viernes. 29.03.2024

Mientras el Gobierno español sopesa presentar el rescate financiero a Europa y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para afrontar sus vencimientos de deuda más acuciantes –67.000 millones de euros en los próximos seis meses-, el gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, intentan convencer a la canciller alemana, Angela Merkel, para que acepte el programa de compra de bonos españoles, aunque dejando claro que no se trata de una forma encubierta de financiar al Estado español, algo que levanta los recelos de muchos países.

Se traducirá en nuevos recortes que mermarán aún más si cabe el poder adquisitivo de los hogares, de los que casi el 40% no tiene margen para afrontar gastos imprevistos

Con este panorama, parece lógico pensar que, en el hipotético caso de que se produzca la intervención del BCE, sumada a un rescate financiero de mayor envergadura, una compra masiva de bonos podría no ser la única solución y además, de llevarse acabo, España tendría que pagar algún tipo de coste. Seguramente se traducirá en nuevos recortes que mermarán aún más si cabe el poder adquisitivo de los hogares, de los que casi el 40% no tiene margen para afrontar gastos imprevistos.

Por este motivo, los Técnicos de Hacienda consideramos que se puede recurrir a alternativas que permitan pagar nuestra deuda pública sin tener que realizar ajustes adicionales. Una de ellas sería la exención del pago del Impuesto de Patrimonio para aquellos contribuyentes que adquieran deuda pública, que debería ir acompañada de un aumento de los vigentes tipos, que triplicara el actual tipo medio efectivo, desde el 0,6% hasta el 1,8% ó 2%.

La exención a la deuda comprada en el mercado primario (subastas) debería estar condicionada a su tenencia durante un mínimo de tres o cinco años, coincidiendo con el plazo del bono en cuestión, cuando probablemente esté superada la crisis sobre la deuda. Ello situaría el tipo de interés entre el 2% y 3%, con lo que para el inversor la rentabilidad financiera-fiscal de deuda pública oscilaría en torno al 4%.

Esa confianza de los contribuyentes con mayor capacidad de compra sería un mensaje claro a los mercados, que en paralelo reducirían su presión sobre los tipos de interés exigidos al bono español y, por tanto, la prima de riesgo descendería hasta niveles tolerables que permitiesen al Estado financiarse en los mercados internacionales a un menor coste.

Esta medida se debería adoptar siempre en paralelo con otras de carácter progresivo, como el citado aumento del gravamen del Impuesto de Patrimonio, hasta triplicarlo, y la creación en 2013 de un nuevo impuesto a la riqueza de ámbito estatal, que sustituya a aquél, incorporando fórmulas para evitar la interposición de sociedades con las que las grandes fortunas pueden eludir o reducir su pago y eliminando las bonificaciones autonómicas al 100% de la cuota.

Contesta Carlos Cruzado,

Presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA)

¿Sería suficiente la compra masiva de bonos por el BCE para aliviar la presión sobre la...