este quiero que sea el Jefe del Estado y no porque haya nacido en una determinada familia. Desde eso hasta qué prioridades hay en la Constitución en cuanto a derechos, porque tiene que ser un derecho económico a ganarse la vida, un derecho que al final es papel mojado, porque la gente no entiende que un derecho que está en la Constitución, que es el derecho a trabajar, al final sea un derecho que no se cumple, entonces ¿para qué está en la Constitución? Cuando alguien tiene derecho a algo, o eso se cumple, o se pierde la credibilidad del sistema. Al final, la falta de legitimación que tiene el sistema, sobre todo se basa en que la gente no lo cree, ‘aquí pone que tengo derecho a una vivienda’ y los bancos están tirando a la gente a la calle sin más oposición de los poderes públicos, con la oposición de los poderes sociales, de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), de la gente que se ha movilizado. Pero los poderes públicos no le han puesto freno a los bancos, a sus abusos, a haber estafado a la gente, haberle dicho ‘sácate este crédito que lo vas a poder pagar’ y luego, a los cincos años, le han echado a la calle. ¿Dónde está el derecho que dice la Constitución a una vivienda digna? Bueno, pues esto ha puesto patas arriba el sistema y no sé además de qué se extrañan, estos que ahora se llevan las manos a la cabeza y no entienden qué está pasando, no sé de qué se extrañan. Hay una ley que dice que tienes derecho al trabajo, a una vivienda digna y ves que todo eso se está incumpliendo y no pasa absolutamente nada, qué te vas a creer. Yo me atrevo a decir que fuimos los primeros que propusimos el proceso constituyente, que no salió aprobado, fuimos los primeros que lo planteamos. Nosotros planteamos lo de la deuda ilegítima, que se hiciera una auditoría y que se separara lo que era legítima de ilegítima, no sé porqué el pueblo tiene que pagar algo que solo ha servido para enriquecer a cuatro, eso es profundamente injusto.

Orencio Osuna | Históricamente, la deuda que ha provenido de situaciones de abuso de poder se ha considerado ilegítima, empezando por Alemania y sus deudas de guerra. La crisis institucional, de legitimidad tiene también una clara expresión  en cómo los ciudadanos le dan la espalda a la política profesional, a esa élite política, profesional y empresarial  de puertas giratorias, a  la infiltración casi criminal de los lobbies dentro de las estructuras del Estado.

Mónica Oltra | Que no están regulados, que en EEUU por lo menos están regulados…

Orencio Osuna | Aquí no están regulados pero se reúnen con grandes alharacas con el presidente del Gobierno y con el rey, se hacen fotos de sus comilonas, se nombran comisarios de la marca España y toda esa panoplia….

Mónica Oltra | Pero es que es mucho peor, por lo menos en EEUU lo tienes en una ley, y dices ‘bueno, yo soy de un lobby’ y viene un señor con la tarjeta, ‘soy de este lobby’, pero aquí, actúan como un lobby, pero con la impunidad de no tener ninguna regulación, con lo cual, hacen lo que les da la gana, pues hasta el punto de que por tener una placa solar en tu casa ahora te van a multar.

Orencio Osuna | Todo eso produce decepción, desesperanza y alejamiento de la política. Los ex presidente del Gobierno trabajan en el sector privado, ministros,  vicepresidentes, abrevan en multinacionales y fundaciones opacas. Pero la cuestión es que tiene consecuencias nefastas como el abstencionismo, el alejamiento de la vida política, que es la que decide sobre nuestra vida diaria, sobre la educación, sobre la sanidad, sobre las pensiones, etc. Es decir, da pasto a la antipolítica, ese  caldo de cultivo, ese sedimento en el que puede crecer –también ha pasado en otras épocas- el fascismo, la xenofobia, la barbarie, la violencia, los ultranacionalismos. Hay razones poderosas  para que los ciudadanos den la espalda a todas estas prácticas, pero lo cierto es que también el alejamiento de la política tiene unas consecuencias dramáticas. En realidad, podemos pensar que la izquierda tiene la enorme responsabilidad de introducir novedades en la política que la acerque a los ciudadanos, que combata la desafección con alternativas, que se desprenda de las migajas de privilegios de la llamada casta política…

