viernes. 10.05.2024

"Todos somos pensionistas"

L.M.
"Dieciséis o veinte horas de trabajo. Eso es lo que nos espera. Como en China", clama un megáfono durante la manifestación celebrada este martes en Madrid en contra de la reforma de las pensiones. "Lo peor es ser obrero y no considerarse obrero", se lamenta otra manifestante.
NUEVATRIBUNA.ES - 23.02.2010

Aún queda una hora para el inicio de la manifestación. Son las seis de la tarde y los bares cercanos a Cibeles comienzan a llenarse. Alguna chapa, una pegatina con la inscripción 23-F o una bandera roja no dejan lugar a dudas. Quienes piden cañas, cafés y un valdepeñas son trabajadores y han venido a participar en la primera protesta sindical en seis años de Gobierno socialista.

"El valdepeñas es para ver si me sube la acidez y así me da calor", bromea uno de ellos. Lleva todo el día lloviendo en Madrid. Pero veinte minutos después, antes de abandonar el bar, el sol sale al fin. "Hasta el tiempo acompaña", proclama uno de ellos, tras recordar a su padre, panadero, que se jubiló con poco más de sesenta, harto de toda un vida "tragando harina".

Es martes. El día laborable y la lluvia han retrasado a la gente. Y el desánimo cunde entre quienes ya se encuentran en Cibeles, cabecera de la manifestación que pronto ocuparán Toxo y Méndez, los líderes de CCOO y UGT. "Los sindicatos son muy concesdendientes y así pasa... que luego somos cuatro gatos", protesta Procopio, recién llegado al centro de Madrid con la intención de protestar contra el retraso hasta los 67 años de la edad de jubilación que ha propuesto por el Gobierno.

"Quieren que vayamos derechitos desde el trabajo hasta el cementerio", afirma, cuando la manifestación aún no ha tomado cuerpo. Es pronto y la convocatoria en Neptuno ha despistado a muchos, que contemplan con desánimo el largo trecho semivacío hasta Neptuno.

En la plaza se encuentra Nines, trabajadora con 41 años cotizados, afirma con orgullo, y a quien el 23-F le recuerda el "miedo" que se pasó en 1981, durante la 'tejerada', el fracasado golpe de Estado. "Estamos aquí para intentar que el Gobierno haga otra cosa", explica. "Pero no hay gente joven". "Sólo los que estamos cercanos a jubilarnos".

"La gente joven no sabe lo que es un sindicato", apoya su compañera Marisa, con quien ha acudido a la protesta. "Son tontos". "Lo peor es ser obrero y no considerarse obrero", zanja. Raúl, de 24 años, replica que él sí está sindicado. En su mano sostiene una bandera roja. Su compañera se niega a "hablar". "No queremos", dice, aunque finalmente Raúl accede y explica sus razones para estar allí. "Que no nos estrujen más", resume.

Entre los jóvenes, también marcha Santiago B., un informático de 25 años, que confiesa haber llegado a la manifestación en espera de que se convoque "una huelga general". ¿Por qué? "Porque no van muy bien las cosas", exclama.

"La jubilación es para disfrutar de los nietos", apunta su compañero, Jorge T., un estudiante de Forestales. "La culpa de esto la tienen las empresas. Que paguen ellas", propone, para afinar después un poco. "Los bancos... que tienen más mano", explica.

Con un gorro de lana, unos metros más allá, se explica José Luis, un trabajador de 59 años, en paro, llegado a Cibeles porque la parece "muy mal" que el Gobierno intente "sacar" de los más débiles, en lugar de adoptar medidas "en contra del capital". Una opinión que comparte Manuel M., que recuerda sus años en París, desde donde enviaba "divisas" para sacar adelante el país. "Volví demasiado joven para jubilarse y demasiado viejo para trabajar", apunta, tras confesar que le ha quedado 420 euros.

Si Manuel está está enfadado con el Gobierno, más lo está con la oposición. "Son franquistas", afirma. "Van todo en contra del Gobierno", recalca, elevando la voz. A su lado, un megáfono anuncia la llegada de la III Guerra Mundial. "Dieciséis o veinte horas de trabajo, lo que hay en China. Es lo que nos espera", grita la voz mientras que la manifestación, sin huecos -ahora sí- y donde menudean pequeñas pancartas con el lema "Todo somos pensionistas" enfila la calle Alcalá, en dirección a Sol.

"Todos somos pensionistas"