viernes. 19.04.2024
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Una injusticia ignominiosa que hemos conocido es que más de 40.000 personas dependientes fallecieron el año pasado en España sin haber recibido la ayuda y prestaciones a las que tenían derecho y que acaso podrían haber salvado su vida. Otras 21.000 han muerto ya este 2017

Éste es un mundo habitualmente injusto. En el Reino de España, por ejemplo, algunas injusticias devienen crónicas. Injusticias que generan una desigualdad y pobreza casi obscenas. Una injusticia ignominiosa que hemos conocido es que más de 40.000 personas dependientes fallecieron el año pasado en España sin haber recibido la ayuda y prestaciones a las que tenían derecho y que acaso podrían haber salvado su vida. Otras 21.000 han muerto ya este 2017. A este ritmo, llegarán a 200.000 las personas dependientes muertas en lista de espera desde hace años. Son datos y previsión de la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. La atención a las personas dependientes sigue siendo una asignatura sin abordar en el Reino de España, con recortes presupuestarios cada vez mayores para atender a esas personas.

En otra perspectiva del azote de la  pobreza, otro atropello ha sido que el Gobierno de Rajoy haya vetado en el Congreso de los Diputados una propuesta para dar una prestación de 1.200 euros anuales por hijo a familias pobres. El ejecutivo del Partido Popular ha perpetrado el desafuero impidiendo que se tramite una proposición de ley de Unidos Podemos en cuya elaboración colaboraron Unicef y Save the Children. La propuesta incluía un plan de cuatro años para ayudar a salir de la pobreza infantil a casi dos millones y medio de niños y niñas en España. 

Unidos Podemos considera incomprensible que el Gobierno de Rajoy se haya negado a aplicar una medida, defendida por Unicef, que ha mostrado su eficacia para reducir la pobreza infantil en varios países, como Irlanda. Y aún es más incomprensible cuando en España uno de cada tres niños y niñas está en riesgo de pobreza o exclusión. Parece evidente por tanto que el gobierno del Partido Popular no tiene el menor interés en resolver la dramática situación de millones de niños y niñas pobres. 

Otra cara de la injusticia que aumenta, que también tiene que ver con la pobreza, es la obscena ocultación de grandes fortunas en guaridas fiscales (antes conocidas como paraísos fiscales) que revela un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidois (NBER por sus siglas en inglés). Ocultación para no pagar impuestos, obviamente. La NBER es una organización cívica sin ánimo de lucro formada por un amplio equipo de reconocidos economistas independientes. 

La NBER ha averiguado la riqueza que esconden los ricos, entidades y empresas de cada país en los paraísos fiscales y además cuenta las consecuencias de que el 0.01% más rico del mundo (unos 750.000 multimillonarios) no pague los impuestos que deberían. Cuanto más impuestos evaden los ricos, más crecen desigualdad y pobreza.

Ha sido posible elaborar ese informe porque los principales paraísos fiscales permitieron en 2016 al Banco de Pagos Internacionales que publicara las estadísticas de los datos de riqueza que ese Banco ha recopilado durante décadas país por país .

Tanta riqueza oculta supone una descomunal evasión de impuestos que empobrece a los Estados y a las gentes, genera desequilibrios sociales profundos y aumenta la desigualdad de modo exponencial

El estudio de la NBER informa que un 10% del PIB mundial está oculto en paraísos fiscales, unos 13 billones de dólares, es decir, millones de millones. Pero no en la misma proporción según los estados donde viven los ricos. Los países escandinavos, por ejemplo, solo esconden en guaridas fiscales un pequeño porcentaje de su riqueza nacional, pero los ricos de casi todos los países de Europa ocultan el 15% de su riqueza en paraísos fiscales. Ricos, grandes empresas y entidades de Rusia, de países del Golfo y de algunos estados de América Latina ocultan en las guaridas fiscales ¡hasta el 60% de su riqueza! Tanta riqueza oculta supone una descomunal evasión de impuestos que empobrece a los Estados y a las gentes, genera desequilibrios sociales profundos y aumenta la desigualdad de modo exponencial.

Como dato local, las grandes fortunas españolas y grandes empresas esconden en los paraísos fiscales el 12% de la riqueza nacional (unos 125.000 millones de euros). Si esos millones pagaran el mínimo impuesto que deberían, las arcas públicas ingresarían en el más moderado de los cálculos de quince a veinte mil millones de euros. Otro dato indignante del informe de NBER es que solo diez países (entre ellos España) concentran y ocultan la mitad de la riqueza mundial. España, por otra parte, es uno de los estados donde ocultar la riqueza, con la consiguiente evasión de impuestos, provoca la mayor desigualdad. El estudio de NBER confirma que la desigualdad aumenta cuando las grandes fortunas ocultan más riqueza en guaridas fiscales. 

La conclusión final es que en el vigente sistema socio-económico las injusticias devienen crónicas, estructurales, y la única salida contra la injusticia no es reformar sino cambiar el sistema. 

Desigualdad, pobreza y evasión fiscal