viernes. 19.04.2024
Crisis

Antes de exponer las propuestas económicas que el Consejo de Ancianos y Jóvenes Emprendedores de la Aldea Global (CAJEAG) discute en estos momentos en la ciudad suiza de Lausanne, estimamos oportuno fijar los límites de un debate que, indudablemente, tendrá repercusiones muy positivas para la reactivación de la economía mundial. Debe quedar claro que el CAJEAG, que se reúne sólo una vez al año coincidiendo con el fin de semana previo a la Virgen del Pilar, o en el posterior si tal festividad cayese en sábado o domingo, no tiene matiz ideológico de ninguna clase, abomina de la palabra política,  carece de subvenciones de organismos nacionales e internacionales y desprecia tanto los juicios a priori como los a posteriori. Dicho esto, es fácil entender que el Consejo se limita exclusivamente a examinar las variables macroeconómicas mundiales que ellos mismos elaboran y guardan con todo tipo de precauciones en el complejo cibernético “Adam Smith” instalado desde hace dos años en el bunker Villa Krupp de la citada ciudad suiza. Nadie espere, pues, que en sus discusiones se hable de problemas éticos, de crisis de valores, del empobrecimiento cultural global, de hambre, de cambio climático, de justicia ni de otras zarandajas como la búsqueda de un sistema político y económico más justo, cuestiones excesivamente materialistas y mundanas que no tienen cabida en las apretadísimas agendas de estos sabios filántropos, pues su inclusión supondría una dispersión innecesaria que restaría rigor científico y eficacia tanto a los trabajos de análisis como a las decisiones a tomar.

Los miembros del CAJEAG no son elegidos por nadie. De entre los hombres y mujeres más brillantes y agresivos del panorama económico mundial, la computadora selecciona cien nombres, cincuenta jóvenes emprendedores y cincuenta ancianos de reconocida experiencia en el mundo de las grandes negocios. En una sucinta y austera ceremonia que se celebra, en vísperas de Cuaresma, en el Palacio de Congresos de la murciana localidad de Albudeite, y a la que todos los participantes acuden encapuchados y con sayo de rafia, Mister Lausanne, completamente desnudo pero con los ojos vendados, extrae diez bolas del saco de los jóvenes emprendedores, y otras diez del saco que contiene el nombre de los venerables ancianos capitalistas. Desde su fundación en 1973, los promotores del CAJEAG decidieron, tras procelosos debates, que el procedimiento para la elección de sus miembros fuese lo más aséptico posible, considerando la insaculación como el sistema más ajustado a sus pretensiones.

Hasta ahora las propuestas del Consejo no han sido vinculantes para ningún Gobierno, pero dada la competencia y sapiencia de quienes lo componen, ningún gobierno, a día de hoy, ha sido capaz de no cumplirlas a rajatabla. Aunque las deliberaciones son secretas, según fuentes oficiosas a las que hemos tenido acceso, las propuestas que con toda probabilidad aprobará el CAJEAG para terminar con la crisis y entrar en la senda del crecimiento perpetuo, son las que a continuación enunciamos:

1. Reducción de los empleados al servicio de las distintas Administraciones Públicas a un 25% del montante actual, lo que reportará un ahorro del gasto próximo a los 50 billones de euros.

2. Reconversión de ese 25% restante en policías magníficamente pertrechados y excelentemente pagados para que no les tiemble el pulso a la hora de contener con toda la dureza necesaria la improbable, aunque nunca descartable, contestación que las medidas que a continuación enumeramos puedan provocar en determinados segmentos de la sociedad que en su ignorancia llegan a desconocer incluso que es aquello que más les conviene.

