sábado. 20.04.2024
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Todavía hay quien defiende que no hay precariedad y que el mercado laboral va viento en popa… Con las velas rotas, diría yo

Los hombres cobran, en España, un 30% más de su sueldo que las mujeres. Una brecha salarial que se ha ensanchado casi medio punto porcentual durante el último año, que no deja de supurar, que amenaza con cicatrizar y que duele, por injusta y amoral. La diferencia de sueldos es evidente. Y el trato discriminatorio únicamente no lo ven aquellos que se vendan los ojos.

¿Quién no tiene una mujer cercana en su vida, ya sea familiar, compañera o amiga que sirva como ejemplo? Pues todavía hay quien se niega a admitir la mayor dificultad de promoción profesional de la mujer y su consecuencia en los sueldos percibidos por unas y otros. Es más, se instrumentaliza el tema desde el punto de vista político. Pero si algo es cierto es que la brecha sigue ahí, por desgracia.

Pero, ¿a qué se debe?, ¿cuáles son sus causas? El origen de la grieta reside en dos causas principales: en que hay una mayor tasa de temporalidad y de contratos a tiempo parcial cuyos ingresos anuales no superan el umbral del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) entre las mujeres y, sobre todo, en la mucha menor proporción de ellas ocupando los puestos mejor retribuidos, además, por supuesto, de que en muchos casos, y a pesar de la ilegalidad que supone, perciben una menor retribución por un mismo trabajo.

El avance del informe “Brecha salarial y techo de cristal”, presentado esta semana por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), está elaborado a partir de los datos extraídos de la estadística de mercado de trabajo y pensiones de 2016 de la Agencia Tributaria, y los ingresos salariales reseñados son los que mujeres y hombres cobraron por todos sus empleos en el año, con independencia de la duración del contrato y de que fueran percibidos de uno o más pagadores. Es decir, Gestha compara los sueldos totales anuales cobrados por hombres y mujeres, sean a tiempo parcial o a tiempo completo. Y las conclusiones no dejan lugar a dudas: la diferencia de sueldos entre unos y otras alcanza los 4.745 euros.

El informe, además de evidenciar las profundas grietas de desigualdad que presenta el mercado laboral español, advierte de que se necesitarían casi siete décadas para acabar con la brecha salarial. Y es que después de disminuir un 15% entre 2005 y 2015, ahora ha vuelto a ganar algunas décimas de anchura, lo que debería servir como acicate para que cerrarla y coserla pasara a formar parte de las prioridades consensuadas de los distintos grupos políticos.

Las diferencias de salario varían en función de las comunidades autónomas, siendo Canarias la más “igualitaria”, aunque la razón de ello se debe principalmente a que los hombres canarios ocupan, en una menor proporción que en el conjunto del Estado, los puestos mejor retribuidos; y Asturias, la región que más discrimina a las mujeres en este sentido. Asimismo, la brecha se acentúa a partir de los 16.000 euros de ingresos al año, hasta el punto de que el número de mujeres con sueldos entre los 50.000 y los 80.000 euros es la mitad que el de hombres. Y, por si fuera poco, sólo una de cada cinco trabajadores con sueldos de 140.000 euros es mujer; esta es la medida del techo de cristal que muy pocas pueden traspasar.

Las grietas salariales también aumentan con la edad. Sobre todo, en el tramo que oscila entre los 26 y los 45 años. Y este ensanchamiento puede atribuirse al sacrificio y renuncia que muchas mujeres se ven obligadas a hacer para ser madres y cuidar de sus hijos, dadas las grietas que aún tiene la legislación sobre conciliación familiar.

En cualquier caso, a pesar de la recuperación económica, con el PIB creciendo a ritmos del 3% interanual, casi la mitad de los trabajadores cobran menos de los 1.000 euros al mes. Y todavía hay quien defiende que no hay precariedad y que el mercado laboral va viento en popa… Con las velas rotas, diría yo. Si no, que se lo digan a las 3,2 millones de trabajadoras que no llegan a ingresar al año el equivalente al salario mínimo. O a todas aquellas que, por el simple hecho de ser mujer, sufren un injusto trato discriminatorio. Ha llegado el momento de exigir el fin del techo de cristal y de la brecha salarial. Por ellas. Por todos y cada uno de nosotros.

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Contesta Carlos Cruzado

Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)

¿Por qué las mujeres cobran menos que los hombres?