viernes. 29.03.2024
Contesta Carlos Cruzado | Presidente de Gestha

¿Por qué los clubes que defraudan a Hacienda deberían sufrir sanciones deportivas?

Los sucesivos escándalos que salpican a clubes y futbolistas atentan contra la conciencia fiscal y deberían de colmar la paciencia de todos los aficionados al deporte rey en España.

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Habría que modificar la Ley del Deporte para castigar a los clubes que reincidan en el fraude con la pérdida de puntos en la tabla de clasificación e incluso con el descenso de categoría

Dicen que el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes. No sé si será cierto, pero nadie duda de que sus implicaciones superan el ámbito estrictamente deportivo. Sobre todo, cuando sus protagonistas cometen alguna ilegalidad. Y últimamente no dejan de estar fuera de juego. Los sucesivos escándalos que salpican a clubes y futbolistas atentan contra la conciencia fiscal y deberían de colmar la paciencia de todos los aficionados al deporte rey en España.

Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Neymar… Las estrellas que más brillan dentro de los terrenos están señaladas por sus quiebros al fisco. Pero lo verdaderamente preocupante es que se trata de prácticas casi generalizadas entre los principales equipos de fútbol que buscan eludir el pago de impuestos. De prácticas con las que hay que acabar, y para lo que la imposición de sanciones tributarias no es suficiente. Por ello, habría que modificar la Ley del Deporte para castigar a los clubes que reincidan en el fraude fiscal con la pérdida de puntos en la tabla de clasificación e incluso con el descenso de categoría, sin que puedan mantenerla por la simple presentación de declaraciones complementarias.

ALGUNOS PRECEDENTES

Como precedentes están los descensos de equipos como el Elche o el Murcia por no pagar sus deudas e incumplir el "fair play" financiero, después de que en 2012 el Consejo Superior de Deportes y la Liga de Fútbol Profesional suscribieran un protocolo para reducir las deudas tributarias de los equipos; o las decenas de clubes que deberían de haber disputado las competiciones europeas pero que no fueron admitidos por la UEFA.

Esta propuesta de nuevas y más severas sanciones deportivas podría ser incompatible con otras sanciones, por lo que se aplicaría, en todo caso, si no se impusiera una sanción tributaria o una condena penal definitiva por los mismos hechos. Por tanto, sería aplicable cuando el club, espoleado por una investigación tributaria o penal cercana o por informaciones reservadas que se hayan hecho públicas, presentara declaraciones complementarias.

El fútbol siempre ha recibido un trato muy benevolente por parte de todas las administraciones. No sólo de Hacienda, sino también de comunidades y ayuntamientos. Si no, véanse las recalificaciones de terreno de las que han disfrutado algunos clubes, las subvenciones y ayudas a través de avales o fianzas…

Pero desde hace ya algunos años, algunos futbolistas utilizan estrategias para intentar tributar lo menos posible, eludiendo el pago de impuestos, traspasando muchas veces la línea de la legalidad e incurriendo en delitos de fraude fiscal. Por ello, resulta totalmente lógico que Hacienda haya hecho sonar el silbato y estrechado la lupa sobre estas operaciones, ya que no debería permitirse que los jugadores usen la planificación fiscal ilícita para reducir su factura.

LA PRÁCTICA MÁS HABITUAL

Utilizando la jerga futbolera, los regates que muchos hacen a Hacienda deben traducirse en goles en propia puerta

Dentro de estos escándalos, la práctica más habitual es la utilización de los derechos de imagen para intentar reducir u ocultar la tributación. Pero el caso más reciente, el que implica al delantero del FC Barcelona, demuestra que tanto el club como Messi podrían haber reincidido en el fraude, porque de los documentos de Football Leaks se desprende que durante años el Barça había considerado parte de los pagos realizados al delantero argentino como aportaciones a su Fundación, evitando el Club el ingreso en Hacienda de la correspondiente retención por el IRPF y el jugador su tributación como ingreso.

No obstante, parece que la inspección estaba investigando que esas donaciones formaban parte del sueldo de Messi. De hecho, al tiempo que el Barcelona conoció dichas pesquisas, el 10 blaugrana regularizó dicha situación pagando, al parecer, 12 millones de euros. Y la posibilidad de presentar declaraciones complementarias del IRPF le habría podido evitar otra posible condena por presuntos delitos fiscales nuevos, lo que hubiese conllevado, muy probablemente, su entrada en prisión. En este sentido, el delantero fue condenado en dichas fechas a 21 meses de cárcel por un fraude superior a los 4 millones de euros.

Entonces dijo que confiaba en su “papá”. Sin embargo, desde Gestha ya rechazamos los argumentos que esgrimió el delantero en sede judicial –cuando afirmó que jamás había dedicado un minuto de su vida a leer, estudiar o analizar el contenido de los instrumentos contractuales y mercantiles de la riqueza que genera como deportista profesional- para que lo libraran de la condena por delitos contra la Hacienda Pública. Y es que la “ignorancia deliberada” permite la imputación por conducta delictiva, porque el futbolista es el obligado tributario, al ser quien genera los ingresos no declarados y el beneficiario de los mismos.

Si bien es cierto que son los asesores fiscales quienes tienen los conocimientos necesarios para montar estos entramados societarios, también lo es que sus clientes deben estar al tanto. Es más, en la sentencia que ratifica la condena a Messi el Tribunal Supremo echa en falta que la Agencia Tributaria y la Fiscalía, además de denunciar al argentino, hayan denunciado a los asesores fiscales, por cooperadores necesarios. Así, la responsabilidad tendría que haber sido compartida.

Pero las imputaciones o incluso las condenas por delitos fiscales demuestran no ser suficientes para terminar con las prácticas evasivas en el fútbol. Utilizando la jerga futbolera, los regates que muchos hacen a Hacienda deben traducirse en goles en propia puerta. Y, para ello, nada como imponer castigos severos, no sólo desde el punto de vista económico, sino desde el deportivo y el emocional. De manera que restar puntos en la tabla de clasificación o descender de categoría a quienes reincidan en casos de fraude puede acabar con los quiebros al fisco de clubes y futbolistas.

CARLOCRUZADO

Contesta Carlos Cruzado

Presidente de los

Técnicos del Ministerio de Hacienda

(GESTHA)

¿Por qué los clubes que defraudan a Hacienda deberían sufrir sanciones deportivas?