3. Supresión total de los sistemas públicos de seguridad social. Los gobiernos deben suprimir los hospitales públicos, los subsidios de paro, las pensiones del origen que sean y las ayudas a la dependencia o cualquier otro tipo de monsergas que fomenten la vagancia. Todo individuo podrá ser asistido por el médico de su elección siempre que haya trabajado lo suficiente para poder pagarle de su propio bolsillo. Todo individuo podrá sobrevivir al paro que estacionalmente le tocará vivir, si ha sido capaz de ahorrar mientras que tuvo trabajo y espera a que el mercado lo reubique. El mundo está superpoblado. Es un dispendio innecesario prolongar la vida de aquellos que por unas u otras razones quedan fuera del mercado laboral, por tanto todo individuo podrá seguir comiendo siempre que el mercado tenga un sitio para él y él no se oponga ni al puesto que el mercado le otorgue ni a la cantidad de horas que la Mano Invisible estime mínimas para que adquiera el derecho a engullir un bocadillo de panceta.

4. Supresión de los límites a la jornada laboral. El hombre, por naturaleza, tiende al ocio y el ocio es enemigo del crecimiento económico, del progreso y de su propio bienestar, pues si en adelante su supervivencia dependerá exclusivamente de su trabajo, serán los propios trabajadores los más beneficiados por esta norma que les permitirá levantarse antes de que salga el sol y acostarse bastantes horas después de que se ponga durante los años que él, y sólo él, procure estar disponible para el mercado laboral.

5. Eliminación del salario. El trabajo es una virtud, por tanto, el trabajador deberá sentirse enormemente honrado por el simple hecho de que la Mano Invisible se haya fijado en él para que contribuya con su esfuerzo a acrecer la producción mundial de la cosa que sea. Será la Mano Invisible la que decida libremente, sin presiones de ningún tipo, cuando y cuánto paga al trabajador, quién habrá de mostrarse siempre y en todo momento agradecido y orgulloso de su aportación y de lo recibido por ella.

6. A todo trabajador, al ser elegido por la Mano Invisible que todo lo rige, para un puesto de trabajo determinado, sea el que fuere, le será entregado por el robot-capataz un ejemplar de “Camino”, libro que será su única lectura y del que deberá leer dos capítulos al menos cada noche antes de entregarse al merecido sueño reparador que le permita estar en las mínimas condiciones para producir adecuadamente. Esta medida busca, como es fácil comprender, conciliar el descanso del productor con la paz de su espíritu, alejándolo de la vida disoluta e inapropiada que se desprende de la lectura de libelos escritos por mentes depravadas que hacen del inconformismo una bandera y siembran de cizaña y malestar el cuerpo social.

7. Supresión de las vacaciones. Se mantendrá un día de descanso semanal para que los productores puedan acudir –no es algo optativo, sino obligatorio- al supermercado o gran superficie que le sea asignado y gastar allí hasta el último céntimo del salario que la Mano Invisible haya estimado oportuno concederle.

8. En ningún caso, los productores podrán plantearse ni plantear a nadie, ni de palabra, obra u omisión, el destino de las plusvalías que esta necesaria e imprescindible modificación de las condiciones socio-laborales ocasione, simplemente porque es una cuestión que le es completamente ajena y escapa a su limitada comprensión.

9. De entre los productores más eficientes y comprometidos con estas radicales y necesarias reformas, se seleccionará cada año un número indeterminado para que, tras los debidos exámenes antropomórficos y pruebas de aptitud, puedan ingresar en la sagrada familia de los emprendedores, medida ésta fundamental para evitar el anquilosamiento y fomentar las tormentas de ideas, siempre dentro de los cánones establecidos,  que son el motor del libre mercado y de la eficiencia empresarial.

10. El incumplimiento de cualquiera de estas propuestas, que deben ser incorporada a las normas constitucionales de todos los Estados, será castigado con el desempleo eterno e irrevocable. Sin embargo, estamos seguros de que no será preciso aplicar tal sanción porque indudablemente los productores tendrán la certeza de que todas y cada una de ellas van dirigidas a conseguir el bienestar de todos.

Aunque, según nuestras informaciones, parece que ha habido alguna discrepancia respecto al día semanal de descanso, al final se ha impuesto el consenso entre los miembros del Consejo y mañana, a las diez en punto a.m., tanto los diversos gobiernos como la prensa tendrán en su poder las  conclusiones que, estimamos, en poco diferirán de las que les hemos expuesto.

Diez propuestas magníficas para salir de la crisis