Mónica Oltra | Ya, pero se supone que también existe una desafección hacia el  poder en la sociedad que la izquierda tampoco  ha aprendido a combatir. Inventarnos de nuevo debe  tener como condición la desafección  del poder, un distanciamiento, pero resulta muy difícil exigirle a un partido que tenga esa desafección del poder, que es como exigir a un ser humano que renuncie a la vanidad, a la soberbia. Creo que es un objetivo irrenunciable, de hecho para mi es fundamental. Yo, a lmenos, no estaré en un proceso que no intente –ya no digo que lo consiga- renunciar al poder, a esa afección al poder, al ejercicio de cuanto más poder mejor. El problema del poder es que siempre te pide más, es como una droga, con unos niveles de tolerancia brutales, entonces hemos de inventarnos un sistema desde el cual empoderemos desde las estructuras y empoderemos a los ciudadanos. En el momento en que consigamos que las personas tengan más poder y que las instituciones, las oligarquías, los entramados económicos tengan menos, que esto se equilibre, habremos alcanzado una armonía democrática y ahí podremos empezar a hablar de una democracia que satisfaga las necesidades humanas. Es el momento que la democracia controle la economía y mande sobre la economía y no al revés, que la democracia mande sobre las instituciones y las castas, y que ya no existan castas, sino que los representantes públicos son eso, representantes, y lo son en la medida que el pueblo les otorga ese poder de representación, obviamente transitorio, y solo es una delegación y no es una delegación sin condiciones. Cuando eso lo consigamos, podremos hablar de democracia armónica, pero en este momento no estamos en ese estadio, al contrario, estamos en un momento en que el poder económico, las oligarquías acumulan cada vez más poder y más dinero, y se desposee cada vez más al ciudadano de a pie, y esto para mí es el reto y el partido que renuncie a esa afección al poder para mí será el que gane la batalla.

Orencio Osuna | Yo creo- como decía Gramsci- que el objeto de la política para los partidos, es el ejercicio del poder, si no, no tendrían un  sentido democrático. No se debe confundir, a mi juicio, el poder político e institucional con su uso  espúrio por parte  de los políticos corruptos o el disfrute de privilegios de la partitocracia y las élites del estado.

El poder tiene que estar en manos del pueblo y eso significa que muchas de las cosas que se decidan en cuatro despachos tiene que volver a la decisión popular

Mónica Oltra | Claro, bien, pero yo lo que digo… ahora en el siglo XXI -esto lo plantea Gramsci también sobre todo para criticar a los izquierdismos idealistas- hay que ser pragmáticos. Gramsci plantea un poder que es el que te da el pueblo, pero yo estoy hablando del poder constituido, no el constituyente. Cuando  el poder que te ha dado el pueblo lo utilizas para constituir un poder fuera del control del pueblo en beneficio tuyo, estamos hablando de otro tipo de poder no del poder del pueblo, sino del poder que se constituye de espaldas y muchas veces contrario a los intereses del pueblo, pero que se constituye con la excusa de que el pueblo ha votado a un partido determinado. La gente cuando vota está dando un mandato basado en la confianza: ‘yo deposito en ti mi confianza’. Lo que hay ahora también es una crisis de confianza, la gente ya no confía, ¿por qué va a confiar en alguien que le usurpa el poder en beneficio propio? De lo que estoy hablando, por consiguiente es, de que tiene que haber una desafección de ese poder ilegítimo que toma decisiones y actúa  al margen y de espaldas de los ciudadanos que delegaron su poder a través del voto. Tiene que haber un equilibrio, el poder tiene que estar en manos del pueblo y eso significa que muchas de las cosas que se decidan en cuatro despachos tiene que volver a la decisión popular. No entiendo porqué muchas de las inversiones que pasan de un determinado número de euros no tienen que refrendarse. Decir ‘oiga, ustedes, ¿qué quieren, un aeropuerto peatonal o un hospital?’, y que la gente vote. ¿Por qué eso lo tienen que decidir cuatro en un consejo de ministro o diez en un gobierno?

Orencio Osuna | Pero no solamente inversiones, también se tienen que dar explicaciones de todo gasto público. Por ejemplo, hace poco leí que el ayuntamiento de Alicante se negaba a dar información sobre el gasto municipal en mantenimiento de aceras, alegando una absurda confidencialidad empresarial de la concesionaria privada ¿quién es el ayuntamiento de Alicante, o cualquier otra institución-incluida la casa real o los partidos- para negar a los ciudadanos una información sobre como se gastan  sus impuestos?

