viernes. 19.04.2024
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Porque lo que resulta claro para todos, menos para un gobierno vendido a los intereses de los especuladores, es que los propietarios van a añadir el dinero de las ayudas a lo que perciben y van a hinchar en la parte correspondiente la burbuja del alquiler

La semana está resultando ardua para el Gobierno y aún queda por llegar lo peor el próximo día 17, con los jubilados de nuevo en las calles.

Comenzó el pasado viernes con la aprobación en el Consejo de Ministros del polémico Plan de Vivienda presentado por el titular de Fomento Iñigo de la Serna. Un plan dotado con 1.443 millones de euros, a los que habrá que sumar la cofinanciación de las comunidades autónomas, es decir, 350 millones de euros para este año, 357 millones para 2019, 364 millones para 2020 y 372 millones serán para el 2021.

No parece que este “plan estrella” del Gobierno para enfocar el problema de la vivienda en nuestro país vaya a resolver nada y si tiene muchas posibilidades de agravarlo. Y es que para resolver los problemas, que para el acceso a ese derecho fundamental que es la vivienda tienen muchos millones de personas, no es suficiente, ni mucho menos, con poner encima de la mesa un dinero que, de momento, ni se sabe de dónde va a salir, pero si a dónde va a ir a parar: al bolsillo y cuentas de resultados de los de siempre.

Si se quiere actuar sobre los alquileres, lo primero que se debe hacer es cambiar el marco legal que los regula y no añadir dinero a un mercado claramente inflacionista y que va a servir de gasolina para un incendio que, aunque de momento está localizado en Madrid y Barcelona, las ayudas al alquiler pueden colaborar en extenderlo.

Porque lo que resulta claro para todos, menos para un gobierno vendido a los intereses de los especuladores, es que los propietarios van a añadir el dinero de las ayudas a lo que perciben y van a hinchar en la parte correspondiente la burbuja del alquiler.

Pero no sólo es preciso cambiar la LAU, que limita a tres años la duración de los contratos, lo que impide el acceso a un piso para vivir a medio y largo plazo y fomenta la especulación de los arrendadores, que no tienen ninguna cortapisa sobre precios ni sobre contratos, además, es preciso controlar los 3,2 millones de pisos vacíos –demasiados en manos de los bancos- e incrementar el número de viviendas sociales existentes, que son menos del 1,2%, frente al 32 % de los Países Bajos, el 23 % de Austria, el 18 % del Reino Unido o el 17 % de Francia. Son los grandes desafíos a los que debe enfrentarse quien quiere solucionar el problema de la vivienda en nuestro país. Y , por supuesto, ese no es el Gobierno de Mariano Rajoy que no quiere solucionar un problema que favorece a bancos, inversores, fondos buitre y muchos otros, incluidos aquellos de sus señorías que tienen pisos en alquiler mientras cobran las dietas que proporciona el Congreso como ayuda a la vivienda.

Sobre el papel, el Plan de Gobierno queda, a primera vista, muy empático con los desfavorecidos y los jóvenes -las alarmas en Génova llevan sonando desde después del verano- y a “grosso modo” aportará hasta el 50% de la renta mensual del alquiler (para los primeros 600 euros) a los jóvenes menores de 35 años que cobren menos de 19.000 euros. Es decir, 300 euros de ayuda. A ésta se le sumará, en localidades con mucha demanda de arrendamiento, hasta 90 euros adicionales (el 30% de la renta mensual en el tramo comprendido entre 600 y 900 euros). En total, la subvención máxima será de 390 euros al mes. Cantidad de dinero público que en breve irá a parar a los bolsillos de los avispados arrendatarios merced a un nuevo incremento en el precio de los alquileres. No entiendo como unos personajes que se las dan de buenos economistas no perciben que si incrementan el dinero circulante también se incrementa la burbuja…es de primero de económicas. O tal vez sí lo perciben y es lo que interesa.

Y como si en España no sobraran viviendas, el Gobierno propone construir más –no viviendas sociales- sino casas dirigidas al alquiler, cuyos promotores podrán obtener ayudas de hasta 350 euros por metro cuadrado, con un límite máximo de 36.750 euros por vivienda. Ya me gustaría saber, si este apartado del Plan se les ha ocurrido solitos a de la Serna y su equipo o ha sido aportado por las Socimis y grandes empresas que se están haciendo con el mercado del alquiler

No se descuida a los mayores” sin vivienda” interesante matiz sobre el que luego volveremos, y que dispondrán de una ayuda, para los que perciban menos de 19.000 euros anuales, del 50% del pago del alquiler, más un máximo de 200 euros mensuales para gastos de comunidad, mantenimiento o suministros básicos.

También contempla el Plan la posibilidad de contentar a las grandes constructoras que podrán volver a engancharse al dinero público, construyendo o rehabilitando viviendas dirigidas a los mayores de 65 años con todos los servicios a su alrededor, por supuesto de pago. Se les subvencionará con hasta un 40% del total de la inversión realizada.

Otras medidas proporcionarán hasta 10.800 euros a fondo perdido para la compra de una casa para menores de 35 años. La ayuda no supondrá más del 20% de la vivienda y solo podrán acceder a ella quienes adquieran viviendas en municipios de menos de 5.000 habitantes, con el objetivo- dicen- de frenar la despoblación de las zonas rurales. Olvidan la importancia de las infraestructuras y los puestos de trabajo en esas zonas.

En suma, se va a proporcionar una buena cantidad de dinero público a los de siempre: finos florentinos,  constructores, Socimis, inversores, tenedores de vivienda… durante tres años, pero no se va a construir vivienda social que es para siempre, ni se va a exigir a los bancos que pongan a disposición de las Comunidades Autónomas parte de su inmenso parque inmobiliario. 

Nuevo  petacho al problema de la vivienda en España y burleta a ese derecho constitucional que no sirve para nada. Hay que saber que nuestro país, según datos de la OCDE, es por encima de Chipre y Malta, el tercer país de la UE que menos invierte en vivienda: el 0,03% del PIB, frente al 1,41% del Reino Unido, el 0,83% de Francia, o el 0,59 de Alemania.

¿Qué pasará cuando las ayudas al alquiler, que son por un máximo de 3 años caduquen, y la burbuja se haya hinchado aún más? La respuesta está muy clara, las familias no podrán hacer frente a las renovaciones, y sus propietarios y la LAU les pondrán de nuevo en la calle con toda la presteza posible ¡por delincuentes!.

Cuestión aparte merece la desaparición de las ayudas que estaban previstas inicialmente para que propietarios con pocos recursos hicieran frente a suministros y reparaciones. Desaparición, que sumada a diversos comentarios y soflamas sobre jubilados de lujo con vivienda, hipotecas inversas, planes de pensiones y mentes genovesas trabajando para robar al jubilado y bajar la suma dirigida a pagar las pensiones, nos hacen llegar a la conclusión de que se está preparando un estudio contabilizando la vivienda propia como un patrimonio, que deberá considerarse a la hora de acceder a la pensión. Bajándola naturalmente. ¿Imaginación calenturienta? ¿prejuicios contra los que nos gobiernan?  Lo veremos.


Publicado en aquimicasa

El jubilado, su pensión, su vivienda… oscuros objetos de deseo