viernes. 29.03.2024
COSCUBIELA EN POLI-TIC

La democracia es contrapeso de poderes y el capitalismo financiero quiere saltárselos

Para Joan Coscubiela, el problema democrático en España está asociado al hecho de que en la transición se crearon conscientemente instituciones muy cerradas que hoy ya no dan respuesta a las demandas de las nuevas generaciones.

Una de las crisis solapadas que estamos atravesando es la crisis de la democracia, arranca Coscubiela. ¿En qué sentido? En el que la democracia es “sobre todo contrapeso de poderes” y, desde que el capitalismo financiero se ha convertido en dominante, tiene tendencia a evitar y saltarse los contrapoderes que tradicionalmente han existido entre economía y sociedad.

La intervención de “Coscu”, Joan Coscubiela, diputado al Congreso por Iniciativa per Catalunya-Verds, elegido en su calidad de activo defensor de la nueva participación ciudadana e impulsor de las redes sociales, tuvo lugar en las jornada de debate que bajo el lema “Iniciativas ciudadanas ante la crisis” ha organizado la Asociación Información y Conocimiento (ASINYCO) editora dela revista digital Poli-TIC. El debate, celebrado el pasado miercoles 17  en el Centro Cltural Blanquerma, forma parte del ciclo programado con el título de REDES SOCIALES Y DEMOCRACIA.

“Es evidente que el PP hace lo contrario de lo que se comprometió en su programa electoral, porque sabía a lo que se enfrentaba”

El problema democrático en España, señaló el ponente, está asociado al hecho de que en la transición se crearon conscientemente instituciones muy cerradas que hoy ya no dan respuesta a las demandas de las nuevas generaciones.

En ese contexto, se pregunta, si la izquierda está en condiciones hoy de volver al poder y niega esa posibilidad, si entendemos el poder, añade, como capacidad de transformación radical. Puede volver al gobierno, a “dirigir el Consejo de Administración” pero no al poder. Para él “la derrota cultural de la izquierda es sobre todo la derrota ideológica” y la comunicación es clave para la reconstrucción del pensamiento ideológico.

Los medios siempre fueron considerados un contrapeso democrático frente al poder pero al estar su propiedad tan concentrada pierde esa función, para pasar a ser simplemente la tercera ramificación del ejercicio del mismo poder, sea político, económico o mediático. En ese contexto, es imprescindible construir nuevas formas de comunicación, claves para  construir una nueva sociedad. Y en ese sentido, las redes sociales son un instrumento imprescindible.

“Las nuevas tecnologías obligan a revisar los modos de la democracia representativa”. Todo cambia tan deprisa que cuatro años es una eternidad. “Es evidente que el PP hace lo contrario de lo que se comprometió en su programa electoral, porque sabía a lo que se enfrentaba” pero, en general, y pensando de cara al futuro y en términos politicos, “habría que preguntarse si tiene sentido la idea de programa electoral conectado a un horizonte de cuatro años teniendo en cuenta la velocidad que cambian las circunstancias, y la velocidad a la que hay que tomar las decisiones por parte de un gobierno”. Ello obliga, añade, a revisar los plazos, los modos y las frecuencias de las consultas, obliga a “nuevas formas de democracia”. La actual no funciona y otras nuevas formas de representación y participación no han aparecido todavía.

Los movimientos ciudadanos y las redes sociales  (digitales y presenciales) son complejas y difíciles de entender. Se sabe que se mueve algo, pero no se sabe como se puede articular. Se sabe el QUÉ pero no el CÓMO. Pero si es un hecho cierto que las nuevas formas de participación son claves para encauzar la democracia  hoy.

Los partidos políticos  están en crisis pero sigue siendo vigente el sentido propio de participación a través de un partido político. El problema es que tienen que cambiar. Y el Parlamento también. Despues de un año como parlamentario, Coscubiela percibe en el Congreso de los Diputados una “vocación de isla”, incómodo ante la presión social, y un “síndrome de rutina”, con unos procedimientos rígidos incapaces de dar respuesta a los retos externos. Y esto tiene que cambiar.

Estamos en un momento en el que hay que abandonar lo tradicional pero es difícil de definir lo nuevo. Para transformar la realidad desde un partido político de izquierdas,  hay que entenderla  pero no asumirla como tal, no hay que instalarse en ella. Las actuales estructuras no son capaces de vertebrar una alternativa creíble.

La dinámica izquierda-derecha no es suficiente para construir una práctica política. Si quiere recoger esas pulsiones de “la nueva soberanía ciudadana  y de representación”, un partido político debe incorporar otras perspectivas, otros ejes transversales. No es solo lo socioeconómico y las clases sociales. Hay que añadir al menos lo territorial y cultural, tanto en lo interior a los estados como en el exterior. Significa, desde luego, asumir la construcción europea como central para el progreso. Pero, tambien, reconocer que “en el interior de España, no solo en Cataluña, tambien en Galicia, Valencia o Andalucía, las dinámicas políticas han derivado en experiencias singulares que, en ausencia de planteamientos ideológicos suficientemente claros, hacen difícil un discurso común” que superara lo que podría ser una “confederación de las izquierdas autónomas”.

La batalla por la transparencia forma parte de la asunción de nuevas pautas sociales pero siempre fue parte de la batalla contra los que entendían el manejo oculto de informacion como resorte de poder. Ocurre que hoy, en la era de la comunicacion y del capitalismo financiero y de los paraísos fiscales, “para la recuperación de la soberanía por la ciudadanía es vital la transparencia. Es un factor clave de contrapoder”.

El acto fue presentado por Ignacio Muro Benayas, presidente de ASINYCO, acompañado por Julian Conthe, miembro de su Junta Directiva.

La democracia es contrapeso de poderes y el capitalismo financiero quiere saltárselos