Mónica Oltra | Nosotros tenemos sentencias favorables  del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, para que nos entreguen el informe Price Waterhouse -que sirvió para echar a 1.000 personas de  Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) a la calle-  y  que se negaban a dar a los diputados. Pues bien, tras la sentencia hemos tenido que pedir de nuevo el informe al Tribunal porque nos al que nos han entregado le faltan páginas. Se creen que somos idiotas. No sabes hasta qué punto llega el abuso del poder, que a pesar de la sentencia todavía te daban el documento a mitad.

Orencio Osuna | Eso me hace pensar en la actualidad de la propuesta de Enrico Berlinguer,- y otros políticos eurocomunistas y socialistas- de considerar a la democracia como el único instrumento útil de la transformación política en las sociedades europeas. Hoy en día para la mayoría de los ciudadanos la exigencia del cumplimiento de la ley, de la transparencia del estado, de los derechos sociales y constitucionales, ha acabado siendo casi  un instrumento revolucionario y subversivo.  La izquierda tiene una tendencia a la entropía, al desorden, indiscutible, hay muchas escuelas, tradiciones, pensamientos, desde el anarquismo, el comunismo, el movimiento obrero, el ecologismo, la socialdemocracia; hay también  nuevas tendencias en  la sociedad civil, con movimientos como el 15M o las impresionantes mareas verdes, blancas, amarillas o la PHA. Todo eso  se tiene que transformar en movimientos políticos, en estructuras políticas que lleguen a competir con la derecha, es decir, que lleguen a gobernar, porque, si no, se podrán sacar un millón de personas en defensa de la sanidad pública pero cuando terminan esas manifestaciones y el gobierno de Madrid decide privatizar ¿qué pasa?, ¿quién tiene que defender la sanidad, los sanitarios, o la sociedad en su conjunto? ¿Qué puede aportar Compromís a un proyecto de alternativa  en el que tendréis que converger con otros actores políticos?

El pluralismo de la izquierda hay que verlo como una oportunidad, pero nos tenemos que deshacer de sectarismo

Mónica Oltra | Hay que tejer esas redes. Esos nudos –cada uno hace un nudo- hay que unirlos. Lo que sucede es que eso pasa primero por tener amplitud de miras,  mucha generosidad y mucho cariño. El problema de la izquierda no ha sido tener los distintos puntos de vista sino haberle querido imponer al otro tu punto de vista. No creo que el problema esté en la pluralidad de pensamiento, de corrientes, el problema ha estado siempre en la no aceptación de la diferencia del otro y esto pasa por un crecimiento humano, ideológico, espiritual como queramos llamarle, y es que tenemos que aceptar los diferencias del otro y hacerlo con alegría, sabiendo que los diferentes matices de la izquierda son enriquecedores y nos hacen adaptarnos mucho mejor a la pluralidad de personas que hay. La sociedad es muy heterogénea, no es homogénea, no es uniforme, la gente no es igual, cuantos más matices tenga una corriente ideológica, en este caso si las izquierdas tienen muchos matices se adaptarán mejor a las maneras de pensar de las miles de personas a los que se supone intentamos representar. El pluralismo de la izquierda hay que verlo como una oportunidad, pero nos tenemos que deshacer de sectarismo. Hay una parte de la izquierda que tradicionalmente ha sido muy sectaria que si no piensas del mismo modo te acusan de ser un vendido a la burguesía o la oligarquía. Esta es una de  enfermedades que la izquierda  tenemos que curarnos. Y luego, obviamente, es imprescindible saber convivir desde el respeto al otro y desde el plano de igualdad, de decir bueno, esta persona, o este colectivo, o este partido, o esta corriente o este movimiento, piensa distinto a mí, compartimos muchas cosas pero otras no, pero solo hay una cosa que puede hacer entendernos, que es el diálogo y el entendimiento mutuo.

Orencio Osuna | En mi opinión, Compromís, está logrando crear una fórmula política con creciente respaldo social a partir de la convergencia de tres culturas políticas, la que proviene de un nacionalismo identitario, la del ecosocialismo y  la que proviene de tradiciones políticas como eurocomunismo. Con este modelo habéis ganado credibilidad y tenéis unas expectativas reales de contribuir a una nueva mayoría que desaloje del gobierno valenciano al PP.  Aunque claro, para conseguir una mayoría de gobierno necesitaréis lógicamente sumar a otros sectores de la izquierda, probablemente, Esquerra Unida, y también no lo  olvidemos,  el electorado del PSOE, sin el cual será difícil esa mayoría.

