martes. 16.04.2024

El verano se acerca y con él muchos de nosotros nos imaginamos disfrutando del buen tiempo en playas tropicales casi desiertas en las que reina la calma absoluta. Sin embargo, cuando nos ponemos a indagar un poco no solo descubrimos que son lugares de mucho turista y bullicio, sino que deben más su fama de paraíso a la evasión fiscal que a sus arenales de ensueño.

Sin ir más lejos, según los datos de BCG Perspectives, los países del Caribe y Panamá atesoran más de 1,1 billones de dólares de fondos evadidos de otros países, una cantidad que equivale a todo el PIB español. Pero esta no es la región que más dinero acumula: Suiza es el primer destino, con 2,2 billones de dólares, seguido de Hong Kong y Singapur (1,2 billones), Islas del Canal y Dublín (1,1), Reino Unido (0,9), Estados Unidos (0,7), Luxemburgo (0,6) y otros territorios (0,7).

En total, unos 8,5 billones de dólares repartidos en paraísos fiscales, que escapan al control de las haciendas de cada país y que suponen un esfuerzo adicional para los ciudadanos que cumplen religiosamente con sus impuestos. Ese esfuerzo se traduce, según nuestros cálculos, en casi 2.000 euros que cada contribuyente tributa de más para compensar, junto con otros fraudes menores, la huida de capitales de las grandes compañías y patrimonios.

Para poner coto a este desvío de grandes sumas de dinero que cercenan los ingresos de sus respectivos países, y que obligan a adoptar más medidas de ajuste para cuadrar las cuentas públicas, desde Gestha reivindicamos un mayor control y transparencia de estos territorios de baja tributación. En este sentido, aplaudimos medidas como el acuerdo con EE.UU. para obligar a los bancos a informar sobre cuentas en el extranjero de personas y entidades, así como que España figure entre los cinco países europeos que implantarán un proyecto piloto de intercambio multilateral de información tributaria.

La cooperación entre países y con las entidades financieras es fundamental para frenar estas prácticas, que siguen engordando el dinero oculto (un 6% más en el último ejercicio) y que seguirán campando a sus anchas en los próximos años. De hecho, se espera que para finales de 2017 la riqueza depositada en paraísos fiscales supere los 11 billones de dólares, según BCG Perspectives. 

No cabe duda de que este problema no se soluciona actuando únicamente desde España o cualquier otro país, ya que el dinero discurre libremente y no entiende de fronteras. Pero cada país puede poner su granito de arena para lograr una mayor control fiscal de la riqueza, y así conseguir que las grandes fortunas contribuyan en función al tamaño de su patrimonio. Y esas fortunas, permítanme el símil, no se crean en arenales lejanos, sino en muchos de los países que, como España, están sufriendo una depresión económica que dura ya más de cinco años.

Contesta Carlos Cruzado

Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)

¿Cuánto crece la riqueza en paraísos fiscales y dónde se oculta?