viernes. 19.04.2024
riqueza

Las élites económicas están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico

Oxfam Intermón exige a los líderes del Foro Económico Mundial que tomen medidas urgentes para reducir la desigualdad que corroe los sistemas democráticos y beneficia a unos pocos en detrimento de la mayoría.

Las élites económicas están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico, lo que socava la democracia y crea un mundo en el que las 85 personas más adineradas poseen una riqueza igual a la renta de la mitad más pobre de la población mundial, según advierte Oxfam en un informe hecho público a nivel mundial.



Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica”, que ve la luz en vísperas del Foro Económico Mundial de esta semana en Davos, detalla el impacto pernicioso que la creciente desigualdad está teniendo tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, permitiendo que los más ricos promuevan políticas que protegen sus intereses en detrimento de la mayoría y socavando los procesos democráticos.

El informe afirma que hay una creciente conciencia pública a nivel mundial del aumento de este poder. Una encuesta realizada para Oxfam en seis países (España, Brasil, India, Sudáfrica, el Reino Unido y Estados Unidos) desvela que la mayor parte de la población cree que las leyes están diseñadas para favorecer a los ricos. En España, ocho de cada diez personas están de acuerdo con esta afirmación.

“España no escapa a esta dinámica. Los casos en los que los intereses de una minoría económicamente poderosa se han impuesto por encima de los intereses de la ciudadanía de a pie son numerosos, en la historia de nuestra democracia. La crisis económica, financiera, política y social que padece España hoy tiene buena parte de su origen precisamente, en esas dinámicas perniciosas donde el interés público y los procesos democráticos han sido secuestrados por los intereses de una minoría”, afirma José María Vera, Director de Oxfam Intermón.

El problema de la desigualdad ha escalado posiciones en la agenda global en los últimos años: En Estados Unidos, el presidente Obama la ha convertido en una prioridad para 2014. El Foro Económico Mundial ha identificado la creciente disparidad de ingresos como el segundo riesgo más importante a nivel mundial en los próximos 12-18 meses; en su informe Global Outlook, publicado en noviembre, advirtió que la desigualdad está socavando la estabilidad social y "atenta contra la seguridad a escala global".

"No podemos pretender ganar la lucha contra la pobreza sin abordar la desigualdad. Esta creciente lacra está creando un círculo vicioso en el que la riqueza y el poder están cada vez más concentrados en las manos de unos pocos, dejando al resto de la ciudadanía las migajas”, afirma Vera.

Algunas de las políticas que desde las últimas décadas benefician a los más ricos incluyen: la desregulación y la opacidad financieras, los paraísos fiscales  la reducción de los tipos impositivos sobre las rentas más altas y los recortes  en las políticas públicas de inversión y protección social. Desde finales de 1970, los tipos impositivos sobre las rentas más altas se han reducido en 29 de los 30 países de los cuales se dispone de datos, lo que significa que en muchos lugares los ricos no sólo ganan más, sino que también pagan menos impuestos.

Este manifiesto secuestro de los procesos democráticos por parte de las élites y a expensas de la clase media y los más pobres, ha contribuido a crear un mundo en el que siete de cada diez personas viven en países donde la desigualdad ha aumentado desde la década de 1980, y donde el 1% de las familias más poderosas acapara el 46% de su riqueza (110 billones de dólares).

El informe afirma que:

Se estima que 21 billones de dólares escapan cada año al control del fisco

A nivel mundial, las personas más ricas y las grandes empresas ocultan miles de millones a las arcas públicas a través de complejas redes basadas en paraísos fiscales. Se estima que 21 billones de dólares escapan cada año al control del fisco.
En Estados Unidos, años de desregulación financiera han propiciado que se incremente el capital acumulado por el 1% más rico de la población, el nivel más alto desde  la Gran Depresión, hace 80 años.
En India, el número de multimillonarios se multiplicó por diez en la última década, gracias a una estructura fiscal altamente regresiva y el aprovechamiento de sus vínculos con el gobierno.
En Europa, las tremendas presiones de los mercados financieros ha impulsado drásticas medidas de austeridad que han golpeado a las clases baja y media, mientras los grandes inversores se han aprovechado de planes de rescate públicos
En África, las grandes transnacionales (en particular del sector extractivo) han aprovechado su influencia para renegociar contratos con condiciones fiscales mucho más ventajosos, limitando la capacidad de estos gobiernos para luchar contra la pobreza.

Oxfam pide a los gobiernos que tomen medidas urgentes para revertir esta tendencia y exige a los asistentes al Foro Económico Mundial que adopten compromisos para frenar la desigualdad en las siguientes áreas: 

No utilizar los paraísos fiscales para eludir el pago de impuestos ni en sus propios países ni en otros países en los que invierten y operan;
No utilizar su riqueza para obtener favores políticos que supongan un menoscabo de la voluntad política de sus conciudadanos;
Hacer públicas todas las inversiones en empresas y fondos de las que sean titulares efectivos y finales; 
Respaldar una fiscalidad progresiva;
Exigir a los gobiernos que utilicen su recaudación fiscal para proporcionar a los ciudadanos asistencia sanitaria, educación, protección social universales, así como asegurar la cooperación y la solidaridad con los más pobres; 
Reclamar que todas las empresas que poseen o controlan ofrezcan un salario digno a sus trabajadores; 
Exigir a otras élites económicas que también se adhieran a estos compromisos. 

Oxfam ha hecho un llamamiento a los gobiernos para hacer frente a la desigualdad acabando con la opacidad financiera y con evasión y elusión fiscales, invirtiendo en servicios básicos como la educación universal y los sistemas de protección sanitaria y acordando una meta para acabar con la desigualdad extrema en todos los países, como parte de los objetivos de desarrollo post 2015.

La versión española del informe, recoge un anexo con los comentarios de cinco reconocidos líderes de opinión en España. En él aportan su visión de cómo el aumento de la desigualdad en nuestro país favorece el que una élite económica y política interfiera a su favor en los procesos políticos y legislativos, en detrimento de la mayoría de la población. Los autores que han participado son: Emilio Ontiveros, Joaquín Estefanía, Joan Subirats, Carlos Cruzado y Daniel Montero.

Los gobiernos, la riqueza extrema y el abuso de poder