En el País Valenciano hay mucha gente que tiene como opción el PSOE y forman parte del motor de cambio

Mónica Oltra | La gente de izquierdas que vota al PSOE, obviamente, está dentro del motor de cambio. En el País Valenciano hay mucha gente que tiene como opción el PSOE y forman parte del motor de cambio. Por tanto, nosotros lo que nos planteamos en el País Valenciano es que queremos formar parte del motor del cambio y, si puede ser, queremos ser esa pieza mayoritaria del cambio, nos planteamos un cambio en profundidad. Yo, en estas cosas del bipartismo, que al final en determinadas decisiones, sobre todo económicas, se parecen mucho, no se puedo ni chanalear, ni contemporizar. Al final tan letal han sido determinadas decisiones de Zapatero en la última época de recortes de las pensiones, de los derechos de trabajadores, etc., como las que puedan ser las de Rajoy. En ese sentido, todo lo que entra dentro del marco del neoliberalismo y de los dictados de los mercados –‘los que no habéis sido responsables de la crisis sois los que la tenéis que pagar pero los que sí somos responsables de la crisis vivamos a todo trapo’-, en esa dialéctica, desde luego a los de Compromís no nos van a encontrar. Con la gente de base que cree en el cambio y que esté en la postura partidista, en IU, en PSOE o Compromís, obviamente hemos de construir ese cambio. Pero en la decisión de plegarse a los dictados de los mercados y del neoliberalismo en la que muchas veces incurre  la socialdemocracia, ahí no nos van a encontrar.

Orencio Osuna | Las elecciones europeas de 2014 pueden ser un escalón más el declive del sistema político, con unos niveles de abstención sin precedentes.  Algunas personas piensan que va a ser el momento de inflexión, de cambio, de recuperación de la izquierda en el país. Yo tengo mis dudas, porque si tenemos unos niveles de abstención cercanos al 70%, no estoy muy seguro de que recuperación se está hablando.  Hay una contradicción tremenda entre el presunto desinterés de la mayoría de los ciudadanos no quiere saber nada de esas elecciones y la trascendencia que tiene el gobierno de Europa para nuestro futuro. Bueno, es un momento político importante  de cara al ciclo político que continuará con  las municipales y autonómicas en el 2015, esas sí, decisivas  ¿Qué planteamiento va a hacer Compromís, qué tipo de alianzas  vais a participar?

Mónica Oltra | Como te respondía antes estamos todavía construyendo la alternativa, pero en principio pasa por una coalición de fuerzas emancipadoras como la nuestra, que tengan un parecido. Ahora estamos en conversaciones con la CHA, con EQUO, con ICV, con MES de Baleares, fuerzas muy parecidas a nosotros, con las que tenemos grandes afinidades. Estamos también en conversaciones con Anova, Nueva Canarias, con grupos de Andalucía es decir, todo este espectro de partidos que se salen del bipartidismo, obviamente desde una posición emancipadora. Pero vamos a ver qué dan de sí las conversaciones y el diálogo que hemos emprendido. Creo que de ahí tiene salir algo interesante, que pueda luego incardinarse en el grupo de los Verdes, con grupos de la izquierda emancipadora y con partidos del nacionalismo progresista  en el Parlamento europeo. Este es el ámbito en el que nosotros nos incardinaríamos en Europa, a mi me parece que se trata de un espacio  interesante para coincidir con la izquierda transformadora europea.

Orencio Osuna | La crisis ha agudizado las de tensiones territoriales en el estado español , sobre todo en Cataluña  donde la exigencia de un referendo e la independencia  tiene un importante  apoyo social. Existen también sectores independistas que tienen como meta la creación como estado de los Paisos Catalans. En realidad, en el País Valenciano, los asuntos identitarios no son nacionalistas o secesionistas, según yo lo entiendo. ¿Cuál es  la visión que tiene Compromis sobre el nuevo encaje territorial del estado español: un proyecto federal, confederal, o una cercanía a los proyectos del nacionalismo independentista, o  la creación de los Paisos Catalans?

Tenemos gobernantes que nos hacen sonrojar y nos hacen pasar vergüenza

Mónica Oltra | En el tema identitario el País Valenciano es muy complejo, sin duda. Creo que el partido que mejor ha trabajado el tema identitario ha sido el PP -siento mucho decirlo-, y lo ha trabajado de la manera que lo ha trabajado. Ellos han conseguido una imagen identitaria que pasaba por el PP, por supuesto desde una imagen absolutamente zafia y poco cultivada de lo valenciano, con desprecio absoluto a las señas de identidad plurales, a la lengua propia. Pero a partir de ahí, creo que el sentimiento identitario valenciano …  sí creo que existe. Creo que la clave de bóveda en el sentimiento identitario valenciano está que éste existe en el inconsciente, pero no en el consciente a diferencia de otros nacionalidades como puede ser Euskadi o Cataluña, donde ese sentimiento está hecho consciente. El partido que no sepa manejarse con este elemento puede conducirle a esfuerzos que conduzcan a la melancolía. Lo que hay que trabajar, y lo que nosotros estamos trabajando, es un inconsciente muy machacado en el que  la gente que ha defendido tradicionalmente e históricamente los rasgos definitorios de la identidad valenciana han sido miserablemente eliminados, en todos los sentidos, incluso físicamente. Se trata de un sentimiento  atávico y que forma parte  del imaginario colectivo, que consiste en pensar que todo aquel que ha defendido los rasgos identitarios valencianos ha acabado muy mal. Tenemos, por tanto, un problema de autoestima y de querernos a nosotros mismos. El trabajo que estamos haciendo desde Compromís es devolvernos a los valencianos nuestra autoestima, el querernos a nosotros mismos y a nuestras cosas. En este momento debemos ser conscientes de que los  no nos merecemos los gobernantes que tenemos, que no nos merecemos que esos  gobernantes nos hayan puesto en el mapa de la corrupción y nos hagan hacer el ridículo y que seamos siempre noticia por cosas malas. Todo eso no es algo que nos merezcamos los valencianos y es ajeno a nuestra identidad. Tenemos la obligación de restañar  todo esto, porque son heridas profundas que hay que ir curando si queremos recuperar nuestra identidad. No se puede construir la identidad colectiva  desde la falta de autoestima, desde la creencia que, con estos gobernantes, a qué va a aspirar cada persona ¿no? Estamos haciendo ese trabajo de cariño, y a partir de ahí la identidad que se construya va a ser una identidad por lo menos que parta del decir ‘bueno, aquí estamos nosotros, somos un pueblo honrado, trabajador que siempre hemos sabido sacarnos las castañas del fuego’. Este momento histórico, un momento en que tenemos gobernantes que nos hacen sonrojar y nos hacen pasar vergüenza, hay que convencer a los ciudadanos que no estamos viniendo una maldición bíblica contra la que nada se puede hacer, sino que, por el contrario vamos a poder salir de esta y además tenemos las herramientas para poder deshacernos de ellos. Por ahí pasa el primer paso para la construcción de una identidad valenciana rearmada desde la autoestima y que  no depende de otras identidades, ni del Estado español, ni de Cataluña. Creo que la identidad que vamos a construir o la que podemos volver a restañar es mucho más autónoma.

Orencio Osuna | La identidad que ha querido construir la derecha excluía la cultura catalano/valenciana o valenciano/catalana, como se quiera decir. Existe  una tradición histórica, una  la realidad social, cultural, una lengua propia. Despreciar la tradición de la lengua propia como ha hecho la derecha blavera olvidando a intelectuales señeros como Ausias March, Joanot Martorell o como Joan Fuster, incluso  cantantes como Raimon, Ovidi Montllor es  una amputación incomprensible de su patrimonio.

Mónica Oltra | La derecha ha querido  imprimir en la conciencia colectiva que la reivindicación de  lengua y de la cultura valenciana es algo  negativo porque según dicen : ‘esto no es bueno, nos hace apéndices de Cataluña’. No, mire no, el hecho de  que aquí hablemos valenciano y en Cataluña hablen lo mismo que nosotros es una oportunidad, no es algo malo sino que forma parte de nuestro propio patrimonio como valencianos. Pero esa actitud de la derecha forma parte  es parte de ese complejo de inferioridad del que hablaba antes, por eso digo que lo primero que hay que hacer es devolverle la autoestima y la dignidad  a todos los ciudadanos valencianos

Orencio Osuna | Fusionar de nuevo lo que es la realidad del País Valenciano, una realidad compleja y plural.

Mónica Oltra | Y rica.

"El cambio político empezará por el País Valenciano"